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Coches RarunosArrowhead Teardrop, la forma del agua

En 1935, el diseñador de automóviles que personalizaba los coches de las primeras estrellas de Hollywood recibió un encargo particular: el agua debía ser el elemento principal para un prototipo de automóvil que iba a ser usado para fines publicitarios.

Arrowhead Teardrop, la forma del agua
El Teardrop llevaba la aerodinámica hasta el extremo en 1935

8 min. lectura

Publicado: 12/04/2020 10:00

En los años 30 surge el movimiento streamline, una corriente de diseño muy presente en el mundo del automóvil que buscaba optimizar la aerodinámica de los vehículos recurriendo a formas de proyectil o lágrima. En Coches Rarunos descubrimos uno de los máximos exponentes de este estilo que siguió a pioneros como el Burney Streamline.

La empresa de agua mineral embotellada Arrowhead Spring Water Company, de California, vio que las ventas de sus productos estaban cayendo a consecuencia de la Gran Depresión que sufría Estados Unidos. Acostumbrados a hacer grandes inversiones publicitarias, pronto se propusieron ir un paso más allá e imaginaron un anuncio rodante para publicitar su agua de manantial.

En 1935 se pusieron en contacto con Wellington Everett Miller, diseñador de Advance Auto Body Works en los Los Angeles. Miller tenía experiencia en este tipo de encargos y eran famosos sus llamativos camiones promocionales realizados para la petrolera Gilmore además de haber creado algunos automóviles personalizados para estrellas de Hollywood como Rodolfo Valentino o Clark Gable.

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El esqueleto del Arrowhead Teardrop

El diseñador de Advance Body pronto tuvo clara la idea. Lo más sencillo habría sido realizar una adaptación sobre algún coche existente pero Miller pensó a lo grande. Ideó un coupé de tres ruedas pero con un formato innovador y hecho desde cero, único. La moda streamline le venía como anillo al dedo.

Miller diseñó una carrocería forma de gota de agua, haciendo una potente conexión visual con el producto de Arrowhead. El perfil de lágrima era muy aerodinámico y para elaborarlo se cogió un bastidor de Ford convenientemente adaptado, se realizó un complejo esqueleto de madera y se cubrió con una carrocería de aluminio.

El coche era redondo y ancho en su parte delantera y se iba estrechando en la parte posterior, de manera que tenía dos ruedas en el eje delantero y una única rueda en el trasero. Además, una aleta recorría la parte superior con la inscripción ‘Arrowhead Spring Water’ que publicitaba a la empresa lo que le daba un aspecto pintoresco.

W. E. Miller con su creación

Los faros delanteros también tenían forma de gota aunque había que reconocer que la iluminación dejaba que desear. Lo único que rompía su forma perfecta de gota eran las aletas de las ruedas delanteras, que sobresalían ligeramente del cuerpo del vehículo. Y sí, estas aletas también tenían forma de lágrima.

Entrar en el vehículo no era tarea sencilla porque el umbral de la puerta era estrecho al estar el paso de rueda justo en el medio del acceso. El interior estaba diseñado para tres ocupantes sentados en butacas con reposabrazos tubulares cromados. El conductor iba el centro, sentado prácticamente sobre el eje delantero. Detrás se ubicaban dos pasajeros con una pequeña mesa, el lugar ideal para posar una botella de agua que podrían beberse durante el viaje.

El puesto de conducción se situaba en el centro del vehículo

El habitáculo estaba realizado con un estilo art decó y la forma se imponía a la función en algunas cosas. Un buen ejemplo era el cuadro de instrumentos que estaba colocado casi completamente horizontal lo que hacía prácticamente imposible ver la información mientras se conducía.

Con lo que costó se podían haber comprado 14 sedanes de Ford

El parabrisas curvado proporcionaba una buena visión hacia adelante pero la visibilidad trasera era nula. Una sección grande de la zaga cónica se levantaba para poder acceder al propulsor del coche ya que tenía el motor atrás porque Miller había cogido los elementos mecánicos de un Ford V-8 y le había dado la vuelta.

El sedán de la marca del óvalo tenía motor delantero y tracción trasera pero en este prototipo de Arrowhead el tren trasero de Ford se montaba en el eje delantero para proporcionar tracción a las ruedas anteriores y el propulsor delantero se reubicó en la parte posterior. El radiador, la transmisión y el depósito de combustible también eran de Ford.

De esta manera este espectacular prototipo llevaba un motor trasero que daba tracción a las ruedas delanteras. Si esta configuración te parece extraña, has de saber que la dirección se gobernaba con la única rueda trasera. Tenía un radio de giro muy pequeño que lo hacía muy maniobrable pero era mejor tomar las curvas con calma porque se inclinaba mucho, la estabilidad no era su fuerte.

Cuando el Arrowhead Teardrop estuvo listo los responsables de la compañía de agua mineral quedaron maravillados. Aquel vehículo pintado de un suave color azul era el sueño de cualquier publicista porque la forma de gota de agua encaja perfectamente con el producto que se quería promocionar y atraía la atención de todo el mundo.

Un accidente de tráfico destruyó la única unidad existente

También fue un alivio para Arrowhead porque la construcción del futurista prototipo costó 8.000 dólares, una fortuna si pensamos que un Ford V-8 nuevo costaba 500 dólares. Para Arrowhead fue una buena inversión porque este coche destinado para fines publicitarios apareció en docenas de eventos a lo largo y ancho de California.

Sin embargo, poco duró la alegría para la compañía embotelladora. En la primavera de 1937 la única unidad existente del Arrowhead Teardrop sufrió un importante accidente que lo dañó seriamente, sin posibilidad de reconstrucción. Fue el triste final del prototipo que llevó hasta el extremo el diseño streamline.

Fuente: Road & Track Magazine, Hemmings, The Old Motor

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