Citroën pierde el control, el nuevo C3 provoca un caos industrial y Stellantis activa el "modo emergencia"

Citroën ha cambiado enormemente en la última década. La marca francesa no sólo ha continuado profundizando en el modelo de negocio del bajo coste hasta límites inexplorados, sino que también ha potenciado la llegada de coches eléctricos a todos los segmentos del mercado en los que está presente. La firma gala ha sido capaz de hacer algo imposible para muchos, y es popularizar los coches de cero emisiones en uno de los mercados más complicados, el del segmento B.

Pero la marca de André Citroën también ha sido una de las que más récords de producción ha batido en su historia, prácticamente continuamente, uno detrás de otro en los últimos tiempos, y sólo había una razón que lo explicaba. La marca vendía cientos de miles de unidades en todo el continente europeo gracias a una combinación de factores demostrando que un alto grado de confort, tecnología y eficiencia era posible con unos costes ajustados. La filosofía de Citroën iba mucho más allá con una agresiva política de precios y descuentos más que generosos.

El nuevo Citroën C3 devuelve a la marca francesa al éxito de antaño

Pero esos tiempos se terminaron, cuando el cesado Carlos Tavares implementó una política de ventas de cero descuentos. Citroën fue una de las marcas que enseguida notó un importante descenso en las ventas, y ahora no es que estos hayan vuelto, sino que el fabricante ha encontrado la fórmula perfecta con la que no pierde dinero, el C3 es rentable y lo está demostrando al alcanzar un auténtico récord. Como el que ha logrado con su modelo más pequeño de la gama, un C3 que está sorprendiendo a los nuevos jefes de Stellantis.

El modelo se ha vuelto más popular en los últimos meses, quizás por la llegada de una de las versiones eléctricas más económicas. El C3 de gasolina, que se puede conseguir por 15.000 euros y el eléctrico ë-C3 por menos de 20.000 euros, han disparado la demanda muy por encima de la producción asignada a la fábrica de Trnava, donde actualmente se fabrica este modelo junto a otro par como el C3 Aircross y el Opel Frontera. La fábrica de Eslovaquia está al máximo de su capacidad y no admite más, por lo que los plazos de entrega a los clientes en todo el continente se están estirando hasta límites inimaginables.

El Citroën C3, a pesar de sus precios, es un modelo rentable

Quién se iba a imaginar que iba a verse obligado a esperar seis meses por un Citroën C3 si no se debía a un problema de suministro de piezas, por ejemplo, de microchips. Una situación que, excepcional o no, Citroën y Stellantis quieren aprovechar al máximo, por lo que ésta ha ampliado la producción del modelo a la fábrica serbia de Kragujevac a la que le han asignado 40.000 ejemplares más al año, con lo que elevará la producción anual del C3 hasta las 300.000 unidades.

Xavier Chardon, nuevo responsable de Citroën desde el pasado mes de junio, ha destacado que la posición de la marca francesa es sólida pero aún «se mantienen muy por debajo de los niveles pre-pandemia». Esto tiene su explicación en «la feroz competencia» del fabricante contra Peugeot, Fiat y Opel. Citroën es una de las marcas que mejor terminará el año 2025, con un fuerte aumento en las ventas de hasta un un 32 % en octubre, según cifras de Dataforce, y con dos claros contribuyentes a este éxito, el C3 y el C3 Aircross. El primero es un éxito pero su variante SUV más todavía, con un aumento en las ventas de un 519 %.