“Es aterrador cómo reaccionamos ante esto políticamente”, la postura de Europa ante el coche eléctrico según un exjefe de Ford
Gunnar Herrmann, exjefe de Ford, critica la falta de previsión política ante la transición al coche eléctrico, destacando la crisis de la industria automotriz alemana y los desafíos a los que se enfrenta para adaptarse a la electromovilidad y la digitalización.
El antiguo alto cargo de Ford y actual presidente de la Asociación de Empleadores de Colonia, Gunnar Herrmann, ha compartido una visión crítica sobre la actual situación de la industria automotriz europea y, en particular, el papel de la política en la transición hacia la electromovilidad.
En una reciente entrevista concedida al medio aleman Kölner Stadt Anzeiger, Herrmann señala que la industria alemana, antaño líder global, se encuentra sumida en una crisis profunda marcada por la caída de la demanda y un entorno de incertidumbre.
«En el futuro, ya no bastará con vender coches. Se ganará cada vez más dinero con el pago de aplicaciones y funciones»
El declive de la industria alemana
Herrmann destaca que la producción en la industria automotriz alemana ha disminuido un 20 % en los últimos seis años. A pesar de este retroceso, los empleos no se han visto tan afectados, lo que ha generado una situación de «exceso de capacidad» en la que las empresas no pueden continuar operando de manera sostenible.
A esto se suma la transformación hacia la movilidad eléctrica, que requiere menos mano de obra. El impacto de esta transformación es notable en la situación de empresas como Volkswagen y Ford, que han recortado miles de puestos de trabajo.
Sin embargo, lo más alarmante, según Herrmann, es la pérdida de relevancia de las marcas alemanas, especialmente en mercados clave como China.
Herrmann explica que, mientras que los fabricantes chinos han sabido adaptarse rápidamente a la electromovilidad, las marcas europeas han perdido terreno debido a su dependencia de productos premium y tecnologías más tradicionales.
«Los fabricantes de automóviles alemanes ya no avanzan en su estrategia de vender principalmente productos premium, porque la competencia nacional está comprando su ventaja tecnológica», explica el directivo alemán.
«Los fabricantes chinos han fracasado en el pasado en la fabricación de motores de combustión y, muy inteligentemente, se han pasado por completo a la movilidad eléctrica», prosigue.
«Ahora ofrecen productos sensatos a precios comparativamente bajos y promueven las ventas en el país con especificaciones y descuentos. También tocan la fibra sensible de las generaciones más jóvenes a través de las grandes ofertas digitales y en red en los vehículos», argumenta Herrmann.
Una política indecisa y errática
Uno de los puntos más controvertidos de la entrevista es la crítica de Herrmann hacia las decisiones políticas en Europa.
Según él, la incertidumbre creada por los constantes cambios en las políticas relacionadas con el coche eléctrico ha generado desconfianza tanto en los consumidores como en los inversores.
«Es aterrador cómo reaccionamos ante esto políticamente», introduce Herrmann. A su juicio, la política europea ha fallado en proporcionar un marco claro y fiable que permita a las empresas planificar sus inversiones a largo plazo.
«Necesitamos urgentemente más confianza por parte de los políticos. El debate sobre el fin de los motores de combustión ha generado mucha incertidumbre, tanto entre los consumidores como entre la industria y los inversores».
«Tras la introducción de la subvención para los vehículos eléctricos en 2020, la demanda aumentó significativamente. Pero lamentablemente esta financiación fue concebida de tal manera que en realidad sólo redujo los precios de compra. De repente, muchos pudieron permitirse un coche de una clase superior».
«Esto provocó que los segmentos se distorsionaran. Al mismo tiempo, sin embargo, la infraestructura no se amplió de manera agresiva. Luego, la financiación se detuvo casi de la noche a la mañana. Esto provocó que el mercado colapsara porque la gente se volvió insegura», reprocha Herrmann.
«Esto también fue una bofetada para la industria, que ya había invertido miles de millones en el cambio. Sólo Ford invirtió dos mil millones en la planta de Colonia. ¿Qué inversor cree todavía en esto cuando los políticos cambian de opinión en poco tiempo? Debido a la incertidumbre, muchos fabricantes están reduciendo sus inversiones en movilidad eléctrica porque ya no existen barandillas fiables», amplía.
El reto de la digitalización
El futuro de la industria automotriz, según Herrmann, no pasa sólo por la fabricación de coches eléctricos, sino también por la digitalización de los vehículos.
«Nosotros, como industria automovilística alemana, en el pasado nos hemos quedado quietos y quizás demasiado embriagados con nosotros mismos. La vieja filosofía según la cual un Volkswagen Golf o un Ford Focus se vendían por millones ya no funciona», afirma.
«En el futuro, ya no bastará con vender coches. En el futuro, se ganará cada vez más dinero a través de la arquitectura digital, es decir, el uso y pago de aplicaciones y funciones. En este momento están sucediendo muchas cosas y la industria está contra la pared», insiste Herrmann.
El exdirigente de Ford también defiende que la industria debe mirar hacia adelante y aceptar el desafío de la transformación hacia un modelo de transporte más limpio y eficiente.
No obstante, subraya que la política debe desempeñar un papel clave ofreciendo apoyo y certeza a las empresas. Las normativas de emisiones y los objetivos de neutralidad climática en 2050 no deben verse como un obstáculo, sino como una oportunidad para que Europa lidere el cambio.
En cuanto a Ford, Herrmann es optimista sobre la transformación de su planta en Colonia, que ha recibido inversiones significativas para producir modelos eléctricos como el nuevo Ford Explorer y el Capri. Aunque reconoce que el mercado actual es complicado, cree que la estrategia de centrarse en la electromovilidad dará frutos a medio plazo.
La entrevista de Gunnar Herrmann refleja la situación crítica a la que se enfrenta la industria automotriz alemana y europea, marcada por la incertidumbre política y los desafíos tecnológicos.
Para Herrmann, la clave del éxito radica en una política más coherente y una apuesta firme por la innovación, permitiendo a Europa mantenerse competitiva en un mundo donde la movilidad eléctrica y la digitalización son el futuro.