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El Bloodhound SSC inicia por fin las pruebas para superar los 1.600 km/h

El Bloodhound SSC, el coche-cohete que pretende batir el récord de velocidad para un vehículo terrestre, será puesto a prueba por primera vez el próximo 26 de octubre. Estas serán las primeras pruebas en pista del modelo, tras años de intenso desarrollo.

4 min. lectura

Publicado: 25/09/2017 20:00

Bloodhound SSC.

Tras varios años de desarrollo, al fin ha llegado del momento del Bloodhound SSC, el último proyecto británico que pretende batir todas las marcas de velocidad en tierra empleando motores a reacción. El próximo 26 de octubre el equipo pretende realizar las primeras pruebas en Gran Bretaña, en el aeropuerto Newquay en Cornwall, aunque estas serán solo unas jornadas de tests destinadas a comprobar el correcto funcionamiento de los sistemas.

La velocidad máxima que esperan alcanzar es de solo unas 200 millas por hora, poco más de 320 km/h, empleando para ello neumáticos de un avión y discos de freno de carbono. Estas pruebas servirán para comprobar que todos los sistemas funcionan correctamente, como la suspensión, el sistema de frenada, paracaídas y demás. La velocidad está fijada en función de la longitud de la pista, que es de solo 1,7 millas, 2,74 kms.

Tras estas pruebas, el equipo se trasladará a una pista mayor, de 11 millas (17,7 kms) especialmente preparada en Hakskeen Pan, Sudáfrica, donde se espera que el Bloodhound rompa la primera de las marcas que tiene como objetivo, el récord actual de velocidad, los 1.228,03 km/h obtenido en 1997 por el Thrust SSC, pilotado por Andy Green, el mismo piloto del Bloodhound SSC. Una vez batida esa marca, el equipo modificará el vehículo con cohetes de mayor potencia para alcanzar su objetivo final, superar las 1.000 millas por hora, que equivalen a 1.609,34 km/h.

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El proyecto Bloodhound SSC comenzó hace cerca de una década, y en los últimos tiempos estuvo detenido debido a la falta de fondos. La incorporación del fabricante chino Geely, propietaria de Volvo, London Taxi y Lotus entre otras marcas, ha permitido que se retome el objetivo inicial.

El extraño vehículo está construido alrededor de un enorme motor a reacción EJ200 procedente de un caza Eurofighter Typhoon, aunque a este se suma un cohete Nammo, la potencia total es de unos 135.000 caballos, que a máximo rendimiento le permiten pasar de 0 a 100 km/h en menos de 1 segundo y alcanzar su velocidad máxima en unos 5,5 segundos. Según el propio equipo, la configuración actual del Bloodhound dispone de más potencia que 180 motores actuales de Fórmula 1 juntos.

Entre las muchas curiosidades del coche-cohete, encontramos unas ruedas fabricadas en un solo bloque macizo de aluminio. Aunque para estas pruebas iniciales serán empleados neumáticos de un avión, cuando el vehículo alcance su velocidad máxima estas girarán a una velocidad de 10.200 revoluciones por minuto, o 170 veces por segundo. Lo que provoca unas fuerzas que ningún neumático de goma sería capaz de soportar, de ahí que tengan que ser piezas sólidas de metal. Está diseñado para circular solo en línea recta, por lo que el grip y la maniobrabilidad de las ruedas salen por completo de la ecuación.

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