BMW abronca a Europa y suelta la bomba, la expansión eléctrica llevará “tres o cuatro décadas”
El CEO de BMW Group, Oliver Zipse, ha reprendido duramente a la Unión Europea por las políticas relativas a la industria automotriz que está llevando a cabo. El dirigente alemán también ha analizado cómo influirá en la marca la guerra arancelaria.

«Un desastre», así resume Oliver Zipse, CEO de BMW Group, la política actual de la Unión Europea en matera de automoción.
Y es que la marca no aprueba varias de las decisiones trascendentales que dicho organismo ha aprobado en los últimos tiempos, con la prohibición de los vehículos nuevos con motor de combustión a partir de 2035 o los aranceles a los productos provenientes de China.
De todo ello, así como de la negociación actualmente en proceso entre Europa y Estados Unidos a cuenta de más aranceles, ha hablado el dirigente alemán en una comparecencia celebrada en Munich. Y sus palabras no sentarán bien en la sede de la UE, en Bruselas.
«No se puede establecer un objetivo regulatorio y creer que sucederá»
A BMW no le preocupan los aranceles de Trump
Empezando por esto último, Oliver Zipse ha afirmado que a la marca germana no le preocupa que Estados Unidos imponga aranceles a los productos que provienen de Europa.
«Estoy seguro de que hay un resultado con el que podemos lidiar», aseguró, apuntando a continuación que ve margen para compensar las importaciones y exportaciones, a pesar de que Estados Unidos planea imponer aranceles de hasta el 30 % al Viejo Continente.
El caso es que BMW cuenta con factorías en suelo estadounidense, desde donde exporta a todo el mundo. Por ejemplo, la planta de Spartanburg, Carolina del Sur, fabrica 400.000 unidades anuales y cubre la mitad de los vehículos vendidos por la marca en Estados Unidos.
Zipse aboga, por tanto, por un consenso entre ambas partes que beneficie a las empresas multinacionales de origen europeo. «Eso solamente conduciría a una espiral arancelaria que perjudica a ambas partes», afirmó Zipse, añadiendo que «la tasa arancelaria más alta en nuestra industria proviene de Bruselas, no de la Casa Blanca», en referencia al 31 % aplicado a las importaciones de China.
Esto último también perjudica a las empresas europeas, recuerda Zipse, ya que BMW y otras también producen en suelo asiático. «A veces tenemos la impresión de que los políticos en Europa olvidan que las empresas europeas están activas en todo el mundo», añade.
¿Solo coches eléctricos en 2035? BMW dice no
Otro de los aspectos que Oliver Zipse ha criticado con dureza ha sido la ya archiconocida prohibición de vender coches nuevos con motor de combustión a partir de 2035, no dando opción a otra alternativa que no sea el coche 100 % eléctrico.
En este sentido, el CEO de BMW no se corta y afirma que «el sistema actual es un desastre» y considera que pone en peligro la industria automotriz europea a través de la aniquilación de toda posibilidad de invertir.
Zipse espera que dicha normativa sea revocada en un plazo máximo de tres años, ya que considera que es «demasiado cara» y añade que lo que Europa debería hacer para controlar las emisiones contaminantes es tener en cuenta todo el ciclo de vida de los vehículos, y no únicamente las expelidas por el tubo de escape de los mismos.
De ese modo, argumenta Zipse, las empresas que apuestan por la sostenibilidad en toda la cadena de producción, operación y reciclaje se verían beneficiadas.
Los e-fuels, el hidrógeno y la red energética
El dirigente de 61 años también abordó temas tan polémicos como el de los combustibles sostenibles, que para la Unión Europea no son válidos como herramienta de descarbonización.
A este respecto, Zipse señala que Europa no debe olvidar que los coches usados de combustión seguirán en la carretera mucho más allá de 2035, y también hizo referencia a la apuesta de BMW por el hidrógeno.

«No somos estúpidos, estamos pensando», apuntó ante las críticas a la marca por dicha inversión, argumentando que el hidrógeno permitiría liberarse de la dependencia de China para el suministro de baterías, que se suman a la de semiconductores y materias primas.
«Sacar el hidrógeno del juego sería un error», apuntó, recordándole a Europa que cerrar la puerta al enfoque multienergía no hace sino reforzar dicha dependencia de suministradores y productores externos al Viejo Continente.
El CEO de BMW finalizó su reflexión señalando que las ventas de coches eléctricos se están debilitando a nivel mundial, y especialmente en el mercado privado alemán, donde escasean los modelos asequibles.
Según Zipse, «no se puede establecer un objetivo regulatorio y creer que sucederá», ya que los consumidores dan prioridad al precio y al mantenimiento. Además, advirtió que, con la red eléctrica actual, únicamente podría electrificarse la mitad del parque móvil, y que la transición eléctrica completa llevará nada menos que entre tres y cuatro décadas.
Fuente: Welt.de