Compraron un Mirai creyendo en el coche de hidrógeno y ahora demandan a Toyota por dejarlos tirados
Propietarios del Toyota Mirai se han unido para demandar a Toyota por dejarlos tirados. Los clientes aseguran que «compraron el sueño» del coche de pila de combustible de hidrógeno debido a las promesas de la marca que nunca llegaron a cumplirse. Infraestructuras inexistentes y el creciente precio del hidrógeno hace inviable para muchos conductores seguir usando el Mirai.

El sueño del coche de hidrógeno ha resultado ser una auténtica pesadilla para un número creciente de conductores que en su momento decidieron apostar por el vehículo de pila de combustible más destacado. El Toyota Mirai. Cientos de conductores afincados en California (Estados Unidos), una de las regiones donde el coche de pila de combustible de hidrógeno goza de una mayor popularidad, han decidido poner punto final a su apuesta, por esta tecnología.
Cansados de promesas incumplidas tras haber «comprado el sueño» de un futuro en el que el hidrógeno se consolidaría como una alternativa válida a otras tecnologías de propulsión, cientos de propietarios del Mirai se han unido para demandar a Toyota. Una demanda colectiva en la que también se ha puesto el punto de mira en otras empresas alegando un supuesto engaño sobre la viabilidad de la red de puntos de repostaje de hidrógeno en el mencionado estado del país norteamericano.

Propietarios del Mirai se unen para demandar a Toyota
El colapso de la diminuta red de repostaje, sumado al encarecimiento del hidrógeno, ha llevado a una situación límite a numerosos propietarios del Mirai que a día de hoy están pagando un vehículo que no pueden conducir. Así lo señala la información hecha pública por Teslarati. Esta demanda colectiva, que busca dar voz a cientos de afectados, pone de manifiesto si Toyota, así como otros fabricantes de vehículos de hidrógeno, introdujeron esta tecnología en un mercado que no estaba listo.
Sam D’Anna, cliente afectado que forma parte de esta demanda colectiva, apenas había estrenado su Mirai de 75.000 $ (64.150 €) en julio de 2022 cuando descubrió que algo anda mal. El tanque de hidrógeno de su vehículo estaba prácticamente vacío. Un empleado del concesionario Roseville Toyota le informó de dónde podría repostar. La estación de servicio más cercana, en Citrus Heights, estaba fuera de servicio. La próxima quedaba a casi 40 kilómetros de distancia, en West Sacramento. Esto no debería ser un problema puesto que la autonomía del Mirai supera los 600 km, pero el indicador de autonomía apenas marcaba 35 km.
«Ya había firmado», señaló D’Anna, que terminó saliendo del concesionario con el climatizador apagado para ahorrar el máximo combustible. «Esto es terrible. Se me encogía el corazón», comentó la afectada. D’Anna no solo ha demandado a Toyota, en esta reclamación conjunta también se ha señalado al operador de estaciones de hidrógeno FirstElement Fuel, a la Asociación de Pilas de Combustible de Hidrógeno y al propio gobernador de California, Gavin Newsom.
Prueba en vídeo del Toyota Mirai de segunda generación
Demandan a Toyota por no poder usar el Mirai
La demanda, que ha sido presentada ante el Tribunal Superior de Los Ángeles, acusa a los demandados de fraude, negligencia y violación de las leyes de protección al consumidor. También alega que Toyota vendió el Mirai a sabiendas de que los clientes quedarían atrapados en préstamos de vehículos que apenas pueden usar.
Regresando al caso concreto de D’Anna, asegura que su Mirai está aparcado en casa de su padre en el condado de El Dorado, tapado con una lona y sin poder utilizarlo. Y todo ello mientras debe afrontar mensualmente el pago de casi 1.100 $ (940 €) por el vehículo, sumado a los 1.200 $ (1.025 €) de un Ford F-150 híbrido que tuvo que comprar en 2023 como sustituto del Mirai.
Hace apenas unos días parte de los afectados organizaron una manifestación en la ciudad de Los Ángeles para llamar la atención de los medios y la ciudadanía dejando claro que Toyota vende un coche que «no funciona como se anuncia» y, lo que es aún más alarmante, que «no hay combustible para los conductores».
Sin infraestructura el coche de hidrógeno no puede triunfar
En el punto álgido de «la fiebre por el hidrógeno» en California se hicieron grandes promesas para materializar una amplia red de puntos de repostaje. Fabricantes de automóviles como la mencionada Toyota, así como Hyundai y Honda, han desarrollado en este tiempo sus pertinentes vehículos de pila de combustible de hidrógeno. La propuesta era convincente, pero el tiempo ha pasado y la infraestructura prometida no se ha materializado.

La tecnología de pila de combustible es viable, los fabricantes así lo han demostrado. Pero sin una infraestructura de apoyo, es imposible que pueda triunfar. Ricky Yap, de West Sacramento, se subió al carro del hidrógeno en 2020 con la compra de un Mirai. Un vehículo que venía acompañado de una tarjeta de prepago por valor de 16.000 $ (13.700 €) para repostar. Y aunque al principio la situación no era mala, después «empeoró mucho».
La energética Shell decidió cerrar sus puntos de repostaje de hidrógeno, lo que ha derivado en grandes colas y tiempos de espera en la única estación de servicio que sigue permitiendo repostar hidrógeno en Sacramento. «Lo usaba muy pocas veces simplemente porque no me gusta el estrés. No quiero pagar el seguro de un coche que no puedo usar», comentó Yap, al asegurar que ha llegado a tardar cuatro horas en poder repostar su vehículo. En la actualidad solo hay medio centenar de estaciones de servicio de hidrógeno repartidas por California.
Ante esta situación Toyota ha optado por finalizar la comercialización del Mirai en áreas problemáticas de California como Sacramento. Sin embargo, los clientes de dichas zonas que compraron un Mirai aseguran que los fabricantes están ofreciendo una «ayuda limitada». Entre las soluciones ofrecidas se encuentra vehículos de alquiler y créditos de servicio. Una solución insuficiente. Hyundai también ha ofrecido a los propietarios del Nexo afectados por la escasez de puntos de repostaje soluciones similares a las propuestas por Toyota.

Se dispara el precio del hidrógeno
Por si todo esto no fuera suficiente, hay que sumar otro factor determinante. Y es el encarecimiento del hidrógeno. Si antes por unos 70 $ (60 €) era posible llenar el depósito, ahora cuesta 200 $ (170 €). La subida es brutal.
¿Se ha roto el sueño del coche de hidrógeno? Por lo menos para estos «early adopters» de California está claro que sí.
