Los coches eléctricos acercan a Volvo a los números rojos, dos apuestas no están saliendo como se esperaba
Polestar no es la única marca que está teniendo problemas en Estados Unidos. Los suecos de Volvo también están sufriendo de lo lindo, y hay dos modelos que son claros responsables de una complicada situación. Por supuesto, son eléctricos y este año reducirán considerablemente los ingresos del fabricante.

No es oro todo lo que reluce en algunas marcas. Por mucho que traten de hacer ver lo contrario, la situación real siempre acaba saliendo a la luz. Volvo definió el año pasado como uno de los mejores de su historia, en el que los coches eléctricos habían sido grandes protagonistas. Lo que no dijo es que ese éxito había sido responsabilidad del modelo más pequeño de su catálogo.
Porque los más grandes están llevando al fabricante a la ruina. Las estimaciones para este trimestre del año van camino de un auténtico desastre, señalando a dos modelos como causantes de la dura y complicada situación: los EX90 y ES90. El primero sufrió un importantísimo retraso de más de un año en las entregas y, aunque la marca se está esforzando por cumplir con los nuevos plazos, ha perdido atractivo.

Dos eléctricos de Volvo están llevando a la marca al desastre
La situación del ES90 es mucho más complicada, porque esta nueva berlina de cero emisiones se fabrica fuera del Nuevo Continente, y está sujeta a unos aranceles del 100 % en las importaciones, ya que procede del gigante asiático, por lo que pensar en que pensar en obtener ganancias es estúpido, teniendo en cuenta que los márgenes están bajo una elevada presión. Y ya no solo al otro lado del Atlántico, sino también a este.
Como ves, las circunstancias son más que difíciles para Volvo, que se ha visto obligada a contabilizar ya una pérdida de poco más de 1.000 millones de euros. Y eso después de que las expectativas de beneficios solo para este par de coches eléctricos se revisaran a la baja. Esta pérdida se traducirá en un menor beneficio neto, del que la propia Volvo ha estimado una pérdida de casi 350 millones de euros en el informe del segundo trimestre de 2025.
2025 no será un año excelente para los eléctricos de Volvo
Este será publicado en apenas 24 horas, y entonces conoceremos con más detalles las cifras, pero lo que están claras dos cosas: una, que los coches eléctricos están trayendo por la calle de amargura a Volvo y, dos, que Håkan Samuelsson no tiene razón en sus últimas declaraciones.
Lo interesante sería saber cuánto dinero pierde Volvo por cada venta del EX90, pero ese es un detalle que la marca sueca se reserva para ella y no va a salir a la luz tan fácilmente. Sí se sabe que los ejemplares ya vendidos y entregados han dejado una pérdida de unos 175 millones de euros, siendo el resto gastos de investigación y desarrollo del fabricante en nuevas tecnologías.
Volvo sabe que darle la vuelta a esta situación con este par de modelos de lujo es sumamente complicado, por lo que confía en hacerlo con el esperado EX60. La marca sueca espera que este modelo sea un punto de inflexión, no solo por una mejor autonomía, sino por un proceso de producción más barato gracias al método de fabricación de Tesla, de mega-fundición, en el que la batería se integra en la carrocería.
