Mercedes pone fecha a la llegada de su batería de más de 1.000 kilómetros de autonomía
A pesar de las idas y venidas en materia eléctrica, Mercedes-Benz está centrada en el desarrollo de su propia versión de la prometedora batería de estado sólido. El director de desarrollo de la marca alemana acota los tiempos para la llegada de su producción en serie.

El avance tecnológico en el campo de las baterías de los coches eléctricos es fundamental para que esta tecnología cale de verdad entre los conductores. Hay muchos más factores que influyen, pero el hecho de que las baterías mejoren permite que las autonomías sean cada vez mayores y, a la vez, estas sean más baratas.
Se están produciendo muchos avances en la industria de las baterías de litio, con las LFP ganando muchísimo protagonismo, sobre todo por su menor coste en comparación con las NCM. Otras están empezando a asomar como potenciales para el futuro, como las de sodio.
Sin embargo, a estas alturas es innegable que la industria mira a las baterías de estado sólido como la verdadera tecnología que cambiará por completo el coche eléctrico tal y como lo conocemos. La carrera entre las marcas está ya en marcha y ahora es Mercedes quien actualiza su situación al respecto.
Mercedes renunció a convertirse en una marca cien por cien eléctrica para el 2030, pero antes de esa fecha promete traer sus baterías de estado sólido.

Mercedes-Benz, cada vez más cerca de hacerlas realidad
El director de Desarrollo de Mercedes, Markus Schäfer, ha puesto fecha a la llegada de estas baterías de estado sólido, según el medio alemán Automobilwoche. O al menos, ha acotado los tiempos no solo para su llegada, sino para su producción en serie.
«Esperamos poder introducir la tecnología en la producción en serie antes de que finalice la década». Así pues, Mercedes estaría en disposición de ser una de las primeras marcas automovilísticas en Occidente que avanza de verdad con este tipo de baterías.
Las marcas chinas sabemos que van a otro ritmo e incluso el gigante SAIC, matriz de MG, está en disposición de traerlas prácticamente ya. Sus grandes rivales europeos, como BMW y Volkswagen, o la norteamericana Ford, pronostican esta producción en serie para 2027 o 2028.
Lo cierto es que Mercedes nunca ha querido meterse prisa con esta tecnología, de la que incluso mostró sus dudas hace apenas año y medio. Aun así, ha mantenido los avances y ha firmado importantes acuerdos de cooperación con otras empresas, como la norteamericana Factorial o la taiwanesa ProLogium.

Los trabajos de desarrollo ya se están produciendo en las instalaciones de Mercedes AMG High Performance Powertrains (HPP), especializada en tecnologías de Fórmula 1, y el Centro de Excelencia de Sistemas de Baterías en Alemania. Tras los test en los bancos de pruebas, desde febrero están realizando pruebas reales con un Mercedes EQS ligeramente modificado.
Las primeras pruebas son prometedoras y Mercedes habla abiertamente de un aumento de la autonomía de hasta un 25 por ciento en comparación con las actuales baterías, lo que permitirá superar los 1.000 kilómetros de alcance gracias a unas baterías con mayor densidad energética, pero ocupando el mismo espacio que ahora.
La clave está en el uso de un electrolito sólido, en lugar de líquido, lo que también aporta una mayor seguridad y unos tiempos de carga más rápidos, pudiendo recuperar el 80 por ciento de su carga en menos de 10 minutos.
«El desarrollo de una batería de estado sólido a escala automotriz subraya nuestro compromiso con la innovación y la sostenibilidad. Hemos comenzado las pruebas en carretera con un vehículo prototipo equipado con esta tecnología avanzada. Esto nos proporcionará información importante para la posible integración en serie de esta tecnología de baterías de vanguardia», explicó recientemente el mismo Markus Schäfer.
