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IndyCarSam Schmidt: "Ver a Wickens con los ojos abiertos fue tremendo"

  • El jefe de equipo de Robert Wickens confía en que su piloto volverá a las pistas tras su recuperación.
  • Schmidt pide que se duplique la altura de las barreras SAFER para prevenir accidentes de este tipo.
  • El equipo no montará a un sustituto en el coche de Wickens en Gateway.

11 min. lectura

Publicado: 22/08/2018 09:30

El mundo de la IndyCar en particular, y el del automovilismo en general, sigue en vilo por el estado de salud de Robert Wickens, que sufrió severas lesiones en la columna, ambas piernas y un brazo el pasado fin de semana en un terrible accidente en las 500 millas de Pocono. Habiendo sido intervenido de sus lesiones medulares, el canadiense será intervenido en sus extremidades esta semana, pero el campeonato, que no descansa, se dirige ya al sexto y último óvalo del año, Gateway, un óvalo corto y de características muy distintas a Pocono, que acogerá la antepenúltima prueba de la temporada.

En esta cita, el equipo Schmidt solo contará con el monoplaza de James Hinchcliffe, que cuenta con el OK médico para correr tras recibir el impacto de varios restos en el accidente. Nadie pilotará el coche número 6 de Wickens, tal y como anunció el equipo este martes. Así lo ratificó Sam Schmidt, dueño y fundador del equipo, en una entrevista concedida a Motorsport.com, donde dejó caer que necesitarán que un potencial sustituto en las dos últimas carreras traiga fondos para cubrir las grandes pérdidas económicas sufridas en los daños de los dos chasis.

"La mente de todo el equipo está inevitablemente distraída ahora. Intentar introducir a un nuevo piloto tan pronto sería otra distracción", argumenta Schmidt. "Para Portland y Sonoma, no lo sé aún. El teléfono ha sonado sin parar con potenciales sustitutos, pero primero quiero reunir al equipo para discutir la mejor forma de seguir adelante. Tener tres carreras consecutivas ya es bastante complicado, y logísticamente no ayuda que sea un superspeedway seguido por un óvalo corto y un circuito".

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La salud de Wickens es ahora la prioridad máxima, y Schmidt ha mostrado total confianza en el equipo médico, compartiendo a su vez el momento en el que vio por primera vez a su piloto tras el accidente: "Ver a Robbie con los ojos abiertos en el centro médico fue tremendo, porque los 40 minutos de silencio se hicieron demasiado largos. Los doctores están siguiendo todos los pasos, haciendo todo lo que ha de hacerse por alguien después de un accidente tan violento. Después de que sus otras lesiones sean tratadas, lo ideal sería poder trasladarle a Indianápolis", donde se ubica uno de los más avanzados centros médicos y de rehabilitación en los Estados Unidos, con décadas de experiencia en lesiones producidas en la pista.

17 años después de su accidente, Sam Schmidt pudo verse cara a cara con el mismísimo Mario Andretti, pilotando a gran velocidad un Corvette solo con los movimientos de su cabeza.

Por desgracia, a Schmidt estos percances le son muy familiares. Su prometedora carrera como piloto (quinto en la Indy Racing League en 1999) terminó abruptamente en enero del año 2000 al quedarse tetrapléjico tras un accidente en un test en el desaparecido Walt Disney World Speedway. Dentro de su propio equipo, Schmidt ha padecido varios de los más graves incidentes de la IndyCar en la última década: la muerte de Dan Wheldon en la carrera de Las Vegas en 2011, el violento accidente que seccionó la arteria aorta a Mikhail Aleshin en los libres de las 500 millas de Fontana en 2014, y como Hinchcliffe burló a la parca de milagro después de que una pieza de la suspensión le atravesase la pierna y la pelvis tras un accidente en prácticas de la Indy 500 en 2015.

Schmidt confía en que Wickens pueda volver a pilotar y retomar su carrera donde la ha dejado, tras una fantástica primera temporada como novato en la que ha sumado cuatro podios y coqueteaba con el top 5 de la general. "Creo que sí, eso espero. Solo conozco a Robbie desde hace un año, pero es la clase de tipo para el que las carreras son su vida. Está disfrutando de la IndyCar, le gusta la atmósfera y la calidad de la competición. Si cree que puede seguir siendo competitivo, no tengo duda de que volverá. Es la clase de individuo comprometido y determinado que puede superar grandes contratiempos".

La lesión que Schmidt sufrió en el año 2000 se produjo en una zona superior (vértebras cervicales C2 y C3) y más compleja que la zona afectada de Wickens (entre las vértebras torácicas T2 y T12), independientemente del posible daño medular. A falta de que se analice a fondo el chasis y su respuesta ante el accidente, Schmidt considera que éste ha funcionado correctamente: "El coche hizo lo que tenía que hacer. Es decir, no queda nada de él, hay partes de la valla por todo el chasis, es un gran montón de basura sin una sola parte utilizable, pero así debía ser, al disipar energía en un accidente así. Protegió el único elemento que debía proteger, el piloto".

En tierra, los operarios trabajaban en reparar la maltrecha valla. En los aires, el helicóptero médico transportaba a Wickens camino del hospital

El accidente ha devuelto a la primera plana la discusión sobre la seguridad en los óvalos, centrada especialmente en la protección de cockpit que IndyCar sigue preparando para su introducción y, sobre todo, en la cada vez más evidente problemática de las vallas de contención y los postes que las sujetan, causantes de muchas de las lesiones sufridas en este tipo de circuitos: los mencionados accidentes de Wheldon y Aleshin, además de los de Jeff Krosnoff (1996), Kenny Bräck y Tony Renna (2003), Mike Conway (2010) y Dario Franchitti (2013), siendo éste último y el de Krosnoff en circuitos urbanos.

Aunque muchas voces han abogado por el desarrollo e instalación de unas pantallas protectoras de Plexiglass similares a las empleadas en el hockey hielo, Schmidt es más partidario de otra de las teorías sugeridas: "Tenemos que dar con algo, y llevo diciéndolo desde que (Wheldon) murió. Odio quejarme de algo o pedir cambios cuando no tengo las respuestas, pero lo que he pedido desde entonces es que se duplique la altura de las barreras SAFER en las curvas donde no hay gradas. Quizá es solo una solución temporal, pero una SAFER no devuelve el coche a la pista, como algunos han apuntado sobre la solución del Plexiglass".

Schmidt argumenta que "en los accidentes de Mikhail, Robbie y otros, un metro más de altura en las barreras podría haber contenido los coches dentro de la pista sin ser destrozados por la valla de contención, incluso en la NASCAR", haciendo referencia a esta categoría por los accidentes en Daytona de Kyle Larson (2013) y Austin Dillon (2015), de los que ambos pilotos salieron relativamente ilesos. "No sé el nivel de inversión que requeriría, pero en curvas donde la visión de los espectadores no es un problema, los óvalos necesitan hacer algo así".

Para Schmidt, la fantástica temporada de novato de Wickens, y el impulso que ésta ha dado al equipo, es lo que hace que este accidente le sea difícil de asimilar: "Es un piloto tan talentoso que hace que todo el equipo suba el nivel, más de lo que nunca lo han hecho, y se ve en las paradas, el desarrollo del chasis y demás. Esto lo que hace que esta situación sea aún peor: todos sabemos de su talento, y no sé si podría haber terminado tercero o cuarto este año, pero lo habría intentado al máximo. Es algo fantástico tratándose de un novato, más allá de su experiencia en otras categorías".

"Él pone a prueba a la gente, pero también les inspira, y eso hace que todos estén más unidos. Tenemos esa unión porque somos competidores y queremos ganar siempre. Correr bien todos los findes incrementa esa intensidad, y Robbie se ha convertido en una parte intrínseca de ello". Con ello en mente, obtener el mejor resultado posible con Hinchcliffe en Gateway será el mejor indicador de ese progreso. Por lo pronto, cualquier persona que desee enviar postales o buenos deseos a Wickens puede hacerlo en la dirección indicada en el tuit inferior.

Fuente: Motorsport.comFotos: IndyCar Media

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