Nadie lo vio venir, las marcas japonesas recurren a China para salvar su futuro en Europa
El poderío histórico de las marcas japonesas es cada vez menor si miramos en exclusiva el mercado de los coches eléctricos, dominado con mano de hierro actualmente por sus rivales chinos. Así lo demuestran las últimas noticias protagonizadas por Nissan y Mazda.

Fabricantes japoneses aliados con marcas chinas para cumplir con la normativa de emisiones en Europa. Parece la base para un chiste, pero no, es la realidad actual que se está viviendo en la industria automovilística de nuestra región.
Ya os contamos hace unos días que, a pesar de que Europa había cedido a las presiones de los fabricantes para aliviar la normativa CAFE y las esperadas multas multimillonarias a los que no cumpliesen con los objetivos medioambientales, había cierto movimiento entre las marcas.
En este contexto, solo BMW y sus marcas podían presumir de cumplir con los objetivos de ventas de coches eléctricos, de forma que estaban libres de pagar las multas correspondientes. Ahora son las marcas japonesas las que se están empezando a mover para curarse en salud, ante una demanda de vehículos eléctricos todavía lenta.

Nissan y Mazda se pasan al "bando" chino
En el caso de que una marca no cumpla con los objetivos medios de CO2, incluso ahora con el nuevo promedio de los años 2025, 2026 y 2027, deberá afrontar un pago de 95 euros por cada gramo de CO2 excedido, a multiplicar por los coches totales vendidos.
Pero la Comisión Europea, dentro de sus normas, también contempla la posibilidad de que los fabricantes se organicen para "compartir" emisiones. Es lo que se llama agrupación o "pool" de créditos de carbono: una marca que no vaya a cumplir con sus objetivos de emisiones medias de CO2 puede aliarse con otra que sí, previo pago de estos créditos (a un precio muy inferior al de las multas).
Y eso es lo que están haciendo ya marcas japonesas como Nissan y Mazda, de acuerdo un documento de la UE. Según se acerca el final del año 2025, necesitan bajar lo máximo posible sus emisiones medias… por si acaso.

En el caso de Nissan, su alianza ha sido con BYD, líder mundial de coches enchufables (y ya de eléctricos puros). La marca está llevando a cabo una reformulación de su gama de eléctricos con la llegada reciente de los nuevos Micra y LEAF, y que pronto hará lo propio con un nuevo Juke eléctrico y un coche urbano para el segmento A basado en el futuro Twingo.
Sus ventas hasta ahora en el apartado eléctrico no han sido suficientes para invitar al optimismo, por lo que la marca está tomando una medida disuasoria que permita reducir los promedios generales de CO2, por si su apuesta no alcanza los objetivos previstos.
Mazda, en cambio, que ha forma parte de un "pool" diferente desde principios de año junto a Tesla, ha recurrido ahora a su marca conjunta en China junto a Changan. El fabricante japonés está iniciando también una nueva era con su familia de coches eléctricos, protagonizada por los nuevos Mazda 6e y CX-6e junto a su socio chino, por lo que tiene todo el sentido esta alianza.

Cambio de paradigma en el mercado
Pero no obstante, no deja de mostrar una realidad respecto al cambio de paradigma en el mercado mundial, especialmente aquí en Europa. Durante mucho tiempo, las marcas japonesas han sido sinónimo de eficiencia y liderazgo tecnológico.
Sin embargo, la transición hacia el vehículo eléctrico ha alterado el equilibrio global. Aquellos que un día marcaron el rumbo de la industria (recordemos a Nissan con el pionero LEAF), se ven ahora obligados a recurrir a sus rivales chinos, los nuevos dueños del panorama eléctrico para compartir créditos de carbono y evitar sanciones millonarias.
Una imagen simbólica de cómo el tablero de juego mundial en la industria del automóvil se ha desplazado en Asia. Japón ya no dicta las reglas, las sigue, y son los fabricantes chinos los que toman la delantera en las nuevas tendencias del automóvil que tendremos aquí en Europa en los tiempos venideros.

