El buggy más icónico de Meyer Manx resucita con un aliado inesperado y no, no es eléctrico
Han intentado que los buggies tengan una nueva vida entre los coches eléctricos, pero limitar la diversión les quita todo el sentido de un plumazo. Los de Meyer Manx lo saben y ahora han presentado una nueva propuesta involucrando a Porsche. No será barato pero sí muy potente aunque todavía no lo puedes comprar.

Fabricantes especializados en creaciones únicas como las de los buggies encontraron en los coches eléctricos una tabla de salvación, sin embargo no todo es perfecto. Estos vehículos de recreo tienen diseños que comprometen seriamente otros aspectos, por ejemplo el de las prestaciones pero no todas.
La potencia es muy elevada, y las reacciones son fulgurantes con una aceleración más que rápida, pero el consumo de energía «vuela» por lo que la autonomía se reduce. Pero limitar la diversión no tiene sentido alguno, por ello los buggies eléctricos no son muy comunes. Los americanos de Meyer Manx lo saben, por eso han decidido poner tierra de por medio con una de sus últimas creaciones.

Meyer Manx deja a un lado la electricidad, por el momento
El Manx 2.0 recuperó el estilo de los años 60, y al que acompañaron con un motor eléctrico colocado en el eje trasero que, con sus más de 200 CV, era todo un aliciente para hacer disfrutar hasta al más incrédulo pero que tuviese suficiente dinero para hacerse con un ejemplar porque baratos no son. Ahora, la firma ha vuelto a la carga al anunciar una nueva propuesta que lanzará al mercado a finales de 2026 o, a lo sumo, en 2027.
Por ahora se saben pocos detalles de este nuevo Meyer Manx, pero está claro que el estilo ha cambiado. Ya no es el retro del siglo pasado, ahora es más moderno y sofisticado aunque por supuesto se han respetado los rasgos propios de los buggies, con los grandes pasos de ruedas, la carrocería biplaza que apuesta por un diseño más moderno y los musculosos laterales.
El nuevo buggy de Meyer Manx tiene a Porsche como socio
El nuevo modelo se llama LFG Tuthill Porsche, por lo que las prestaciones y un elevado rendimiento no solo están plenamente aseguradas, sino que se confirma que no tienen nada que ver con la electricidad. El fabricante californiano ha optado por montar una configuración mecánica inteligente, suministrando la marca deportiva un motor bóxer de seis cilindros y 3.1 litros con más de 250 CV, una caja de cambios secuencial y tracción a las cuatro ruedas.
Sobra decir que esta configuración asegura una diversión casi sin límites, hasta que se agote la gasolina del depósito, pero bastan minutos para repostar y seguir disfrutando de una conducción muy deportiva, en parte gracias a una suspensión con doble amortiguador. El precio se desconoce, pero teniendo en cuenta que las opciones de personalización serán numerosas y que solo se producirán 100 unidades, está claro que este Meyers Manx no estará al alcance de una gran mayoría.