Ford cancela sus planes eléctricos más importantes tras haber perdido 19.500 millones de dólares con su estrategia
Los de Dearborn han decidido pisar el freno y paralizar sus objetivos de electrificación. La estrategia ha supuesto una gran pérdida económica para la más importante marca americana. Ford se enfocará en los híbridos y los EREV.
Poco a poco la industria del automóvil se va dando de bruces con la realidad del mercado. A principios de la década todos los fabricantes anunciaron ambiciosos planes de electrificación para sus flotas, pero con el tiempo se han dado cuenta de que el mercado todavía no está listo para dar tan importante paso. La tecnología ha evolucionado, pero no lo suficiente como para ser la única alternativa. Los conductores, en este momento, buscan opciones intermedias que sí resuelvan su movilidad actual y futura sin tener que depender exclusivamente de un enchufe.
Europa busca una nueva hoja de ruta tras años intentando promover un coche eléctrico alejado de las costumbres de compra de los conductores. La situación europea no es mucho peor que la que se vive al otro lado del Océano Atlántico. La llegada de Donald Trump al Despacho Oval ya revertido casi por completo la agenda propuesta por la anterior administración. El presidente republicano no está a favor del coche eléctrico y por eso ha eliminado las ayudas que pesaban a favor de este. Como resultado de sus políticas, la industria automovilística americana ha tenido que reaccionar.
Ford, como el mayor fabricante del país, es el que más ha notado el golpe. La empresa dirigida por Jim Farley ha anunciado que se baja de la corriente eléctrica, al menos en Estados Unidos, y asumirá una amortización de 19.500 millones de dólares. Es el ejemplo más dramático que ha vivido la industria americana a raíz de las nuevas políticas de Trump. A pesar de las ayudas para la compra de coches eléctricos en Norteamérica, al igual que en Europa, estos no han llegado a ser la corriente masiva que tantos habían previsto a principios de la década.
La compañía, con sede en Dearborn, Estado de Michigan, ha anunciado que deja de fabricar su modelo eléctrico más imponente, la Ford F-150 Lightning. La compañía pone así el punto y final a un modelo que ha generado tanta controversia como falsas expectativas. La compañía también ha descartado el desarrollo de un camión eléctrico, conocido internamente con el código T3, así como una flota entera de furgonetas impulsadas con batería que tenía pensado fabricar el próximo año. En total, Ford asumirá pérdidas por valor de 19.500 millones de dólares.
8.500 de esos millones de dólares se relacionan con la cancelación de vehículos eléctricos ya planificados. Alrededor de 6.000 millones están vinculados a la disolución de una empresa conjunta creada con la compañía de baterías surcoreana SK On. Los otros 5.000 millones de dólares se asocian con lo que Ford ha denominado como "gastos relacionados con el programa". Para paliar el golpe, el propio Farley ha reconocido que la empresa espera ganar más este 2025 de lo que inicialmente había calculado. Unos 7.000 millones de dólares frente al rango calculado anteriormente de entre 6.000 y 6.500 millones de dólares.
¿Supondrá algún cambio para Europa?
Por el momento no lo sabemos, pero es bastante probable que la compañía americana mantenga la estrategia actual para el Viejo Continente. Su agenda pasa por la asociación con diferentes fabricantes locales como la que mantiene con Volkswagen. Hace apenas unos días Renault y Ford anunciaron un gran acuerdo de entendimiento mediante el cuál los americanos podrían hacer uso de la plataforma AmpR Small de la casa gala. La misma estructura que alimenta al Renault 5 y que el próximo año servirá como base para recuperar el Renault Twingo E-TECH.
Ford sí apoyará la electrificación en Europa, al menos por ahora. La compañía americana ha sido duramente criticada por sus últimas decisiones. Decisiones tan controvertidas como la eliminación de su cartera de productos como el Fiesta o el Focus. Por lo que sabemos, ambos modelos volverán a la plantilla de Ford, pero no sabemos exactamente cuando. La transformación será radical en ambos casos y se primará el uso de mecánicas eléctricas, aunque los conductores europeos han demostrado que todavía no están decididos a dar el salto.
Los europeos seremos los grandes beneficiarios de la nueva plataforma eléctrica que Ford está desarrollando. Una estructura que, según la marca, será posible asociar a una amplia variedad de modelos de pequeño y medio tamaño con un enfoque principalmente económico. No hay plazos concretos para su llegada, y tampoco se sabe si esta sufrirá alguna modificación para abrazar otro tipo de sistemas de movilidad. La división Model E enfocada a la movilidad eléctrica lleva años acumulando numerosas y cuantiosas pérdidas sin visos de generar ingresos positivos para los de Michigan.
Híbridos en el punto de mira
La combustión no ha dicho su última palabra, aunque esta también tendrá que adaptarse. La electrificación parcial y escalonada parece la solución más sensata de todas. Ford ha admitido que apoyará los híbridos y los eléctricos de rango extendido. También conocidos como híbridos enchufables de amplio margen eléctrico. La compañía prevé que su combinación global de híbridos, coches eléctricos de autonomía extendida y vehículos eléctricos puros alcance el 50% de las ventas de vehículos para 2030, frente al 17% actual.
El ejemplo más visual de este nuevo rumbo tiene que ver con su pick-up eléctrica. Como ya hemos dicho un poco más arriba, la F-150 Lightning desaparecerá del mercado en su formato actual para convertirse en un modelo eléctrico de rango extendido. La camioneta montará un motor de combustión que actuará como generador para así ampliar el rango de uso hasta los 1.125 kilómetros sin necesidad de tener que parar a repostar. Esta tecnología es potencialmente escalable a cualquier modelo o tamaño.
