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La carretera solar, ¿qué otros usos podríamos darle?

La primera carretera solar ha sido instalada en los Países Bajos. Por ahora solo es un carril bici en estudio de viabilidad, pero ¿qué otros usos podríamos darle? La electricidad marca el camino del futuro de la movilidad. Multitud de aplicaciones eléctricas son aplicadas hoy en día en los coches, pero el futuro deberá mejorarlo.

7 min. lectura

Publicado: 18/11/2014 12:00


La primera carretera autosostenible del mundo se ha inaugurado en los Países Bajos

Está claro que el planteamiento actual de los combustibles fósiles está en la fase final de su uso. El agotamiento de los recursos naturales nos obliga a cambiar nuestra forma de plantearnos la movilidad. La gasolina y el diésel son conceptos antiguos que deben dejar paso a nuevas tecnologías y métodos alternativos. La primera carretera solar ha sido implantada en los Países Bajos, un primer paso para su uso masivo.

El pasado miércoles se abrió la primera carretera del mundo en incorporar paneles solares. Ha sido en Países Bajos. Por ahora solo son 230 metros implantados en un carril bici. Un pequeño paso, lo sabemos, pero es algo que debe abrirnos los ojos ante posibles y futuros usos en un campo más grande, como las carreteras convencionales.

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Para eso queda mucho tiempo, por ahora este carril bici se encuentra en prácticas. Durante tres años se estudiará y analizará la viabilidad para incorporarlo a mayor nivel. Los paneles de hormigón incorporan panales solares que van recubiertos por un vidrio templado de gran resistencia. La electricidad acumulada servirá para la iluminación de farolas, los semáforos y algunos hogares.

Los bloques de hormigón incorporan los paneles solares, recubiertos por un vidrio templado de alta resistencia

¿Qué otros usos se podrían conseguir?

El empleo de la luz solar como fuente de energía no es nada nuevo, lo sabemos, pero es la primera vez que se aplica a la movilidad. Ante esto cabe esperar que en unos años veamos otras aplicaciones que usen misma base. Pero la pregunta es: ¿hasta dónde podemos llegar con ella? Pues la respuesta por ahora se presenta incierta, los resultados demostrarán tal hecho, pero a nosotros se nos han ocurrido algunas.

Carreteras autosuficientes

Tampoco es algo nuevo, pero podría estar aplicado a una mayor escala. Es muy común ver como las farolas de las carreteras estén apagadas, ya sea porque no hay dinero para pagar la electricidad o porque se ha robado el tendido eléctrico que las alimenta. El uso de la energía solar solventaría este problema, ya que la carretera serviría como fuente de alimentación.

Los mismos paneles solares de los que hemos hablado serían instalados en las carreteras. Su mayor superficie sería capaz de generar suficiente energía como para encargarse del alumbrado nocturno o de los paneles de advertencia y señales. Algo así ya se hace, en zonas de difícil acceso las pequeñas señales cuentan con paneles solares que las hacen independientes del correspondiente cableado.

Sistema de carga de baterías de coches

Cada vez hay más coches eléctricos o híbridos que emplean baterías. El principal problema que presentan estos vehículos es su autonomía. Muy limitados a un uso urbano, los coches eléctricos no son la alternativa real para realizar desplazamientos largos. Pero esto podría solucionarse si a la vez que circulamos la carretera proporciona la energía para la recarga de las baterías.

Obviamente no podemos ir enganchados al tendido eléctrico como los tranvías, pero también es conocido que empresas como Mercedes y BMW están trabajando en un sistema de recarga inalámbrico mediante inducción. Si ambas tecnologías pudieran combinarse, el uso de los coches eléctricos se dispararía, consiguiendo disminuir en gran medida la cantidad de emisiones contaminantes.

La inducción permite que un campo electromagnético realice la carga sin la presencia de cables

Seguridad vial

Un uso estandarizado y generalizado de vehículos eléctricos permitiría controlar mejor el volumen del tráfico. Un ejemplo es la Autobahn alemana. Ya sabéis que no hay límites de velocidad, pero en situaciones de mucho tráfico, mala climatología u obras, las señales se adaptan para para fijar unos límites de velocidad, reduciendo de esta manera la posibilidad de accidentes.

Algo parecido podría usarse en este caso. Los coches eléctricos estarían en constante comunicación con la carretera, por lo que ante un accidente, un atasco, una obra o malas condiciones climatológicas la carretera reduciría su nivel de potencia, haciendo que los coches circulasen a una menor velocidad, controlando así el tráfico y previniendo ante posibles situaciones de peligro, haciendo más fácil la circulación.

Las carreteras inteligentes permitirían controlar de forma más eficiente el volumen de tráfico

Estos son algunos usos que podrían surgir de las carreteras solares. Por supuesto solo son ideas, pero sabemos que en un futuro estas medidas estarán más cerca de la realidad que de la imaginación. No sabemos cuándo pasará, pero algún día hablaremos de ellas como algo normal. También sería complicada su implantación, ya que supondría sustituir cada kilómetro de carretera actual por una del futuro, un coste que por ahora es inasumible por los países.

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