Reparar un pinchazo en el coche: cuándo y cómo debe hacerse
Todo conductor con experiencia ha sufrido un pinchazo en algún momento de su trayectoria al volante. En ese caso lo normal es cambiar la rueda por una de repuesto o tirar del kit reparapinchazos. Pero, ¿podemos reparar la rueda pinchada?
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Publicado: 26/12/2020 15:30
Aunque las carreteras de hoy en día han mejorado mucho en relación a las de décadas pasadas, lo cierto es que ningún conductor está libre de pinchazos a consecuencia de baches o elementos externos presentes en la calzada, como pueden ser tornillos, clavos, restos de otros vehículos o piedras.
Por eso, la Dirección General de Tráfico (DGT) establece la obligación de llevar en el coche una rueda de repuesto o kit reparapinchazos. Lo que ocurre es que estas dos soluciones nos permiten reemprender la marcha, pero no recuperar la rueda dañada para un posterior uso. Por tanto, si no queremos tener que comprar una nueva, existen otras opciones.
Qué hacer si hemos pinchado un neumático
Lo más habitual es que suframos un pinchazo a consecuencia de un objeto punzante que traspasa la banda de rodadura y permite la fuga del aire alojado en el interior de la cubierta. Pero puede ocurrir también a consecuencia de un bordillazo en un flanco o por sobrecalentamiento (algo que generalmente es potenciado por un exceso de velocidad para ese neumático, un mal estado del mismo o subinflado).
Los pinchazos pueden ser lentos o inmediatos. En el primer caso, el aire escapa lentamente (puede incluso tardar días en desinflarse) y suele ser posible llegar a nuestro destino, pero con una presión del neumático cada vez menor que nos obliga a poner solución para no comprometer la integridad del mismo y nuestra seguridad.
En el segundo, corremos más peligro al perder la rueda todo el aire y provocar vibraciones o incluso bandazos en la trayectoria del vehículo. Deberemos reducir la velocidad sin frenar bruscamente y lo antes posible para no dañar el neumático y la llanta.
¿Cuándo se puede reparar un pinchazo?
No todos los pinchazos pueden ser reparados y, por tanto, no todos los neumáticos pueden recuperarse. Esto se debe principalmente a que, en la actualidad, no se utilizan neumáticos con cámara, sino que el propio neumático sirve para crear una cavidad estanca conjuntamente con la llanta, donde se aloja el aire.
Por lo general, un pinchazo puede repararse a consecuencia de un pinchazo en la banda de rodadura, pero hay ocasiones en las que el daño es tal que no es posible repararlo:
- El pinchazo se ha producido en el flanco del neumático (lateral)
- El pinchazo se ha producido en la banda de rodadura (zona en contacto con la calzada), pero ha provocado daños internos
- El daño se ha producido en el hombro del neumático (la unión entre en flanco y la banda de rodadura)
- En general, cualquier corte o reventón
En caso de no poder repararse, debemos tener presente que en todo momento debemos tener el mismo modelo de neumático en ambos lados de cada eje, aunque lo ideal es que las cuatro ruedas sean idénticas. De lo contrario, la seguridad se verá comprometida al contar con diferentes niveles de adherencia y comportamiento en frenada, asfalto mojado, etc.
Tipos de neumáticos que no pueden repararse
Actualmente existen muchos tipos de neumáticos y algunos de ellos no pueden repararse. Se trata de los neumático run flat, que cuentan con refuerzos de goma en los flancos que permiten circular durante un número limitado de kilómetros sin aire en en el interior. Cuando esto ocurre, pueden llegar a aguantar unos 400 kilómetros en función de la carga del vehículo, pero no se deben superar los 80 km/h de velocidad.
Los neumáticos Contiseal, que cuentan con una banda naranja en su interior que protege el mismo, son efectivos cuando el pinchazo no es profundo. Tanto en este caso como en el anterior, una reparación permanente no es posible y deben ser sustituidos.
Maneras de reparar un pinchazo
Una vez que hemos determinado que nuestro neumático puede ser reparado, podemos optar por varias soluciones.
Sustituir la rueda
Esta es la primera y más obvia, recurrir a la rueda de repuesto, que deberá estar en condiciones óptimas para su uso. Aunque lo ideal es que esta sea la misma que la que sustituimos, hoy en día es muy complicado que un vehículo moderno la incorpore ya que ocupa mucho espacio. Debido a ello, suele ser habitual disponer de la ya clásica galleta, que es una rueda de menor tamaño que nos permite circular sin sobrepasar los 80 km/h y con una distancia de uso limitada.
Como es lógico, para esta operación debemos contar con un gato para elevar el vehículo y una llave para aflojar y apretar los tornillos.
Kit de reparación con espuma
Es el habitual kit reparapinchazos que en la actualidad muchos fabricantes de automóviles optan por incluir en sus coches y que sustituyen a las ruedas de repuesto. Con ello, además de ahorrar costes, consiguen aumentar el volumen del maletero. Este kit, además, es norma habitual en los vehículos de GLP, pues el depósito ocupa el lugar destinado a la rueda de repuesto.
Este kit no nos salvará en cualquier situación, pues sólo es efectivo con daños producidos en la banda de rodadura con un tamaño inferior a 3 mm. El modo de utilizarlo es insertar un pegamento líquido que se convierte en espuma. El principal inconveniente es que esto es una solución temporal, pues el neumático debe ser sustituido por uno nuevo lo antes posible.
Reparación con mecha
Este método es el más casero, pues podemos realizarlo nosotros mismos, aunque eso no significa que vayamos a saber hacerlo bien para que sea definitivo. Con esta técnica se emplean tiras de caucho vulcanizantes (combinación de azufre con goma elástica para que esta conserve su elasticidad en frío y en caliente).
Lo más importante es utilizar el escariador correctamente para que, al insertar la tira de caucho, el orificio quede completamente sellado. Es, sin duda, el método más económico de todos y, si se hace bien, el neumático podrá utilizarse durante mucho tiempo más.
Parches de reparación Perforación (PRP)
Este método es el más profesional y se hace necesaria la intervención de un taller especializado. El neumático debe ser desmontado de la llanta para poder trabajar desde el interior de la banda de rodadura, donde se inserta un parche tipo seta que cubre el orificio. El coste de reparación con este sistema puede rondar los 30 euros.
Sustitución de la válvula
La válvula es otro de los elementos que nos puede ocasionar un problema, ya que con el tiempo suele sufrir deterioro y puede acabar siendo incapaz de mantener la presión correcta en el interior del neumático. Para ello existen kits de sustitución sin necesidad de desmontar el neumático.
Cómo cambiar una rueda
Para muchos conductores puede ser una pesadilla, pero lo cierto es que sustituir una rueda no es una operación excesivamente complicada. Eso sí, debemos tener en cuenta algunos detalles para hacerlo correctamente:
- Coloca el coche en una superficie plana y estable, sin arena, barro, agua, etc. De ese modo, el gato hidráulico se asentará sobre una base estable y el coche tampoco se moverá cuando lo elevemos.
- Descubre los tornillos del neumático afectado. Si es una llanta de aleación están a la vista, pero si es de chapa probablemente llevará tapacubos que habrá que retirar.
- Prepara el gato elevador, la llave de tubo o de vaso para los tornillos y la rueda de repuesto. Si tienes tornillos de seguridad, saca también su llave correspondiente.
- Es el momento de aflojar los tornillos parcialmente antes de levantar el coche con el gato. Lo mejor es apoyar un pie directamente en la llave y cargar el peso del cuerpo sobre ella. Es importante recordar que aflojaremos girando los tornillos en sentido contrario a las agujas del reloj.
- Localiza las pletinas del chasis que sirven para colocar el gato. Hay cuatro, una cercana a cada rueda y vienen identificadas en el libro de instrucciones del coche por si no eres capaz de identificarlas. Coloca el gato y eleva el coche hasta que la rueda quede en el aire.
- Retira del todo los tornillos y sustituye la rueda. Vuelve a poner los tornillos, pero apretándolos con la mano o sin ejercer presión con la llave. Lo justo para que la rueda no tenga holgura.
- Baja el coche con el gato y, una vez que la rueda esté en el suelo, aprieta los tornillos fuertemente con la llave. Utiliza tu peso para apretarlos mejor, pero esta vez girando los tornillos en el mismo sentido que las agujas del reloj.