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Un tribunal condena a Tesla por el incendio de un Model S tras un accidente por exceso de velocidad

El fabricante ha sido condenado a indemnizar por más de 10 millones de euros a los padres de un conductor de un Tesla Model S accidentado en 2018 en Estados Unidos. No fue por Autopilot, sino por una conducción temeraria.

Un tribunal condena a Tesla por el incendio de un Model S tras un accidente por exceso de velocidad

7 min. lectura

Publicado: 21/07/2022 00:00

8 de mayo de 2018. Barrett Riley, un chico de 18 años, conducía el 2014 Tesla Model S de su padre por Ford Lauderdale (Florida, EEUU) muy rápido. Iban con él Edgar Monserratt, en el asiento del pasajero, y otro chico en la parte de atrás. En una curva limitada a 50 km/h Riley perdió el control -lo lógico- en medio de un adelantamiento y chocaron contra un muro dos veces.

Iban a 187 km/h y no estaba activado Autopilot. El pasajero trasero salió despedido y pudo contarlo, pero los ocupantes delanteros no. El coche se incendió por la magnitud de la colisión, que provocó daños estructurales, y murieron abrasados, un testigo presencial declaró que «todavía se movían» y no fue posible ayudarles. Las familias de las víctimas demandaron a Tesla por separado, los chicos se iban a graduar del instituto en dos semanas.

Ya tenemos veredicto, y Tesla ha sido condenada a pagar una indemnización a los padres de Barrett, divididos en 4,5 millones para el padre y 6 millones para la madre, por daños y perjuicios. La demanda, muy similar a la interpuesta por los padres del copiloto contra Tesla y un técnico, argumentaba que podrían haber sobrevivido -al menos en un primer momento- en base a dos factores.

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De izquierda a derecha: Edgar Monserratt y Barrett Riley, pasajero y conductor del Tesla Model S

Por un lado, la colisión podría haber ocurrido a una velocidad inferior. Se da la circunstancia de que a Barrett, el hijo de James y Jenny Riley, le gustaba mucho correr. Dos meses antes del siniestro, Barrett fue multado a poca distancia de casa por conducir a 180 km/h en una zona limitada a 100 km/h con el mismo coche.

Los padres solicitaron en el servicio técnico que se pusiese una limitación en el coche a 137 km/h, que sigue siendo más de lo que permite la normativa vial de todo Estados Unidos. Y así se hizo, se impuso una limitación al coche, pero no al hijo, a petición de la madre. No estaba escarmentado de su experiencia previa, en la que le habían pillado, podemos suponer que habría más

Pero en algún momento Tesla realizó un cambio en la configuración del coche y el limitador de velocidad quedó deshabilitado. Los padres no fueron informados del cambio, por lo que argumentaron que Tesla tuvo algo que ver en el accidente de su hijo. Lo gracioso de todo es que fue el hijo el que pidió a un técnico de Tesla quitar la limitación, aprovechando un mantenimiento.

El segundo argumento no es menos retorcido. Las baterías del coche se incendiaron, algo bastante probable en una colisión en la que el coche sufre importantes daños estructurales, dado que no se diseñan para aguantar colisiones a esas velocidades. Los padres consideraron que las baterías eran defectuosas y que no tenían todos los avances técnicos posibles contra incendios.

Las químicas NMC tienen un mayor riesgo de incendio cuando las baterías literalmente se quiebran. Según Tesla, cualquier tipo de coche podría haberse incendiado en una colisión de ese tipo, bastaría con que se hubiese roto el depósito de combustible y hubiese cualquier chispa.

Los padres también consideraron que después de un accidente a esa velocidad, que suele dañar los órganos internos de forma severa, estaban vivos y habrían podido salir del coche. Tal cosa no ocurrió. La autoridad competente, la NTSB, realizó una investigación y estableció que la causa del accidente fue la pérdida de control por exceso de velocidad.

El fabricante defendió que los padres tendrían que haberle quitado las llaves del coche a su hijo después de haber recibido aquella sanción por doblar el límite de velocidad establecido. Por otra parte, su estrategia de defensa consistió en culpar al conductor. El jurado ha estado muy de acuerdo con esa tesis.

De hecho, la responsabilidad de Tesla por negligencia se ha establecido en el 1%, siendo el 90% de la culpa del conductor, Barrett Riley, y su padre al 9%. Pese a que el 99% de la culpa fue achacable tanto al padre -por no controlar a su hijo- y al hijo -por hacer vuelo rasante en una zona urbana-, Tesla tiene que indemnizarles, fue lo que pidió el jurado, pero solo en base a la retirada del limitador de velocidad, no por las baterías.

El 1% de culpabilidad significa a efectos prácticos que Tesla solo tendrá que pagar 105.000 dólares a los padres

Según Michael Brooks, director ejecutivo del Centro por la Seguridad Vial en EEUU, es la primera vez que Tesla es llevada a juicio por esta razón. Se podría sentar precedente en la próxima ocasión que un coche eléctrico se incendie tras un choque a alta velocidad, aunque el que estuviese pisando el pedal a fondo fuese el conductor, y le toque pagar al fabricante.

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