Desvelada la técnica secreta del Volkswagen ID. X, el inviable ID.3 deportivo

Cuando se presentó el Volkswagen ID.3 ya dejó claro que su configuración técnica no permitía la instalación de un segundo motor en el eje delantero, pues se veía obligada no solo a encarecer el precio de venta, sino que también renunciaba al espacio libre del vano delantero, el famoso «frunk», y a hacer más grande el voladizo delantero para albergar el segundo motor eléctrico.

Hace pocos meses que la marca alemana presentó el Volkswagen ID. X Concept Study, una versión muy deportiva del ID.3 apuntando a un motor eléctrico de 333 CV, lo que supone un nuevo estándar de potencia del motor eléctrico muy por encima de los 150 kW que la marca ofrece en sus modelos de cero emisiones. Nada menos que 245 kW, una cifra realmente difícil de creer para los modelos eléctricos del grupo, pues con semejante cifra los GTX podrían prescindir del segundo motor.

El Volkswagen ID.X es un mix de componentes tomados de un ID.4 GTX

Ahora, el fabricante ha revelado el desafío al que se ha enfrentado para crear este estudio conceptual, aprovechándose de un ID.4 siniestrado. Un reto que sirve para poco más que demostrar la capacidad técnica, pero inviable a nivel comercial puesto que tendrían que vender varios miles de unidades de un ID.3 con tracción total y semejante potencia para amortizar el proyecto y ser verdaderamente rentable.

El proyecto arrancó desde un ID.3 1st Max equipado con la batería de 62 kWh -capacidad bruta, neta de 58 kWh- destinado a desguace, y que se sustituyó por la de 82 kWh -77 kWh netos- del ID.4 GTX siniestrado en las pruebas internas de choque. El montaje de esta batería también obligó a otras modificaciones mayores, acortando los ejes de transmisión en 20 milímetros para montar el sistema de refrigeración en un ángulo de 10º en el frontal y trasladar el convertidor de la carga CC a la parte trasera.

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Los motores eléctricos también proceden del SUV eléctrico, conservando intacto el trasero de 150 kW mientras que el delantero sí se ha regulado para ofrecer 20 kW más de los que rinde el modelo de serie, pasando de 75 a 95 kW. En suma, 245 kW, los 333 CV anunciados. Un aluvión de modificaciones que no justifican en absoluto su paso a la producción en serie con esta configuración de tracción total. De hecho, el fabricante ha anunciado que llegará un ID.3 GTX con un motor eléctrico trasero de mayor potencia que los 150 kW, pero sin referirse a un segundo motor en el eje delantero.

El ID.3 de tracción total se dejará para un futuro más lejano, cuando se estrene la plataforma SSP, más avanzada y que permitirá a los técnicos de Volkswagen R, la división deportiva de los de Wolfsburg, dar rienda suelta a la imaginación.

Fuente: Auto Motor und Sport