Intenté igualar el consumo homologado y me fue imposible. Ahora sé cuál es la razón

Casi todos los usuarios nos fijamos en el consumo de cada vehículo cuando intentamos decidir qué modelo comprar. Sin embargo, la cifra homologada según el ciclo actualmente vigente, WLTP, no es realista y existe una explicación que te conviene conocer.

Intenté igualar el consumo homologado y me fue imposible. Ahora sé cuál es la razón
El ordenador de a bordo indica el consumo instantáneo y el medio - Motor.es

8 min. lectura

Publicado: 13/10/2025 15:00

Cada comprador le da importancia a diversos aspectos a la hora de comprar un vehículo. Para algunos prima la estética, para otros el tipo de energía que necesita para moverse. Hay quien da prioridad a determinadas marcas, a la potencia, a la seguridad… y como no, al precio.

Pero también se tiene muy en cuenta un aspecto esencial: el consumo. Y, ya sea un vehículo con motor de combustión o eléctrico, la cifra homologada siempre es más optimista de lo que luego conseguimos durante el uso diario en condiciones reales.

¿Por qué ocurre esto? ¿Es porque el conductor que realiza la prueba es un genio de la eficiencia? ¿Es porque las pruebas que se realizan para la homologación no son fiables? Vamos a analizar las causas.

A la hora de consultar una cifra homologada de consumo, debemos tener claro que esta será alrededor de 6-10 % superior en nuestro día a día

El ciclo WLTP

Para que las mediciones de todos los vehículos constituyan una referencia fiable y equiparable entre los distintos modelos, la Unión Europea creó lo que se conoce como ciclo WLTP (World Harmonized Light-duty Vehicle Test Procedure).

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El WLTP es el ciclo de homologación que se utiliza en Europa para medir el consumo y las emisiones de los vehículos nuevos. Entró en vigor de forma gradual a partir de 2017 y sustituyó al antiguo ciclo NEDC, mucho menos preciso.

El objetivo del ciclo WLTP es ofrecer datos más fieles y cercanos a la conducción real, ya que el sistema anterior tendía a mostrar consumos muy por debajo de los que los conductores experimentaban en carretera.

Prueba de consumo y emisiones de un Volkswagen Golf

Para conseguirlo, el WLTP utiliza condiciones de prueba más exigentes y representativas: los ensayos duran más tiempo, incluyen aceleraciones y frenadas más intensas, mayores velocidades medias y se tienen en cuenta aspectos como el peso del vehículo, los neumáticos o los equipamientos opcionales.

Ahora bien, el WLTP no es perfecto porque sigue realizándose principalmente en laboratorio. Pero al menos ofrece una estimación mucho más fiable del consumo de combustible y las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) que cualquier conductor puede esperar en su día a día.

Por qué tu coche consume más de lo que homologa el ciclo WLTP

Lo primero que debemos tener en cuenta es que, como ya hemos avanzado, las mediciones del ciclo WLTP se producen en condiciones controladas y estables en su mayoría, incluso en laboratorios (aunque también incluyen trayectos en tráfico real)

Es fácil deducir que un vehículo que rueda en unas condiciones concretas en un banco de pruebas, es decir, en un rodillo, no debe enfrentarse a la orografía, el tráfico o las imperfecciones de la carretera. Tampoco a la resistencia aerodinámica del viento existente al aire libre.

Las mediciones del ciclo WLTP en laboratorio consisten en una prueba bajo humedad y temperatura controladas de unos 30 minutos de duración. Además, esta consta de cuatro fases: velocidades baja, media, alta y muy alta.

De esa manera, el ciclo de prueba pretende simular las condiciones urbanas, en carreteras secundarias y en autovía. La simulación a baja velocidad es la que más dura de todas y, en función de esos resultados, se calcula el consumo urbano y en carretera, así como el consumo medio o mixto. Este último es el que suele servir de referencia general a la hora de comparar entre vehículos.

La presión de los neumáticos también influye en el consumo, así como el estado del mismo.

Otros aspectos que influyen en el consumo de tu coche

Además de la disparidad de condiciones existente entre la prueba en laboratorio y la real, hay otros factores que influyen a la hora de modificar el consumo de nuestro vehículo.

El más importante de todos ellos es nuestro estilo de conducción. Aceleraciones enérgicas, velocidades elevadas y el uso inadecuado del cambio de marchas tienen un efecto negativo en el consumo. Al contrario, ser progresivo con los pedales, anticipar las detenciones o utilizar la marcha adecuada permiten alcanzar una eficiencia muy elevada.

Del mismo modo, el estado de los neumáticos (inflado, desgaste, deformaciones), la cantidad de carga a bordo (peso, cofres, bacas, etc) o el uso de la climatización (o las ventanillas bajadas) también influyen en la cifra final de consumo.

¿Son útiles las cifras homologadas de consumo?

Soy el afortunado poseedor de un Nissan Townstar con motor 1.3 de gasolina y 130 CV en acabado N-Connecta. Cierto es que mi unidad está adaptada para PMR (Personas con Movilidad Reducida), por lo que el peso y la aerodinámica inferior cambian un poco. Pero, en cualquier caso, su consumo medio oficial es de 6,7 litros/100 km.

Como seguro que sabes, el consumo depende mucho de si circulas mucho por ciudad o por carretera, de si tu zona cuenta con numerosas pendientes o si es más bien llana, etc. En mi caso, tengo un poco de todo, aunque el uso que le damos a este vehículo es más bien de carretera secundaria y autovía, con aproximadamente un 30 % de uso en entornos urbanos.

En dichas condiciones, el consumo medio es de 7,1 litros/100 km, algo menos de medio litro de diferencia con respecto a la cifra homologada. ¿Quiere decir eso que las marcas nos engañan o que las cifras no son útiles?

No, porque en realidad la vara de medir es la misma para todos los vehículos. A la hora de consultar una cifra homologada de consumo, debemos tener claro que esta será alrededor de 6-10 % superior en nuestro día a día.

A partir de ahí, lo que sí podemos dar por sentado es que las cifras homologadas nos indican con claridad qué vehículos consumen más o menos. Dicho de otro modo, nos sirven como referencia relativa a la hora comparar, pero no nos proporcionan una cifra real de consumo para nuestro vehículo concreto.

Y tú, ¿qué diferencia has notado entre el consumo que declara el fabricante y el real de tu vehículo?

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