Ya he podido probar el renovado «súper ventas» de KIA y sigue siendo tan bueno como recordaba
La quinta generación del KIA Sportage recibe una puesta al día con la que seguir siendo atractivo unos años más. El SUV súper ventas coreano cuenta ahora con una nueva estética, pero también con renovada tecnología y más electrificación.

KIA ha sabido cómo conquistar a buena parte del público europeo. Sus bazas eran claras: buen producto a buen precio. Con esos dos aparentemente simples pilares, la compañía coreana ha sido catalogada en numerosas ocasiones como la más vendida entre particulares. Y buena parte de culpa en tal logro lo tiene uno de sus súper ventas: el KIA Sportage.
El SUV, tras su llegada al mercado europeo en el año 2021, acaba de ponerse a punto para seguir siendo uno de los reyes de su segmento. Lo mejor es que nosotros ya lo hemos podido probar durante su presentación nacional, lo que nos ha dado unas primeras pistas sobre lo que ofrece este querido SUV ahora más avanzado que nunca.

El KIA Sportage cambia su cara para ser ahora más atractivo
Dicho sea de paso, los modelos ofrecidos por KIA tienen una estética llamativa y totalmente personal. Es difícil encontrar en el mercado un vehículo que se le parezca en diseño. Y esto es algo que se tiene que tildar únicamente como positivo. La versión previa ya era notablemente personal, con lo que ha logrado enamorar a multitud de clientes. Ahora, en este lavado de cara, aunque el cambio no es radical, sí es notablemente notorio.
Donde principalmente se han aplicado estos cambios es en su frontal. El nuevo KIA Sportage cuenta ahora con una primera vista más cercana a la de sus hermanos 100% eléctricos. De hecho, este lenguaje de diseño fue estrenado hace unos años por el lujoso KIA EV9 y posteriormente se fue integrando en el resto de modelos.
Todo esto conlleva a que el nuevo KIA Sportage cuenta con unos faros delanteros con diseño vertical y gran tamaño con diseño 'Star Map'. Estos están unidos por una parrilla frontal en color negro que cruza todo el ancho del coche. El bajo parachoques también ha sido levemente retocado, incluyendo así unas entradas de aireación de nuevas formas.

En el perfil apenas se encuentran cambios con respecto a la versión saliente. Los elementos que más llaman la atención son su pilar C, con una unión con el techo y diseño flotante; también la ausencia de las típicas molduras en los bajos del coche (esto depende de la versión escogida) y unos faros delanteros y traseros que se introducen en esta zona del coche.
En esta vista quedan bastante claras las medidas del KIA Sportage: 4.540 mm de longitud (25 mm más que la versión anterior), 1.865 mm de anchura y 1.645 mm de altura. Su distancia entre ejes es de 2.680 mm. En esta renovación también incluye nuevos diseños de llantas de entre 17 y 19 pulgadas en negro o gris.
Finalmente, la zaga se completa con algunos detalles distintivos y, por lo general, algo oscurecidos. Esta condición llega a los pilotos, los cuales estrenan firma lumínica con formas más cuadrangulares. Estos grupos ópticos vuelven a estar unidos por una moldura que cruza todo el ancho del coche y el portón está coronado por el emblema de KIA. El bajo parachoques está formado, en mayor medida, por una moldura decorativa.

Un interior renovado con más tecnología y nuevos materiales
Las nuevas notas estéticas también se dejan ver en su habitáculo. Este ha recibido importantes mejoras, especialmente en los apartados multimedia y de materiales. En lo que respecta a diseño puro, el salpicadero ha sido rediseñado, aunque no de una forma exagerada, sino más bien puntual.
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Sobre el salpicadero se ubica ahora un nuevo volante de dos radios y con los clásicos botones físicos en sus brazos. Este es prácticamente calcado en estética al de otros modelos de la firma coreana. Tras él, la nueva instrumentación de 12,3 pulgadas con gráficos y menús actualizados.
En el centro del conjunto se acopla la pantalla multimedia de también 12,3 pulgadas y conexiones móviles vía Apple CarPlay y Android Auto inalámbricas. Ahora este sistema incluye una nueva tienda de aplicaciones, con algunas tan conocidas como el propio YouTube.

Finalmente, también se han revisado los elementos susceptibles al tacto y se ha eliminado el uso del tedioso material negro piano, el cual se araña y ensucia con gran facilidad (gracias, KIA). En su lugar, la marca ha introducido un plástico mate mucho más agradecido en estos términos.
En materia de espacio y habitabilidad, el renovado KIA Sportage no cambia con respecto a la versión saliente. Sigue teniendo un buen hueco en todos sus asientos, tanto para las piernas como para la cabeza de sus ocupantes.
Lo mismo sucede en el maletero, el cual no cambia su capacidad ya conocida. Sigue contando con un volumen mínimo de 591 litros, para las versiones de gasolina, y de 587 litros en el caso del híbrido autorrecargable. En caso de abatir la segunda fila se alcanzarán hasta 1.780 litros.

Mecánica y precios del KIA Sportage en España
Aunque más adelante la gama del KIA Sportage podría ver implementadas nuevas opciones, en su salida al mercado, la nueva versión incluye opciones de gasolina a través de un motor de cuatro cilindros y 1.6 litros de cubicaje con 150 o 180 CV. En estos casos, la tracción podrá ser delantera o total, así como su caja de cambios podrá ser manual (en el caso del menos potente) o automática.
Entrando ya en el sector de las etiquetas ECO, el KIA Sportage cuenta con una primera opción alimentada por diésel de 136 CV y con apoyo de un sistema mild-hybrid. Alternativamente, la variante híbrida autorrecargable tiene un total de 239 CV y puede ser de tracción delantera o total, según convenga. Más adelante llegará una versión híbrida enchufable de la que todavía no hay datos.
El KIA Sportage parte en España, con los descuentos propios de la marca incluidos, desde 28.760 euros para el gasolina de 150 CV y cambio manual. La mecánica diésel eleva la cuantía hasta los 38.180 euros, mientras que el híbrido de 239 CV hace lo propio desde 31.980 euros.

Así se comporta el nuevo KIA Sportage
Durante nuestra primera toma de contacto con el renovado KIA Sportage, la motorización elegida ha sido la híbrida de 239 CV, tracción total y, por supuesto, etiqueta ECO de la DGT. ¿Qué tal se mueve esta opción, a priori, tan recomendable? Lo ponemos a prueba.
Como ya hemos mencionado, esta prueba no ha sido más que una toma de contacto con el renovado SUV coreano, ya que en una presentación no hay tiempo para hacer mediciones más exactas sobre su consumo u otros parámetros. Sin embargo, sí es más que suficiente para hacernos una primera idea sobre cómo se desenvuelve el vehículo en cuestión; en este caso, el KIA Sportage.
Nada más acomodarnos tras el asiento del conductor, salta a la vista que estamos ante un vehículo de una altura generosa. Sin embargo, también permite mucho margen de maniobra en la regulación de su asiento principal (con ajustes electrónicos). Este se puede bajar bastante en altura, con lo que la sensación no será de ir en un camión por altura, sino que es bastante más bajo de lo que esperaba. También se puede personalizar bastante bien el volante, tanto en altura como en profundidad.

La primera sensación en cuanto iniciamos la marcha es que su dinámica es realmente buena. El KIA Sportage HEV cuenta con una pisada muy contundente en el asfalto y se agarra realmente bien en las curvas. Queda claro que buena parte de culpa de esto la tiene su tracción integral. Sin embargo, por experiencias previas con este coche (en su versión anterior), debo decir que esto es algo que es generalizado en el resto de variantes mecánicas.
La dirección transmite muy bien, pues tiene bastante peso y, aunque está muy bien asistida, lo cierto es que presenta cierta rigidez que es significativamente agradecida a la hora de encarar, principalmente, rutas con curvas. Lo mismo sucede también con el tacto de sus pedales, los cuales transmiten muy bien cuán es la profundidad con los que se pisan o las reacciones que estos presentan.
En cuanto a rumorosidad, lo cierto es que el Sportage presenta un buen aislamiento acústico de todo el exterior; también en su rodadura o aerodinámica. Por otro lado, esto se une con la comodidad que ofrecen sus suspensiones, las cuales tienen un tarado notable: suficiente como para absorber imperfecciones del asfalto, pero suficientemente rígida como para poder cruzar una carretera de curvas sin excesivos oscilamientos de su carrocería.

En materia de consumo, como ya hemos mencionado, la prueba no ha dado para mediciones exactas. Sin embargo, como mera apreciación, nuestra ruta ha sido de alrededor de 240 kilómetros por tramos de vías secundarias y autopistas, aunque también ha habido tramos urbanos. Tras esto, nuestra unidad ha marcado un consumo medio de 6,4 litros a los 100 km. Realmente bueno para no haber prestado atención a este dato y no realizar una conducción favorable.

