Turbo eléctrico o E-turbo: qué es y en qué se diferencia del tradicional
La constante búsqueda de una mejora en las prestaciones y la eficiencia lleva a los fabricantes a idear diferentes soluciones que supongan un avance respecto a las tradicionales. El turbo eléctrico es un buen ejemplo de ello.
El turbo eléctrico es un sistema de sobrealimentación similar al convencional, pero que incluye un motor eléctrico destinado a controlar el giro de la turbina. Esto proporciona ventajas claras respecto al sistema mecánico tradicional.
El turbo eléctrico comenzó a desarrollarlo Garrett y BorgWarner ha presentado su propia versión del sistema para vehículos híbridos de altas prestaciones. Conozcamos un poco más sobre este concepto.
Cómo funciona un turbo
Un turbocompresor está formado por un compresor que se encarga de comprimir el aire que recibe del exterior. Este aire mueve a su vez una turbina, que es la encargada de enviar el aire a la cámara de combustión.
Gracias a esto, el aire que forma parte de la mezcla que combustionará en los cilindros contiene más oxígeno, mejorando la potencia sin necesidad de aumentar la cilindrada.
En un motor atmosférico, es decir, sin turbo, la presión ambiental puede ser insuficiente en determinadas condiciones de alta exigencia, por lo que sólo quedan dos opciones: aumentar la cilindrada o recurrir al turbo. En el primer caso, también estaremos aumentando el consumo y las emisiones contaminantes.
Pero el turbo tradicional propone retos que hacen que los fabricantes busquen soluciones innovadoras. El giro de la turbina depende del caudal de aire que el compresor haga llegar al mismo, por lo que se produce un cierto retraso en la entrega de potencia mientras la turbina coge velocidad. Este efecto, además, es más evidente cuanto más grande sea la turbina, pues más tarda en coger inercia.
¿Quieres saber más sobre el funcionamiento del turbo? No te pierdas el artículo que hemos elaborado al respecto.
Ventajas de un turbo eléctrico
El turbo eléctrico busca minimizar este efecto, proporcionando además muchas otras ventajas que vamos a describir a continuación:
- Entrega de potencia: el motor eléctrico es el que se encarga de hacer girar la turbina a la velocidad que la centralita electrónica (ECU) le ordene, por lo que la respuesta es inmediata y no se produce retraso en la entrega de potencia.
- Par motor: la posibilidad de utilizar dispositivos de mayor tamaño hace que sea posible incrementar el par y mejorar la respuesta en condiciones de bajo flujo de aire.
- Sistemas híbridos: el turbo eléctrico está especialmente pensado para sistemas híbridos, pues permite recuperar energía cinética y generar electricidad para recargar la batería.
- Eficiencia: según Garrett, uno de los pioneros en turbos eléctricos, el sistema permite ahorrar hasta un 15% de combustible. Esto es posible, entre otras cosas, gracias a un nuevo programa de control con algoritmos y sistemas de monitorización específicos.
Pero, como siempre ocurre, también se dan algunas desventajas, como son una mayor complejidad, lo que redunda en un mayor peso, precio y el riesgo de lastrar la fiabilidad del conjunto.
Aunque el turbo eléctrico o e-turbo, que ya se utiliza en la Fórmula 1, es una innovación reciente, marcas como Audi, Mercedes y Jaguar Land Rover ya trabajan con este tipo de dispositivo en sus motores de última generación. Es de esperar que en un futuro próximo pase a ser obligado su uso, especialmente en modelos de gama alta.