La centralita del motor (ECU): qué es, averías y reprogramación

La centralita, también conocida como unidad de control electrónico (ECU), es el cerebro detrás del funcionamiento de los vehículos modernos. Desde la gestión del motor hasta el control de sistemas avanzados, esta pieza esencial es clave para optimizar el rendimiento y la seguridad en la conducción.

La centralita del motor (ECU): qué es, averías y reprogramación
Centralita electrónica de Bosch

6 min. lectura

Publicado: 22/11/2019 18:01

La unidad de control electrónico o ECU (Electronic Control Unit) es el equivalente al cerebro de nuestro vehículo, controlando una serie de parámetros que permiten optimizar el funcionamiento del mismo según las circunstancias.

Inicialmente, la centralita se encargaba de controlar la cantidad de combustible que debía utilizarse en la combustión, lo que permitía reducir el consumo y las emisiones de gases, mejorando además el rendimiento.

Con el paso del tiempo, la ECU ha ido adquiriendo otras responsabilidades que varían en función de la sofisticación de la misma. Su funcionamiento básico es el siguiente: los sensores dispuestos en el vehículo envían los datos al microprocesador, que los compara con los grabados en la memoria. A continuación, emite las órdenes pertinentes a los diversos elementos que controla para optimizar el funcionamiento del motor.

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Si la información recibida fuera nula o defectuosa, la centralita utilizará valores estándar para que el vehículo siga funcionando, quedando registrado en la memoria para que pueda ser consultado por el mecánico durante la fase de diagnosis.

Qué controla la ECU

Como hemos comentado, la cantidad de trabajo y parámetros que controla la centralita depende de su sofisticación, pero por lo general realiza las siguientes tareas de control:

  • Presión del turbo
  • Presión atmosférica
  • Control de las bujías de incandescencia y el relé que las alimenta
  • Control y posición del servomotor
  • Control de la válvula magnética
  • Control de los electroventiladores y su relé
  • Control de la válvula EGR
  • Control del turbo
  • Control y posición del acelerador
  • Control y posición de las agujas
  • Temperatura del combustible, refrigerante y aire
  • Régimen de revoluciones

Fallos y soluciones en la ECU

Cuando una ECU presenta averías o problemas, suele manifestarse a través de la pérdida de potencia, exceso de consumo, humo denso y oscuro, mal funcionamiento al ralentí o, en última instancia, imposibilidad de arrancar el motor. A continuación vamos a ver algunas causas y sus posibles soluciones:

  • Si la centralita se moja, las conexiones eléctricas se verán dañadas y no hay reparación posible.
  • En caso de sobrecarga por daños en el cableado o exceso de voltaje que provoque un cortocircuito en un solenoide o actuador, debe localizarse y repararse o la centralita nueva volverá a fallar.
  • Si la placa se agrieta a consecuencia de las vibraciones o cambios de temperatura, se puede solucionar sustituyendo la misma por otra.
  • Puede ocurrir que la centralita no se active o propicie fallos recurrentes si la programación es inadecuada.

Varios son los modos de solventar el problema en función de su gravedad. Sustituir la centralita no suele ser la opción principal, pues una nueva puede tener un coste aproximado de 2000 euros. Otra opción es reparar los sensores o modificar el software para solventar fallos.

También existe la posibilidad de clonar la centralita, para lo cual se reprograma transfiriendo la información de las lecturas de memoria. Finalmente, se puede optar por programar la centralita con los datos de otra nueva, recodificando y activando desde cero.

La reprogramación de una ECU

Los fabricantes utilizan diferentes parámetros en la ECU para conseguir que el mismo motor ofrezca diferentes cifras de potencia, consumo y par motor. Esto se puede modificar a través de una reprogramación, pero es vital que lo haga un establecimiento especializado que sepa equilibrar los parámetros para no provocar averías o un exceso de consumo, emisiones, etc.

Las reprogramaciones deben hacerse por personal cualificado.

En el caso de tener un coche con motor gasolina atmosférico, lo más probable es que no sea posible aumentar las prestaciones e incluso se aumente el consumo. Además, si nuestro estilo de conducción es agresivo y con tendencia a llevar el motor alto de vueltas, la fiabilidad se verá afectada. En cambio, el motor ideal para sacar partido de una reprogramación es el turbodiésel.

Cabe tener en cuenta que una modificación superior al 10% debe reflejarse en la ficha técnica, si bien una reprogramación realizada por un taller especializado resulta indetectable, tanto para concesionarios como para ITV, lo que evitará perder la garantía o una inspección desfavorable.

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