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Más imprevisible, ruidosa, igualitaria y con emoción: la F1 de Liberty en 2021

  • Liberty Media distrubuyó en el GP de Bahréin su primer boceto de cómo será la Fórmula 1 a partir de 2021 a los equipos del gran circo.
  • Pese a que se decretó en la reunión que no se comentase nada, las diferentes escuadras empiezan a posicionarse.

9 min. lectura

Publicado: 11/04/2018 19:20

Liberty Media presentó el pasado fin de semana en Bahréin su plan de actuación para revolucionar la Fórmula 1 más allá de 2021. La página web RaceFans ha relatado de forma detallada los entresijos de la reunión, en la que estaban presentes todos los equipos de la Fórmula 1. En esta junta celebrada en el trazado del golfo Pérsico, los conjuntos de la máxima categoría tomaron nota de cada detalle para calibrar hasta qué punto afectará la nueva normativa a sus estructuras.

Después de que la Fórmula 1 cambiase de manos y fuese a parar a Liberty, la presión financiera ha llegado a los nuevos propietarios. El pago a los equipos ha disminuido un diez por ciento y la situación no es halagüeña. Liberty ha caído un doce por ciento en los últimos tres meses en la bolsa de valores electrónica NASDAQ y, si lo comparamos con su punto máximo marcado en octubre 2017, la marca estadounidense ha bajado un 25 por ciento

Liberty pretende que los accionistas estén satisfechos con la inversión realizada, por lo que revertir esta situación es una prioridad. Por ello, hay diversos factores que podrían hacer remontar la situación económica: uno sería aumentar los ingresos con diversas acciones de negocio y el otro sería la reducción de costes para los equipos. La entidad que controla la máxima categoría, a priori, se centrará sobre todo en la eliminación de sobrecostes.

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En el centro de conferencias situado en la pista bahreiní, Liberty expuso sus planes a los presentes. Según racefans.net, todas las escuadras estaban representadas en esa reunión de futuro, la cual estaba encabezada por Chase Carey y Ross Brawn. La FIA también estaba presente con la presencia del secretario general en asuntos deportivos, Peter Bayer.

Kïmi Räikkönen, de Ferrari, en los momentos previos antes de subirse al coche.

Los mandamases quieren que la máxima categoría vaya hacia a una senda donde haya una mayor "competencia, acción e imprevisibilidad" en pista, eso sí, sin perder el "liderazgo tecnológico" que ha caracterizado siempre la Fórmula 1. Para ello, las reglas y las diferentes regulaciones "deben de ser sencillas", sin perder de vista que los pilotos deben contar más que la tecnología en el deporte. Liberty pretende expandir una idea de "negocio saludable y sostenible", para crear un pensamiento de franquicia entre los equipos. Por último, Chase Carey aboga por una "gobernabilidad simple, honesta, transparente e igualitaria".

Para llegar a este modelo mejorado de la competición, Liberty mostró iniciativas estratégicas para encaminar este modelo al buen puerto. Se trató de las unidades de potencia, las cuales quieren que sean "más baratas, más ruidosas, más potentes, menos complejas y que permitan dar el 100%". Para una mayor competitividad, Liberty tiene el foco puesto en "cerrar las distancias entre los diferentes equipos", que haya "una reducción de sanciones" y que aumenten las circunstancias "imprevisibles". Ante unos "costes definidos" y unos "ingresos más equilibrados", la organización persigue con estas medidas "recompensar el éxito" y que "regrese la meritocracia"

El director general de la Fórmula 1, Ross Brawn, ha manifestado que ese es el camino a seguir para el deporte de las cuatro ruedas, a no ser que alguien presente propuestas más atractivas o realistas. La sesión duró hora y media. Pese a que se acordó que hubiese un pacto de silencio, las opiniones contrarias hacia la nueva regulación se hicieron notar al poco tiempo. Los grandes equipos se mostraban disconformes ante el límite del gasto anual, que se englobaría en 150 millones de dólares –121 millones de euros–, aunque este tope presupuestario no incluye salariaros de todo tipo, fabricación de motores o acciones de marketing. Igualmente, donde sí afectaría, por ejemplo, es en la reducción de personal.

Mercedes y Ferrari, por ejemplo, necesitarían reducir el personal unas 400 personas cada uno para acercarse al límite. Red Bull y McLaren también tendrían que abrocharse el cinturón, ya que tendrían que cumplir con una reducción de 150 personas cada uno, y en Renault serían alrededor de cien. Eso representa más de mil personas altamente cualificadas que pueden llegar a estar afectadas por el plan de Liberty, ya sea mediante un despido o una reestructuración en el propio seno del equipo que permita a los trabajadores afectados estar en otros departamentos. Incluso, los conjuntos independientes del gran circo podrían beneficiarse para fichar a estos elementos sobrantes de las escuderías grandes.

Carlos Sains, de Renault, defendiendo posición ante la presión de Marcus Ericsson.

Los equipos de F1 emplean directamente alrededor de 5.800 personas, mientras que según las propuestas de Liberty este número debería disminuir a 4.500 empleados en todos los equipos. En el territorio de ingresos y pagos, además, quien más sale a perder serían las escuderías que, normalmente, triunfan en el gran circo. Sin ir más lejos, Ferrari perdería sus 100 millones de dólares–80 millones de euros– anuales por su trayectoria en la Fórmula 1, eso sí, los de Maranello recibirían 40 millones–32 millones de euros– para permanecer en la máxima categoría –este dinero no se podría invertir en mejorar el rendimiento–.

Mercedes o Red Bull perderían también unos setenta millones de dólares–57 millones de euros– con esta reestructuración. McLaren y Williams también deberían de pagar una cifra significativa, alrededor de diez y treinta millones. Al menos, los equipos que también son motoristas recibirían anualmente diez millones de dólares extra –8 millones de euros–, reduciendo la pérdida de ingresos de Ferrari y Mercedes. Renault

Conforme rigen las propuestas de Liberty, los premios económicos de la F1 se dividen en dos partes iguales. Con los diez equipos beneficiándose por igual distribuyéndolo de acuerdo con el rendimiento, da como resultado que el ganador del campeonato gane un catorce por ciento del total y el equipo más débil el seis por ciento. Ante todo lo mencionado, la pregunta del millón es, ¿Mercedes, Ferrari o Red Bull quieren jugar con estas nuevas reglas? La sensación generalizada es que todavía queda mucha tela que cortar.

Fuente: racefans.netFotos: Renault / Ferrari / Sauber

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