
Durante la primera semana de test en Montmeló fueron dos los equipos que no presentaron su coche en la versión definitiva que veremos en el Gran Premio de Australia: uno de ellos era Sauber, que salió a pista con el monoplaza de 2015 con la decoración de 2016, y otro era Toro Rosso, que lo hizo con su nuevo STR11 pero sin su nuevo aspecto. La escudería de Sainz y Verstappen aprovechó la primera mañana de la segunda y definitiva ronda de entrenamientos para dar a conocer la decoración que estrenan este curso. A las 08:15 hacían presencia los dos pilotos en el pit-lane para retirar la lona que cubría su monoplaza y comenzaban a dispararse los flashes, entre ellos los de Motor.es, presente en el Circuit de Catalunya.
Toro Rosso mantiene su línea de colores habitual y no ha empleado el mate que sí lleva Red Bull, por lo que en teoría diferenciarlos a simple vista puede resultar más sencillo este año. Los tonos del morro recuerdan a la anterior etapa en la que los de Faenza estaban motorizados por Ferrari. En el plano de los patrocinadores, destaca la ausencia de Cepsa, que abandona la Fórmula 1, y el protagonismo que adquiere Red Bull Cola, que copa el alerón trasero.