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Las claves del éxito del hidrógeno verde y el papel de España en ello

La descarbonización se ha convertido en el objetivo número 1 de la Unión Europea y el hidrógeno tiene un papel primordial en ello. Pero este vector energético tiene aún varios retos por delante para cumplir con las expectativas.

Las claves del éxito del hidrógeno verde y el papel de España en ello
El hidrógeno tiene potencial energético, pero no va a ser fácil aprovecharlo. - Depositphotos.com

8 min. lectura

Publicado: 27/04/2022 16:00

Cada vez son más las noticias que nos llegan sobre el hidrógeno verde, su expansión y potencial como solución energética del futuro y clave en la descarbonización del planeta.

Porque, no nos engañemos, lo que no va a ocurrir es que el mundo rebaje su demanda de energía. Por tanto, la única solución es encontrar un modo de producirla de manera sostenible.

Así que, sí, el hidrógeno es clave en todo ello. Al menos eso es lo que piensa la Unión Europea y muchos de los expertos en la materia. Prueba de ello es el Fondo de Recuperación de la UE, que tiene la transición energética como uno de sus pilares principales para superar la crisis actual iniciada con la pandemia.

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El proceso de producción de hidrógeno verde es sencillo a través de la electrólisis, pero también es caro

Actualmente, Europa promueve importantes proyectos como la construcción y desarrollo de plantas de electrólisis de nueva generación. También la adaptación de la red actual de gas natural y la construcción de nuevos tramos específicos para crear una red de 23.000 kilómetros de gasoductos en Europa. Y, por supuesto, la expansión de una red de hidrogeneras para vehículos actualmente muy pobre.

Pero esto busca, sobre todo, permitir que el hidrógeno sea producido y suministrado a gran escala de manera eficaz. Sin embargo, no es el único reto a superar.

El hidrógeno verde, escaso y caro

Ya te hemos contado qué es el hidrógeno verde y en qué se diferencia del resto de tipos de hidrógeno que actualmente se producen. En esencia, hablamos del hidrógeno limpio y respetuoso con el medio ambiente, para el que no hace falta la intervención de combustibles fósiles ni la emisión de gases contaminantes.

El problema es que, a día de hoy, el proceso de producción de hidrógeno verde es sencillo a través de la electrólisis, pero también es caro.

Recordemos brevemente: la electrólisis consiste en aplicar electricidad al agua mediante un electrolizador provisto de catalizadores, es decir, un ánodo y un cátodo. La electricidad debe provenir de energías renovables, generalmente solar y eólica. Esto no es caro y, de hecho, en la actualidad es la energía más económica que existe.

Airbus ya vuela con aeronaves propulsadas por hidrógeno.

Sin embargo, el material clave de los electrolizadores sí es un gran problema, pues los catalizadores están formados de metales preciosos como el titanio y el iridio. Cierto es que ya se están obteniendo resultados muy prometedores con alternativas económicas como este catalizador no metálico, pero aún queda mucho para que los carísimos metales que actualmente se utilizan dejen de ser necesarios a gran escala.

La consecuencia directa de este problema de costes es que sólo el 0,1% del hidrógeno producido en el mundo es verde. Lo que, en la práctica, aniquila de lleno la posición del hidrógeno como alternativa energética sostenible.

Las 4 claves que llevarán al éxito al hidrógeno verde

Son varios los retos, por tanto, que el hidrógeno verde tiene por delante si en el futuro, y tiene que ser relativamente cercano, quiere triunfar como solución energética definitiva.

Actualmente, el coste estimado de producción de un kilogramo de hidrógeno verde es de 5 dólares y los analistas afirman que es necesario reducirlo a 1 dólar antes de ser considerado viable como materia prima energética a gran escala.

Para ello, la Agencia Internacional de la Energía Renovable (ARENA) establece cuatro objetivos principales a alcanzar:

  1. Reducción del coste de los electrolizadores en un 80%
  2. Reducción del coste de la electricidad en un 50%
  3. Incremento de la eficiencia de los electrolizadores en un 10% (hasta el 76%)
  4. Incremento de la vida útil de los electrolizadores en un 50% (unos 20 años)

Por qué el hidrógeno verde

Supongamos que cumplimos con todo lo necesario para producir, comercializar y utilizar hidrógeno verde en grandes cantidades. ¿Qué beneficios nos proporcionaría eso?

  • Producción de energía limpia
  • Descarbonización de la industria pesada
  • Almacenamiento de energía
  • Transporte libre de emisiones, incluido el pesado
  • Reducción de la dependencia fósil de la calefacción
  • Equilibrio entre oferta y demanda de la red energética
  • Materia prima para combustibles sintéticos

Es evidente, el hidrógeno verde tiene potencial para convertirse en la solución a muchos de los problemas actuales en materia medioambiental y energética. Pero tenemos que ser capaces de aprovechar dicho potencial, de convertirlo en una opción realista.

España en el panorama del hidrógeno verde

La Unión Europea tiene un objetivo por delante: que en 2050 el 12% de la energía consumida proceda de hidrógeno verde. No sólo eso, contempla que más de la mitad de ese total pueda proceder de España.

Y es que nuestro país tiene potencial más que suficiente para convertirse en un productor competitivo gracias a su amplia capacidad de generar energía renovable gracias al sol y al viento.

Los gasoductos de gas natural pueden adaptarse al transporte de hidrógeno verde. Foto: Unsplash.

Los datos de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2) vaticinan que España tiene capacidad para evitar la emisión de 15,12 millones de toneladas de CO₂ al año de cara a 2030. Además, ayudaría a crear 227.000 puestos de trabajo, generando un mercado nacional de 1300 millones de euros anuales.

Pero, ¿cuál es la realidad en este momento?

Pues mucho menos halagüeña, ya que actualmente España produce 627.000 toneladas anuales de hidrógeno gris utilizado en el sector de refino y en la elaboración de amoníaco.

El Ministerio de Transición Ecológica se ha marcado como aspiración lograr una potencia instalada de electrolizadores de entre 300 megavatios (MW) y 600 MW para 2024, llegando a los 4 gigavatios (GW) para 2030.

Nuestro país tiene potencial y está a tiempo de subirse al tren del hidrógeno verde como productor clave en el concierto internacional. Pero no puede dormirse y debe saltar ya. ¿Lo conseguirá?

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