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"Brexit" en punto muerto, a menos de 10 días

El Reino Unido sigue sin saber cómo va a efectuar la salida de la Unión Europea. Si no se acuerda otra cosa, a la medianoche del 29 de marzo empezará la separación fáctica del país británico del continente, y volverá a ser una isla.

6 min. lectura

Publicado: 20/03/2019 21:30

El Parlamento Británico votó en contra del acuerdo logrado con la Unión Europea. Después, votó en contra de nuevo. También votó en contra de un "Brexit" duro por solo cuatro votos de diferencia (312 contra 308). Al final, votaron a favor de pedir una prórroga del "Brexit" a la Unión Europea, es decir, permanecer más tiempo, a ver si se salen con la suya.

Mañana se celebra el Consejo Europeo, es decir, la reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 países, incluyendo Reino Unido. El presidente de la institución, Donald Tusk, respondió a la carta enviada por la premier británica, Theresa May. Que sí, pero...

Los 27 pueden conceder al Reino Unido una prórroga corta del "Brexit" a condición de que los parlamentarios británicos acepten el acuerdo de salida. Esto no es posible de acuerdo a la ley británica, ya que el acuerdo ha sido rechazado dos veces. Debe tener alguna modificación. Eso nos lleva al siguiente problema.

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El 11 de marzo se reunieron Theresa May y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Acordaron unas garantías adicionales sobre la salvaguarda de la frontera con Irlanda, que en la práctica evitaría una frontera dura -física y aduanera- entre Irlanda y el sector británico de Irlanda del Norte. Esa frontera se evitaría con una unión aduanera con la UE, lo cual no gusta a los conservadores británicos.

Eso sí, en caso de que el Consejo Europeo dé su visto bueno, Theresa May podrá volver al Parlamento de Westminster y presentar ese acuerdo, y podrá volver a votarse. Si vuelve a salir un "no", entonces solo quedan dos opciones, o se renuncia al "Brexit" o será un "Brexit" duro. La pelota está en el tejado de los commons de Westminster.

Los políticos europeos prefieren los costes políticos económicos de un "Brexit" duro a que haya más incertidumbre. Si se concede la prórroga al Reino Unido, nadie sabe por dónde van a salir, ya que se encuentran en una situación de parálisis política interna. Una salida a ese berenjenal sería convocar elecciones anticipadas o un segundo referéndum.

Mientras tanto, los fabricantes ultiman los planes de contingencia en caso de "Brexit" duro, que son básicamente más costes por los aranceles y una cadena logística mucho más lenta hacia y desde al continente. Un aplazamiento del "Brexit" alteraría dichos planes de contingencia.

Dentro de tanto caos, la industria británica ha recibido un balón de oxígeno con el anunciado acuerdo entre Toyota y Suzuki. La planta de Burnaston, de Toyota, fabricará para Suzuki un remarcado del Corolla Touring Sports (familiar). Será lo suficientemente similar como para que no haya que contratar más gente ni hacer más inversiones.

Toyota confía en que se logre un acuerdo aduanero con la UE que elimine aranceles

La buena noticia para Burnaston es que un mayor volumen hace que la fábrica sea más rentable, algo muy importante cuando las inversiones se están haciendo con lupa, o se están aplazando. Honda ya anunció el cierre de la fábrica de Swindon tras más de 25 años de actividad, y el "Brexit" es una de las causas (pero hay más).

Otro fabricante que se ha pronunciado recientemente es MINI. De momento se mantendrá la producción en sus cuatro plantas británicas, y los planes para el MINI eléctrico siguen en marcha. Como gran parte de la producción de MINI es para el mercado local, el impacto no será tan severo. Otros fabricantes exportan casi todo lo que producen en el Reino Unido al continente.

Sin que se haya consumado el citado "Brexit" la industria británica ya ha sufrido daños irreparables. Estaba en un excelente momento industrial y las ventas habían superado los niveles de la crisis. Desde 2016, cuando salió el voto a favor de la UE por escaso margen, las inversiones se han frenado en seco, beneficiándose otros países que aportan más seguridad al dinero foráneo.

Si mañana el Consejo Europeo dice "no" a Theresa May, las opciones de la premier se reducen al mínimo. Podrá optar entre dimitir o terminar de tirar su carrera política a la basura con un "Brexit" duro. Hasta la fecha, Westminster ha puesto todas las pegas que ha podido para un acuerdo ordenado de desconexión con la Unión Europea. Difícilmente se dará la vuelta a la tortilla en menos de una semana.

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