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EscándaloProveedores de automoción, culpables de fijación de precios en EEUU

Nueve proveedores de automoción japoneses han admitido ser culpables de fijar los precios de las piezas que suministraban. Deberán pagar 550 millones de euros en multas y dos directivos han sido condenados a prisión. Esta práctica ilegal ha afectado a los tres grandes grupos norteamericanos Chrysler, Ford y General Motors, y las divisiones norteamericanas de Honda, Mazda, Mitsubishi, Nissan, Subaru y Toyota.

3 min. lectura

Publicado: 27/09/2013 14:00

Nueve compañías japonesas se han declarado culpables de fijar los precios de las piezas que suministraban a numerosos fabricantes automovilísticos en Estados Unidos. Las multas se elevan a 550 millones de euros y condenas de prisión para dos ejecutivos implicados.

Buena parte de los elementos que componen un automóvil no están realizados directamente por el fabricante sino que son suministrados por proveedores, que también aprovisionan las piezas de recambio necesarias. En las últimas semanas se había formado un buen revuelo en Estados Unidos con la investigación del Departamento de Justicia por la posible fijación de precios de algunos proveedores.

Estas empresas formaban cárteles que impiden una verdadera competencia en el sector, al acordar precios conjuntamente. Inflar los precios de las piezas repercute en que los fabricantes de automóviles deben vender sus modelos a un precio mayor con el consiguiente efecto perjudicial para los bolsillos de los consumidores.

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Ayer, las nueve compañías admitieron ser culpables de fijación de precios, por lo que fueron condenadas a multas millonarias. Las empresas implicadas fueron Hitachi Automotive Systems Ltd, Mitsubishi Electric Corp (MELCO), Mitsuba Corp, Jtekt Corp, NSK Ltd, Mitsubishi Heavy Industries Ltd, T.RAD Co Ltd, Valeo Japan Co Ltd y Yamashita Rubber Ltd.

Estos proveedores están implicados en una docena de acuerdos que afectaban a más de 30 piezas comercializadas para coches de los tres grandes grupos norteamericanos Chrysler, Ford y General Motors, y también para las divisiones estadounidenses de Honda, Mazda, Mitsubishi, Nissan, Subaru y Toyota. Las compañías suministraban elementos como cinturones de seguridad, radiadores, limpiaparabrisas, sistemas de aire acondicionado, motores de los elevalunas y componentes de la dirección asistida, entre otros.

Durante el proceso judicial se ha determinado que estas prácticas ilegales llevan produciéndose durante más de una década y que han afectado a más de 25 millones de automóviles comercializados en Estados Unidos.

Las reacciones ante el escándalo han sido escasas por el momento. Tom Henderson, portavoz de General Motors, ha sido uno de los más contundentes señalando que “esto evidencia una cultura de actividad anticompetitiva entre una muestra representativa de los proveedores en el sector de la automoción. Esto es inaceptable”.

Fuente: Reuters

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