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Falta un año para la llegada del Sono Sion, el coche eléctrico solar de las "masas"

Bien entrado el segundo semestre de 2020 empezará la producción en serie del Sono Sion, el primer coche solar decente que podrá adquirirse en Europa. Llegará a las calles a partir de 2021, aunque los primeros estarán principalmente en carreteras alemanas.

6 min. lectura

Publicado: 26/11/2019 22:30

En ocasiones anteriores hemos hablado del Sono Sion, un coche eléctrico autorrecargable mediante energía solar. Esta denominación puede parecer engañosa, pero es simple cuestión de paciencia. Sus creadores aseguran que puede hacer unos 16 km al día -de media- sin necesidad de andarlo enchufando. Cuando no se usa, recupera energía solito.

En marzo de este año se anunció que estaba listo para producirse en serie

Eso nos da unos 5.800 kilómetros al año sin producir emisiones de carbono, ni directas ni indirectas. Como cualquier coche eléctrico, el Sono Sion se podrá conectar a cualquier enchufe, puntos de recarga normales y de potencia media. No solo eso, podrá compartir su energía con el exterior, tanto en alterna como en continua.

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Más de 10.000 personas han reservado los primeros ejemplares, que comenzarán a producirse a finales del año que viene en la fábrica de NEVS (Trolhättan, Suecia), la que antaño producía los vehículos de Saab. Cada interesado ha puesto más de 1.000 euros en concepto de reserva reembolsable. Principalmente el concepto ha seducido a alemanes, un 80 % del total.

¿Quién está detrás de esta empresa? Por un lado Thomas Hausch, director de operaciones, ha trabajado en DaimlerChrysler, Nissan y Coda. Por otro lado está Ulrich Hörnke, el director financiero, con experiencia en DaimlerChrysler, Fiat Chrysler Automobiles y Faraday Future.

La experiencia de estos directivos se combina con un equipo de 100 trabajadores, la mayoría con una edad media muy baja, veinteañeros o treintañeros, que tienen una visión del automóvil bastante moderna. La mayoría no cree en el modelo de propiedad, son más de compartir vehículos o pagar solo por su uso.

De hecho, el Sono Sion tendrá integrada la funcionalidad para compartir el vehículo con terceros a través de aplicación móvil, bien para reducir el coste de uso de quien se lo compre para él, o para flotas de coches compartidos para uso urbano (como ya hacen Emov, Car2Go, Zity...)

Sono Motors no cuenta con millonarias sumas de dinero detrás. Según los datos de Crunchbase, han recaudado 12,8 millones de dólares, que es auténtica calderilla si se compara con las cantidades que mueve un fabricante cualquier día del año. Eso implica que los procesos han de simplificarse al máximo.

Por lo visto, la producción del Sono Sion va a recordarnos poderosamente a los primeros modelos del Ford T. Se fabricará una única versión del coche, en un único color y sin estación de pintura dentro de la fábrica -lo cual consume el 80 % de la producción eléctrica-. Tampoco emplearán herramientas de acero estampado, usando en su lugar polímeros de plástico.

Su autonomía eléctrica será de hasta 255 kilómetros por carga según ciclo WLTP

Además, gran parte del desarrollo corre a cargo de terceros. Por ejemplo, las baterías de ión-litio las suministra Continental, que también aporta cadena cinemática, y Bosch tiene parte del sistema telemático y de control. Es la misma fórmula de Streetscooter, apoyarse en las múltiples soluciones que ofrecen los proveedores hoy día, ahorrándose una millonada en diseño y fabricación de componentes.

Si los planes de esta empresa llegan a buen término, a partir de 2021 empezarán a verse estos curiosos coches en países del norte europeo, donde serán más fáciles de adquirir por una simple cuestión de poder adquisitivo. Sus principales clientes serán empresas y aquellos que lleven el ecologismo a un nivel superior, aunque salga más caro que un Volkswagen ID.3.

Puede que el Sion no esté llamado a ser una auténtica revolución en el mundo del automóvil -como lo ha sido el Nissan Leaf o el Tesla Model 3-, pero sentará un importante precedente, el de convertir los coches solares en una realidad más tangible, y sin depender de un motor de combustión interna -a diferencia de híbridos enchufables-.

El peaje a pagar en esta primera generación será una estética un poco dura de ver de un primer vistazo -deja al BMW i3 como un diseño más convencional-, las incertidumbres típicas de un fabricante joven y un rendimiento menos satisfactorio que el de competidores más consolidados... que no pueden "autorrecargarse".

Fuente: Automotive News Europe

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