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Cinco demandas y un Ford GT desaparecido, nueva batalla legal de Ford

Al igual que con otros propietarios que vendieron anticipadamente sus Ford GT en Estados Unidos, ahora la compañía ha interpuesto varias demandas en Canadá por la venta ilícita de un ejemplar personalizado del Ford GT 2018. Aunque en esta ocasión la compañía ha llevado a los juzgados hasta 5 personas o entidades diferentes, a los que acusa de haber conspirado para comprar y posteriormente vender ilícitamente uno de los deseados deportivos de motor central.

Cinco demandas y un Ford GT desaparecido, nueva batalla legal de Ford
Ford GT 2017 chasis #048 - Mecum Auctions

7 min. lectura

Publicado: 27/02/2020 17:00

El nuevo Ford GT parece haber supuesto más problemas, legales y de imagen, que beneficios a la compañía estadounidense. Ya que no cesan de aparecer usuarios que han hecho caso omiso de la cláusula que les obliga a no vender su ejemplar del nuevo GT durante los primeros 2 años. Además del célebre caso de John Cena, que decidió vender su ejemplar con un considerable beneficio pocos meses después de haberlo recibido, en Estados Unidos apareció otro caso similar al del actor y wrestler profesional. En todos ellos la respuesta de la marca fue la misma, llevar ante los tribunales a sus clientes y a todas las personas o compañías relacionadas con la venta del vehículo.

En esta ocasión nos encontramos con un caso similar pero bastante más complejo, puesto que no solo cuenta con más implicados, todos ellos ya demandados por Ford, sino que además han sido acusados de haber conspirado para comprar ilícitamente el vehículo con la única intención de venderlo inmediatamente para obtener un beneficio rápido.

El tristemente célebre ejemplar #077 del Ford GT 2017, ex John Cena.

Por ahora muchos de los detalles de esta truculenta historia siguen siendo un misterio, pero por lo que aseguran algunos medios estadounidenses, son 5 las personas o entidades demandadas en Canadá y el paradero actual del vehículo no ha trascendido, así como la identidad de su nuevo propietario, del que por el momento solo sabemos que es de Hong Kong.

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Del ejemplar tan solo sabemos que se corresponde con el modelo 2018 y que fue uno de los 8 ejemplares personalizados de ese model year destinados a clientes canadienses, lo que supone que cuenta con una configuración estética y de equipamiento única. Aunque no han llegado a trascender las características específicas de esta unidad.

La propia compra inicial ya estuvo plagada de misteriosos errores y malentendidos. El vehículo fue encargado originalmente en el concesionario Downtown Ford de Toronto y aunque la negociación inicial fue llevada a cabo por un individuo llamado Steve Hudson, a quién se le terminó adjudicando este ejemplar, la compra final fue realizada por la compañía Element Fleet Management Corp., cuyo CEO, Bradley Nullmeyer, era socio comercial de Hudson en ese momento. De ahí que el concesionario pensara que estaba cerrando el trato con el cliente atendido inicialmente, pues creyeron erróneamente que Hudson, que dirigía una compañía llamada Element Financial Corp., estaba relacionado con la empresa de Nullmeyer. Según los abogados de Steve Hudson, este no solo no llegó a comprar el vehículo sino que tampoco era consciente de que Element Fleet Management había cerrado el trato y adquirido el vehículo en su nombre.

El Ford GT #048 que llevó a Mecum Auctions ante el tribunal.

Por si no fuera ya bastante sospechoso este cruce de identidades y acusaciones, todo se complicó aún más tras la entrega del vehículo. Pues solo 20 días después de haberlo recibido, Bradley Nullmeyer vendió todas las acciones de su compañía, legítima propietaria del vehículo, a Silver Arrow Cars, un concesionario de vehículos exóticos y clásicos también canadiense propiedad de Timothy Quocksister. Como es lógico, todas las propiedades y activos de Element Fleet Management Corp. pasaron a ser propiedad de Quocksister, incluyendo el Ford GT 2018 recién entregado.

Timothy Quocksister guardó el deportivo de motor central en Engineered Automotive, compañía de Ontario que ofrece servicios de almacenaje de vehículos de lujo y que también ha sido demandada por Ford, y a pesar de la restricción de 2 años impuesta por la compañía, lo vendió inmediatamente por 1.35 millones de dólares, lo que hizo contando con los servicios de Jeffrey Seigel, un broker de Ontario especializado en vehículos exóticos. El comprador fue SR Auto Group, otra compañía que rápidamente volvió a vender el ejemplar, esta vez a un anónimo cliente de Hong Kong.

Ford ha demandado a todos los implicados, que han dado versiones algo distintas de su participación en los hechos. Steve Hudson alega que desconocía la compra y posteriores ventas del vehículo y Timothy Quocksister afirma que desconocía la cláusula del contrato que impedía su venta, a pesar de que según el testimonio de otros implicados y otras evidencias sí que era consciente de tal impedimento legal, mientras que Jeffrey Seigel, de quien unos dicen que se embolsó una comisión de 126.650 $ y otros que también disfrutó de una comisión secreta de 200.000 $, afirma no conocer al comprador original, Bradley Nullmeyer, aunque tanto Ford como Nullmeyer afirman lo contrario.

La factoría de Multimatic donde se ensambla el modelo.

Por el momento no se sabe a ciencia cierta quién estaba al tanto realmente de la compra inicial, pero parece claro que Nullmeyer conspiró para adquirir el vehículo con la intención de venderlo inmediatamente, y la venta de su compañía a Quocksister parece demasiado casual. Y este último es evidente que negoció con el vehículo en busca de un beneficio rápido en cuanto se hizo con él.

Fuente: Automotive News Canada

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