«Los híbridos enchufables son una de las mayores desventajas de la historia del automóvil»
La organización Transport&Environment vuelve a poner el foco de atención en los coches híbridos enchufables y en sus verdaderas emisiones de CO2, sobre los que la industria europea quiere imponer la misma categoría que los coches eléctricos a partir del 2035.

El otro día os contamos aquí que «los híbridos enchufables tenían los días contados», pero no por un tema regulatorio, sino porque la última generación de coches eléctricos está llegando con opciones muy interesante en clave de autonomía y carga rápida.
Sin embargo, los fabricantes de coches siguen viéndolo como un puente hacia la electrificación plena y que pueden salvaguardar muchas de sus inversiones a partir del año 2035, cuando en Europa solo se puedan vender, en principio, vehículos eléctricos.
La industria, por no decir la gran mayoría de las marcas, está presionando a la Comisión Europea para instaurar una excepción con los PHEV, algo en lo que no están de acuerdo desde la organización Transport&Environment. Su último análisis pone el grito en el cielo la apuesta por los vehículos con esta tecnología.

«Contaminan tanto como los de gasolina»
Tras analizar los datos de emisiones de 127.000 vehículos híbridos enchufables, T&E alerta que este tipo de coches emiten mucho más de lo declarado, estando muy cerca de las cifras medias de contaminación de los vehículos diésel y gasolina.
La organización habla del «consumo oculto de combustible» durante el funcionamiento incluso en eléctrico de los híbridos enchufables: concretamente, afirman que los motores PHEV consumen una media de 3 litros de gasolina cada 100 kilómetros y emiten 68 g/km de CO2 en modo eléctrico, 8,5 veces más que lo que dicen las pruebas oficiales.
Desde T&E aseguran que los motores eléctricos de estos coches «suelen tener poca potencia para velocidades altas o pendientes pronunciadas, y necesitan entrar en acción. De media, el motor suministra energía durante casi un tercio de la distancia recorrida en modo eléctrico».

Es cierto que una de las críticas más atribuibles a los coches PHEV, o más bien a sus conductores, es que no se preocupan tanto por cargar sus baterías y aprovechar sus capacidades en modo eléctrico. Un uso meramente urbano permite a estos vehículos moverse en modo libre de emisiones, pero si no se cargan las baterías, o en las situaciones antes descritas, la ventaja se queda obsoleta.
De tal forma que, según los datos de T&E, los coches híbridos enchufables emiten de media tan solo un 19 por ciento menos de CO2 que los de gasolina y diésel (135 frente a 166 g/km), y emiten casi cinco veces más que lo que sugieren las pruebas oficiales. Algo que, además, le cuesta a sus conductores de media un pago de 500 euros extra al año en combustible.
«Los híbridos enchufables son una de las mayores desventajas de la historia del automóvil. Emiten casi tanto como los coches de gasolina. Incluso en modo eléctrico, contaminan ocho veces más de lo que afirman las pruebas oficiales. La neutralidad tecnológica no puede significar ignorar la realidad de que, incluso después de una década, los híbridos enchufables no han cumplido su promesa», afirma Lucien Mathieu, director de coches de T&E.

La encrucijada de los PHEV
La organización Transport&Environment recuerda otro dato fundamental, y es que este tipo de vehículos cuentan cada vez más con baterías mayores. Esto aporta más autonomía eléctrica, sí, pero su mayor tamaño los hace coches más pesados y que consumen más energía.
Un problema que se agrava con la tecnología EREV que está ganando protagonismo en China y que próximamente se podría popularizar en Europa, con vehículos, en esencia, híbridos enchufables, pero que tienen baterías casi tan grandes como los eléctricos más asequibles.
Y a pesar de esto, los fabricantes siguen presionando a los dirigentes europeos para cambiar el enfoque sobre estos coches y que se puedan seguir vendiendo a partir del 2035: «Reducir la normativa para los híbridos enchufables es como perforar un agujero en la estructura de la legislación europea sobre emisiones de CO2 para automóviles».
«En lugar de orientar el mercado hacia coches asequibles de cero emisiones, los fabricantes lo inundarán con PHEV caros y contaminantes. Esto podría hundir la seguridad de la inversión en vehículos eléctricos que el mercado necesita desesperadamente», rematan desde la organización.
Fuente: Transport & Environment