Cuando nos planteamos la necesidad de adquirir un vehículo, lo primero que nos viene a la cabeza es comprarlo. Y, en ese caso, no suele haber lugar a muchas dudas: si contamos con el dinero suficiente lo pagaremos al contado y, en caso contrario, pediremos un préstamo a nuestro banco o a la entidad financiera de la marca que nos va a vender el vehículo, pues además es habitual que el precio del mismo baje en este último caso (sí, se lo cobrarán de otro modo, generalmente con un interés superior).
Pero, desde hace años, podemos contar con alternativas a las dos vías tradicionales. En un principio estas surgieron en el ámbito empresarial, pero con el paso del tiempo se han ido adaptando a las necesidades de los particulares. En las siguientes líneas definiremos qué es «Leasing» y «Renting», haciendo hincapié en sus ventajas e inconvenientes.
Qué es y cómo funciona el Leasing
El leasing es un alquiler de vehículo a largo plazo con opción posterior a compra. Esta fórmula de financiación consiste en la cesión de uso del vehículo en cuestión por parte de la empresa propietaria del mismo. Dicha cesión tiene una duración determinada de al menos 24 meses y accedemos a la misma a cambio del pago de una cuota mensual durante dicho periodo.
El leasing consiste en un alquiler de larga duración con opción a compra
Durante ese periodo, seremos titulares del vehículo y, cuando el periodo acordado cesa, deberemos decidir si queremos devolver el vehículo o, por el contrario, preferimos comprarlo según el precio acordado al inicio del contrato, que consiste en el valor residual de dicho vehículo.
Ventajas e inconvenientes del leasing
Este tipo de transacción comercial es muy habitual entre autónomos y pequeñas empresas. Al principio, el vehículo debía utilizarse obligatoriamente para el desarrollo de la actividad económica de la empresa que lo solicitaba, pero actualmente este tipo de producto se ha adaptado también a particulares.
Además, en el caso del leasing tenemos la posibilidad de deducirnos fiscalmente todas las cuotas -que suelen ser más bajas que otro tipo de financiación-, tanto en lo relativo a amortización como en lo que respecta a intereses de la operación. Finalmente, cuando optamos por el leasing debemos hacernos cargo de todos los gastos derivados del uso del vehículo: mantenimiento, seguro, etc.
Qué es y cómo funciona el Renting
El renting es un alquiler de vehículo con servicios adicionales incluidos. Esta otra fórmula es parecida a la del leasing en cuanto a que se acuerda la cesión de uso a cambio de cuotas mensuales con la empresa propietaria del vehículo, pero en este caso no es posible comprarlo al final del contrato y deberemos devolverlo.
Ventajas e inconvenientes del renting
La principal ventaja del renting estriba en que todo lo relativo al mantenimiento del vehículo corre a cargo del propietario, es decir, de la empresa que nos lo cede por un tiempo determinado. Por tanto, no deberemos ocuparnos de pagar seguro, mantenimiento, averías, impuestos, gestión de multas o incluso neumáticos, debiendo preocuparnos únicamente de repostar cuando sea necesario.
Además, el renting permite contratar a particulares, pues no existe limitación alguna de uso, aunque a nivel fiscal sólo podremos deducirnos los importes de las cuotas correspondientes al arrendamiento.
Diferencias entre Leasing y renting, de un vistazo
¿Has tenido alguna experiencia con el renting o el leasing? Cuéntanos qué tal te fue y si repetirías.