TecnologíaLos inconvenientes de los coches autónomos
Ya hemos visto las ventajas, pero también tenemos que hablar de la otra cara de la moneda. Lo cierto es que queda muchísimo por hacer. Existen varios inconvenientes asociados a los coches autónomos, prinicipalmente de tipo ético, legal y tecnológico. Además, tendrán implicaciones a nivel social y economico a largo plazo.
Problemas tecnológicos y a nivel de software
Todo el funcionamiento de los coches autónomos se basa, en última instancia, en el software o programación. ¿Se podrá garantizar un nivel de fiabilidad suficiente? ¿O habrá que estar descargando actualizaciones constantemente? Como ingeniero informático de formación, dudo mucho de lo primero.
Aún estamos hablando de una tecnología incipiente y experimental
Además, está por ver qué tal responden estos sistemas informáticos en el caso de condiciones ambientales muy desfavorables, como nieve, o cuando se encuentren con agentes regulando el tráfico o conductores que hagan señales manuales (p.ej. cuando se funden los intermitentes). En teoría, eso se puede implementar, el resultado es una incógnita.
No deja de ser importante el problema de la privacidad, pues habrá mucha información sensible, especialmente cuando el vehículo se comunique con el exterior mediante C2C (entre vehículos) o C2X (entre infraestructura y vehículos). ¿Y si un hacker consigue alterar el normal funcionamiento del sistema? Todo sistema conectado es, por definición, vulnerable.
Por otro lado, la correcta navegación es muy dependiente del nivel de precisión de los mapas digitalizados. Habría que usar una precisión de centímetros, y no de metros. Los sensores, como pueden ser las cámaras de visión artificial, deben ser un apoyo a esos datos de navegación.
Eso por no hablar de las inversiones millonarias que habrá que hacer en semáforos, señalización circunstancial y fija para que se comuniquen con los vehículos de forma eficaz, mediante sistema C2X. También hay que tener en cuenta la cantidad de datos que moverán todos esos vehículos, todo un desafío para las empresas de telecomunicaciones.
¿Seremos capaces de convivir con conductores que no cometen errores?
SI hablamos de conducción semiautónoma, puede provocar una pérdida de habilidades en los conductores, de la misma forma que las calculadoras nos han hecho ir a peor en cálculo mental. Eso puede llegar a ser un problema en caso de que un vehículo requiera la atención del conductor humano. En aviación, siempre hay un piloto experto detrás del piloto automático. Por algo será.
Problemas éticos, legales y sociales
A día de hoy, apenas se permite la circulación de coches autónomos en pocos lugares del mundo, y siempre con un ser humano a bordo para actuar. La legislación tendrá que amoldarse para permitir que conduzcan vehículos por sí mismos, pero ¿de quién sería la responsabilidad en caso de un accidente? A las aseguradoras eso les importa mucho.
No evitarán los accidentes de tráfico al 100%
Veamos otro problema. Imaginemos una colisión que se determina como inevitable, y el software debe decidir de qué manera el resultado sea lo menos lesivo posible. Eso implicaría tomar decisiones difíciles que provocarán muertos o heridos. Hablamos de uno de los dilemas de las leyes de la robótica que planteó Sir Isaac Asimov décadas antes de todo esto.
Sin duda los fabricantes automovilísticos harán firmar a los propietarios unos kilométricos textos legales -que poca gente leerá- eximiéndoles de cualquier responsabilidad por decisiones que tome el software, aunque deberían seguir respondiendo por fallos de diseño que afecten a la seguridad (como pasa hoy día).
A largo plazo, habrá empleos en peligro, algo que preocupa a profesionales como el de un comentario anterior . No es lo mismo hablar de funciones de alta responsabilidad, como un transportista de mercancías peligrosas, a un reparto de comida rápida. Seguro que alguna empresa nos hace bajar a la calle a recoger el pedido, lógicamente no van a subir por las escaleras.
Hasta mediados de la próxima década no vamos a verlos masivamente
Incluso los terroristas suicidas se quedarán como un vestigio del pasado, pues un coche autónomo puede provocar el mismo daño sin necesidad de conductor. Es un ejemplo muy extremo, pero hay que ponerlo. Estos cambios llegarán de forma muy progresiva, cosa de años. O puede que, como los smartphone, cambien nuestras vidas muy rápido.
Por último, mencionar ¿qué pasará con el placer de conducir? Bueno, hasta que no sea obligatorio comprar un coche autónomo, siempre se podrá elegir, incluso en los semiautónomos. No creo que esta tecnología acabe con la conducción manual, aunque sí cambiará mucho la forma en la que nos la hemos estado planteando. Al menos, esta es mi visión sobre el tema.