Vendieron millones con un motor legendario… y ahora Stellantis hereda un escándalo de dimensiones mayúsculas
Duro palo para Stellantis que se ha encontrado con un nuevo problema. El gigante, que está reconciliándose con los clientes de los PureTech y los BlueHDi, ahora ha heredado una patata más que caliente de la antigua PSA. Un juzgado francés apunta a una estafa en las emisiones de motores diésel Euro 5, los antiguos HDi.

Irrompible. Así se calificó a uno de los motores de la antigua PSA que catapultó a la tecnología diésel y a un propulsor en especial, el 2.0 litros HDi. Fabricado en hierro, nada de aluminio, y con potencias máximas desde 90 CV en adelante fue uno de los mejores propulsores en la era del «Common Rail», animando a varios cientos de miles de coches diésel tanto en Peugeot como en Citroën.
Algunos llegaron a ver más de medio millón de kilómetros, casi sin despeinarse cuando traspasaban las puertas de los desguaces, ya agotados por otras partes. Pero, cuando Stellantis está deshaciéndose en esfuerzos para recuperar la confianza perdida de sus clientes por culpa de los fallos en la concepción del motor de gasolina PureTech y también el desastre de los BlueHDi, ha heredado una patata caliente que no esperaba de ninguna forma.

Stellantis no sale de un problema cuando se mete en otro
Según la información de un diario francés, un Tribunal galo le ha comunicado a Stellantis una demanda pendiente en Francia a causa de una de las grandes patas que metió uno de sus socios en el conglomerado franco-italiano. Como no puede ser de otra forma, esta cuenta pendiente que no se solucionó en la antigua PSA, ahora con unas consecuencias que está obligada a asumir Stellantis.
La demanda se refiere a un software fraudulento instalado en coches diésel de Peugeot y Citroën, consideradas sospechosas por la fiscalía francesa, que ha tomado la decisión enjuiciar a la empresa al considerar que se comercializaron vehículos a sabiendas de que no cumplían la norma de emisiones Euro 5.
Las investigaciones datan de hace cuatro años, por lo que tanto los del León como los dos chevrones saben de esta materia desde junio de 2021. Este es un nuevo dolor de cabeza para Stellantis, y más que importante porque, según la fuente, las dos marcas habrían vendido cerca de dos millones de coches diésel en Francia entre 2009 y 2015.
El fiscal galo ha señalado que estos coches fueron «especialmente calibrados para garantizar que cumplen la norma legal en materia de emisiones de óxidos de nitrógeno, exclusivamente en las condiciones de circulación de la prueba de homologación».
Los ex directivos de PSA echan la culpa a la «pobreza» de la Euro 5
El funcionamiento de este software detecta las condiciones de conducción, actuando una calibración específica sobre el sistema de medición de emisiones, de manera que el umbral de emisiones de óxido de nitrógeno se superaría con frecuencia, según el juez. Y, a pesar de ello, Peugeot y Citroën se habrían beneficiado embolsándose más de 33.900 millones de euros con estos coches.
Stellantis no ha respondido oficial y públicamente al respecto, pero se sabe que varios ex altos cargos de la antigua PSA fueron llamados a declarar en la primera vista. Mientras uno reveló que «el sistema se utilizó porque estaba permitido por la normativa», añadiendo que «los requisitos de la Euro 5 eran demasiado vagos», otro aseguró que «la Euro 5 exigía resultados durante la prueba de certificación pero no que se respetase el nivel en cada recorrido real y en cada momento».
Stellantis se enfrenta a un nuevo juicio, y puede ser el último o no. Si se cierra el capítulo, que es lo que la empresa desea a toda costa, está claro que la sentencia contará con una elevada multa. Pero si no es el último, y es lo que Stellantis tratará de evitar por todos los medios, se enfrentará a un tercer juicio ante un tribunal penal, con millonarias indemnizaciones a los afectados.
Fuente: Ouest France