No subir el impuesto al diésel podría costarnos muy caro, esto proponen las gasolineras
El Gobierno de España se había comprometido con la UE a llevar a cabo varias medidas y así acceder a los fondos NextGenerationEU, como la de subir el impuesto al diésel. Esto no ha sucedido, pero desde CEEES proponen esta alternativa para recibir los 1.100 millones de euros prometidos.

El Plan de Recuperación y Resiliencia (los fondos NextGenerationEU) establece una estrategia nacional para cada país con una serie de objetivos a cumplir. De hacerlo, se podía acceder a los fondos europeos de recuperación tras la pandemia del COVID-19.
España está ahora ante el quinto posible desembolso de los fondos europeos, pero estos están congelados al no cumplir el Gobierno con los objetivos prometidos a la Unión Europea. Una de las medidas que el Ejecutivo había sugerido era la de subir el impuesto al diésel.
Una medida muy controvertida y que apuntaba a subir el precio del gasóleo en España un 8 por ciento; o lo que es lo mismo, 11,3 céntimos por litro, lo que en la práctica supondría pagar casi 6 euros más para llenar un depósito medio de 50 litros.

La falta de apoyos, el miedo a perder votos y la presión en torno a esta medida ha provocado que esta promesa del Gobierno haya quedado en el olvido, pero no para la Unión Europea, al entender que nuestro país no ha generado los ingresos fiscales a los que se había comprometido.
En la actualidad, el Impuesto Especial de Hidrocarburos y el IVA representan el 49,4 por ciento del PVP de la gasolina 95 en España; en el diésel es el 44,3 por ciento.
La propuesta de fiscalidad de CEEES
La Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio lamenta, por un lado, el fracaso de la consecución de los objetivos prometidos con Bruselas y por la gran cantidad de dinero que dejamos de percibir.
No obstante, CEEES ya venía advirtiendo que, de haberse llevado a cabo la subida del impuesto al diésel, con el objetivo de equiparar su fiscalidad con la gasolina y reducir su consumo, habría tenido más efectos en nuestros bolsillos: habría generado una espiral inflacionaria y habría provocado todavía más desigualdades.

Sobre todo, porque el diésel es el combustible más usado en España: 77 por ciento frente al 23 por ciento de la gasolina, a pesar de que a día de hoy las ventas de coches diésel son casi testimoniales, en comparación con lo que teníamos hace apenas una década.
CEEES habla de una propuesta de fiscalidad que permitiría al Gobierno acceder a los fondos de la UE: esta se basaría en un incremento paulatino del impuesto al diésel y que se fuera elevando de forma gradual durante al menos tres años. Pero hay más.
De nada sirve “machacar” al diésel si no se trabajan en alternativas, algo que vendría a ser una bonificación fiscal a los combustibles renovables: HVO 100, bioetanol, biogás, hidrógeno verde… Según CEEES, el 11 por ciento de los combustibles de automoción vendidos hoy día se corresponden con este tipo.
La Confederación recuerda que los productores de combustibles renovables necesitan «estabilidad regulatoria» que permitan generar economías de escala y un mínimo de rentabilidad. Esto se traduciría en una reducción de los costes de producción y, en consecuencia, de los precios para el usuario final. También evitaría que los productores detengan sus inversiones; si no, se volvería a incrementar la dependencia de terceros países.
Fuente: CEEESFotos: Freepik