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El tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Japón puede ser realidad en pocos días

Japón y la Unión Europea están próximos a lograr un acuerdo de libre comercio, por el cual será un poco más económico traer coches desde aquel país. Eso puede beneficiar a los pocos modelos que aún se exportan, piezas o componentes electrónicos.

6 min. lectura

Publicado: 16/12/2016 19:00

Producción del Toyota Mirai en Japón

Japón es el segundo socio comercial asiático más importante de la Unión Europea después de China. Para finales de año podría estar lista la firma de un tratado de libre comercio que beneficie tanto al país nipón como a la Unión Europea. El proceso negociador se inició hace tres años, concretamente en abril de 2013.

Las intenciones del próximo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, de retirarse del acuerdo de comercio trans-pacífico, ha estimulado al Gobierno de Japón a estrechar lazos con su socio europeo. El próximo presidente de Estados Unidos es poco amigo de los tratados de libre comercio bajo la argumentación de que reducen la riqueza de su país.

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Varios funcionarios de alto rango del Gobierno de Japón han comentado a Reuters que el primer ministro, Shinzo Abe, confía en que la firma pueda hacerse este año. Los japoneses quieren que la Unión Europea reduzca los aranceles en vehículos, piezas para automóviles y dispositivos electrónicos, entre otros.

Volkswagen Golf Variant para mercado japonés

A cambio, la Unión Europea quiere que se faciliten las cosas a empresarios europeos para hacer negocios en Japón (y viceversa), así como la reducción de aranceles en productos alimenticios como pueden ser la pasta, queso, vino y productos derivados del ganado porcino (cerdito, vaya). La parte que nos interesa es obviamente la de los vehículos.

A día de hoy la mayoría de los vehículos que las marcas japonesas venden en suelo europeo se producen en Europa o en el "patio trasero", Turquía. En los años 80-90 se empezaron a producir modelos de venta masiva y bajo beneficio para esquivar tanto los aranceles como los cupos de importación.

Fruto de esa política empezaron a aparecer las fábricas de Reino Unido, Francia, España... En nuestro país Nissan empezó a fabricar en Barcelona y Suzuki en Linares. Modelos como Nissan Micra, Toyota Carina, Honda Civic... empezaron a salir masivamente de las plantas para que estos fabricantes fuesen ganando cuotas de mercado.

La Administración de Donald Trump quiere revisar o abandonar los tratados comerciales con unos cuantos países del entorno

Por parte europea, también hay optimismo respecto a un acuerdo. En septiembre viajó a Tokio una delegación entre la que se encontraba el vicepresidente de la Comisión Europea, Jyrki Katainen, que también espera un acuerdo firmado antes de año. Tanto Shinzo Abe como el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, están de acuerdo en esa meta.

De hecho, la UE está mucho más cerca de firmar este acuerdo que de ratificar el tratado trans-atlántico con Estados Unidos, el famoso TTIP, que Donal Trump no está por la labor de suscribir, por no hablar del rechazo social que produce este posible acuerdo. Mientra tanto, Reino Unido empieza a negociar los términos de su ruptura con la UE, el conocido como "Brexit".

El sector europeo también quiere que Japón facilite la exportación de modelos europeos a su país, para lo cual es necesario reducir algunas barreras no arancelarias, cuestiones de homologación y demás. Poco a poco el mercado japonés se está abriendo a la llegada de modelos como el Volkswagen Golf o la Serie 3 de BMW, por citar dos ejemplos.

Subaru WRX STI

Como la mayoría de modelos japoneses en suelo europeo se fabrican en la UE, los cambios no se van a notar en una enorme medida. Modelos como el Toyota GT 86, Nissan 370Z o Subaru WRX STI pueden experimentar alguna rebaja, así como cualquier modelo que dependa de electrónica importada desde el país del sol naciente.

El hecho de que Estados Unidos no firme el TTIP tiene un menor impacto, ya que se exporta una porción mínima de coches americanos hacia el viejo continente, parcialmente autosuficiente, que importa más desde Asia y a mucha distancia desde África (como los Dacia Dokker y Lodgy).

¿Y a nuestras industrias les puede beneficiar? Muy pocos coches españoles se van hasta Japón, por ejemplo la marca SEAT no existe por aquellos lares, aunque hay plantas como la de Palencia (Renault) o Villaverde (Citroën) que sí mandan coches a Japón al tener la exclusividad mundial de algunos modelos. Con un tratado de libre comercio podrían notar un tímido aumento de las exportaciones.

Fuente: Reuters

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