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Volkswagen se enfrenta a una demanda en Alemania de 9.200 millones de euros

La semana que viene se celebrará un juicio en Alemania, por el cual inversores piden a la compañía una compensación por la pérdida de valor de Volkswagen AG en septiembre de 2015. Son 9.200 millones de euros, agrupando 1.670 reclamaciones.

7 min. lectura

Publicado: 07/09/2018 20:30

Mientras que en Estados Unidos Volkswagen ha tenido que hacer frente a sanciones y compensaciones por valor de 27.400 millones de euros, en Europa, de momento, apenas nada. Hubo algunos fallos judiciales sueltos por el escándalo de las emisiones de septiembre de 2015, pero ninguna demanda colectiva ha prosperado aún. Sin embargo, los tribunales no han estado de brazos cruzados y hay causas pendientes.

Recapitulemos brevemente. El 18 de septiembre de 2015 la Agencia de la Protección del Medio Ambiente americana (o Environmental Protection Agency, EPA) hizo público que Volkswagen había cometido un fraude a gran escala con sus motores diésel mediante un documento llamado Notice of Violation (NoV). En los días siguientes al escándalo, las acciones llegaron a caer un 37 %.

Esa caída implicó grandes pérdidas para muchos inversores, tanto pequeños como grandes, incluidos algunos lander alemanes. Unos cuantos de ellos decidieron pleitear porque consideraron que fue culpa de la empresa que se perdiese dinero, porque deberían haber avisado antes a los inversores.

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En este pleito hay dos puntos de vista, el de la empresa, y el de los accionistas. Cada vez parece más claro que altos ejecutivos tuvieron conocimiento de que se habían hecho trampas tanto en el mercado estadounidense como en el europeo, el estallido fue un informe del ICCT con fecha del 15 de mayo de 2014, realizado junto con la Universidad de West Virginia.

En ese informe se puso de relieve que había un desfase importante entre el nivel de contaminantes que emitían los vehículos en marcha respecto a las cifras de homologación. Ese documento llegó a la EPA, que consultó al fabricante para que explicase el por qué de esa discrepancia. Hurgando se llegó a la conclusión de que se habían hecho trampas.

Antes del 18 de septiembre varios directivos de alto rango de Volkswagen ya daban por sentado que les habían pillado, pero subestimaron las consecuencias. Cuando otros fabricantes fueron pillados con las manos en la masa en situaciones similares, la multa no superó los 200 millones de dólares. Como era una cantidad pequeña, pecata minuta, no se consideró necesario avisar a los inversores.

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Según los documentos de la defensa de Volkswagen, como se trataba de una cifra pequeña, no era necesario avisar de acuerdo a la ley alemana, que es la que tiene jurisdicción sobre Volkswagen AG. Pero con el tiempo todo se descontroló y el fabricante acabó pagando multas, llamada a revisión, compensaciones a los clientes, la recompra de decenas de miles de coches...

De hecho, en los primeros días del escándalo, se barajó una multa salvaje para Volkswagen, y no eran 200 millones de dólares, sino 18.075 millones de dólares si la EPA aplicaba la pena máxima. Y en ese momento "solo" eran 482.000 coches, todos los 2.0 TDI CR, faltaba por saber que también estaban implicados los 3.0 TDI CR de seis cilindros.

A nivel mundial el fraude asciende a 11 millones de unidades

Cayeron las acciones, Martin Winterkorn -el CEO- tuvo que dimitir, y Volkswagen afrontó su peor crisis de reputación desde que fue fundada por el III Reich, antes de la Segunda Guerra Mundial. Normal que los inversores consideren que sí, no habría estado mal avisarles del alcance de la metedura de pata. En cierto modo, apostaría a que nadie acertó con sus previsiones cuando estalló el escándalo: ni la prensa, ni Volkswagen, ni los inversores.

Herbert Diess, actual CEO, también puede verse salpicado por el escándalo, aunque todo esto le pilló al poco de entrar en la empresa (venía de BMW)

En un lenguaje más sencillo, si a Volkswagen le cae en Europa un "paquete" milmillonario no será por el fraude de los motores en sí, sino por no cumplir de forma diligente con el deber de informar a los accionistas. Se puede hacer una burda comparación con la condena que le cayó al mafioso Al Capone por... evasión de impuestos.

Uno de los puntos más interesantes de la sentencia, cuando salga, es a partir de qué momento se puede demostrar que la alta dirección tenía conocimiento de lo que iba a ocurrir, y si el fraude fue cometido con su consentimiento o bajo sus órdenes. Y eso puede sentar precedentes que aumenten las dimensiones del escándalo a nivel económico.

Volkswagen dispone de robustez financiera suficiente para hacer frente a esos 9.200 millones de euros. Solo en el primer semestre de 2018 el beneficio operativo antes de "eventos especiales" (así se habla del escándalo a nivel corporativo) asciende a 9.800 millones de euros. Seguirán anunciando un beneficio, aunque sea más bajo, pero por poder, pueden pagarlo "a tocateja".

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