Prueba Land Cruiser, ¿sigue siendo el mejor de la clase?
Todoterrenos hay muchos, pero que tengan la historia del Toyota Land Cruiser muy pocos. Este es un coche que lleva más de 70 años en el mercado y ahora vuelve con una octava generación más robusta, capaz y tecnológica que nunca.
Si pido a cualquiera de nuestros lectores que piense en un todoterreno puro, es más que posible que todos (o la práctica totalidad) pongan en su respuesta al Jeep Wrangler, Land Rover Defender o al Toyota Land Cruiser. Como dicen por ahí, «los viejos roqueros nunca mueren» y estos son un verdadero ejemplo de ello. Todos siguen presentes en nuestro mercado, y esto debe ser una alegría para todos los que nos gusta la historia del automovilismo y, en general, los llamados «juguetes para adultos».
De hecho, todos ellos han recibido una actualización en cuestión de los últimos años, ya sea en forma de renovación de mitad de ciclo o como nueva generación. Y precisamente este último caso es el del Toyota Land Cruiser que hoy nos ocupa y del cual, aunque ya lo conocimos en su presentación estática, ahora es momento de ponerlo a prueba sobre terrenos nada sencillos: la cordillera del Atlas, en Marruecos.
Así es el nuevo Toyota Land Cruiser
Durante la mencionada presentación estática, ahí ya pudimos sacar las primeras conclusiones sobre su renovado diseño exterior e interior. Ahora volvemos a hacerlo pero teniendo al coche frente a nosotros, en la vida real e incluso pudiendo conducirlo por rutas realmente complicadas. Pero no adelantemos acontecimientos y vamos al grano.
El nuevo Land Cruiser ya es conocido por todos. En su renovación generacional ha tomado para sí un aspecto más de estilo «retro», con unos faros que llaman realmente la atención en sus dos variantes. La primera y más accesible es la que más miradas despierta: los redondos. Estos, pese a lo que muchos piensan, son Full-LED y son los de acceso a la gama. Un paso por encima se encuentran los rectangulares, mucho más avanzados tecnológicamente.
En el resto de apartados, exteriormente, el Land Cruiser es un coche ya conocido, pues no cuenta con novedades relevantes desde aquella mencionada presentación estática. No obstante, sí hay que hacer hincapié en que el modelo contará con tres acabados: GX, VX y VX-L (además de la edición de lanzamiento llamada First Edition). Sin embargo, no todos ellos serán de incorporación inmediata en la gama española, sino que irán llegando paulatinamente.
Como mero repaso, el VX cuenta con aditamentos añadidos de serie, como unas llantas de aleación de 18 pulgadas, techo solar practicable, tapicería de cuero sintético, bloqueo de diferencial trasero y la pantalla interior de 12,3 pulgadas. En el caso de esta versión, su precio de partida en nuestro país será de 85.450 euros.
Un paso por encima y como cabeza de lista, el VX-L adopta unas llantas de 20 pulgadas de diseño más vistoso, tapicería de cuero, Head-Up Display de 10,6 pulgadas, sistema de sonido JBL, espejo retrovisor interior digital y barra estabilizadora desconectable. Su precio de partida en España es de 95.000 euros.
Mirando ahora su habitáculo, el Land Cruiser salta a la vida la calidad de materiales, así como la solidez que muestran todos sus paneles. Sobre el salpicadero reposan dos pantallas, una para la instrumentación (12,3 pulgadas) y otra dedicada al multimedia central (12,3 pulgadas). La funcionalidad de estas es realmente próxima a la de otros modelos de la marca, con lo que toda su interfaz puede ser muy familiar para algunos, además de ser realmente fácil de manejar y muy intuitiva.
La consola central, lejos de la tendencia general, incluye numerosos botones físicos, algo que es de agradecer a los ingenieros de la marca. Todos los comandos dedicados al sector de off-road cuentan con este tipo de solución. Perfecto para cuando queramos o debamos enfrentarnos a un terreno complicado.
Probando ahora sus asientos, la primera fila es realmente confortable para largos viajes, pero también a la hora de hacer un tramo off-road fuera del asfalto. Esto último lo puedo decir de primera mano, pues desde Toyota nos lo han demostrado con creces gracias a las buenas rutas que nos propusieron durante nuestros días de test. En la segunda fila de asientos pasa algo bastante similar, pues sus ocupantes tendrán un generoso espacio para las piernas y para la cabeza.
Por último, las unidades destinadas a España llegarán únicamente bajo una configuración de siete asientos. Sin embargo, en la presentación a la que hemos acudido no había unidades con esta arquitectura, por lo que comentar la habitabilidad de la tercera fila de asientos será algo que dejaremos para más adelante.
En términos de espacio de carga, el Toyota Land Cruiser cuenta con un volumen mínimo de 130 litros de almacenamiento, con las tres filas de asientos plenamente operativas. En caso de usar únicamente dos hileras, este hueco de almacenaje crecerá hasta los 550 litros. No obstante, si sigue siendo necesario aún más volumen, se puede abatir la segunda fila para ganar un hueco aún más considerable.
Una mecánica más que digna
Finalmente, antes de entrar en el terreno de la estricta prueba de conducción, hay que comentar algunos detalles sobre su mecánica. Bajo el capó, el Toyota Land Cruiser guarda un bloque de cuatro cilindros alimentados por diésel y con 2.8 litros de cubicaje. Este motor eroga un total de 205 CV y 500 Nm de par máximo.
Toda esta potencia es transmitida al asfalto mediante una caja de cambios automática de ocho relaciones. Con ello, el todoterreno japonés es capaz de afrontar todo tipo de territorios e incluso remolcar más de 2.000 kilos.
Aunque esta es la única alternativa mecánica actualmente, en 2025 llegará a los concesionarios una variante de este mismo motor con sistema mild-hybrid. Esto le proporcionará un apoyo extra en ciertos momentos, así como la condecoración de la ansiada etiqueta ECO de la DGT.
También viene provisto de apoyos para el off-road, como los bloqueos de diferenciales (central y trasero), así como la posibilidad de desconectar la barra estabilizadora o un sistema de ayuda al descenso por pendientes pronunciadas llamado Crawl Control. El usuario podrá personalizar la velocidad de circulación de este sistema mediante una ruleta insertada en la consola central.
Por último, el nuevo Toyota Land Cruiser estrena también una dirección asistida eléctrica. Desde la compañía han asegurado que su adopción no repercutirá en sus capacidades, sino que, más bien, mejorará todas sus posibilidades. Su introducción también ha permitido a la marca insertar nuevos sistemas de seguridad al volante.
Prueba de conducción
Aunque lo normal al hacer una prueba de conducción sobre un todoterreno como este sería centrarse en sus fuertes capacidades fuera del asfalto, lo cierto es que en esta ocasión hay que determinar que estamos ante un vehículo para todo tipo de supuestos. Tanto es así que hay muchas personas que escogen este coche como modelo familiar por su aspecto rudo y musculoso, así como por sus prestaciones o por su practicidad en el día a día. Por ello, hay que hablar inicialmente de sus puntos fuertes sobre asfalto.
El Toyota Land Cruiser es un gran compañero de viaje. Partiendo de esta base hay que decir que su premisa principal en todo momento es buscar el confort para sus ocupantes. La propia amortiguación favorece a que los baches típicos de una calzada no sean prácticamente perceptibles, por lo que la sensación de viajar sobre una particular -y gran- alfombra mágica será generalizado.
Pese a lo que se puede esperar de un coche de estas características, el sonido de su motor, aunque es bastante notorio en ciertas ocasiones, este no será molesto. De hecho, a la hora de mantener una velocidad continua por autopista, este será prácticamente imperceptible; sí lo será a la hora de precisar de una aceleración, pero como decimos, no será molesto.
Tras el volante, este no es el típico todoterreno con una dirección muy desmultiplicada, blanda o que sea realmente incómoda de conducir por vías comunes. Nada de eso. El Toyota Land Cruiser es notablemente cómodo e incluso resulta un coche muy ágil, pese a contar con casi 5 metros de longitud o superar las 2 toneladas de peso total.
Bien es cierto que, en rutas por carreteras secundarias, sí es bastante notorio el balanceo de la carrocería en cuanto se tomen curvas mínimamente rápido. No obstante, esa sensación no será tan llamativa como en otros vehículos de su competencia. Toyota ha sabido situar al Land Cruiser en el centro, pues sus suspensiones funcionan mágicamente bien tanto en carretera asfaltadas como fuera de ellas.
Y ahora llega el turno de hablar de sus capacidades off-Road. El Toyota Land Cruiser es un coche con más de 70 años de historia. Esto es un sinónimo de que es un vehículo que realmente cumple con lo que promete. Su veteranía es su mayor seña de fortaleza. El bagaje que demuestra la marca con este modelo es directamente magistral, pudiendo hacer frente a todo tipo de terrenos sin apenas despeinarse.
Porque sí, el Land Cruiser nos ha demostrado que es capaz de prácticamente todo; desde subir o bajar laderas realmente empinadas, hacer frente a terrenos empedrados o surcar caminos llenos de arena o grandes agujeros. Da igual. El Land Cruiser pasará por todo tipo de vías sin ningún tipo de mínimo problema.
En caso de precisarlo, si el terreno se vuelve más complicado de lo esperado, se puede hacer uso del bloqueo o desbloqueo de diferenciales, desconexión de la barra estabilizadora o la reductora de la caja de cambios. Con ello puede garantizar que sus 205 CV y sus 500 Nm de par máximo serán capaces de recorrer rutas imposibles.
Bien es cierto que los consumos de combustible no serán escuetos. Todo sea dicho. No obstante, Toyota no está buscando con este coche la sostenibilidad, sino la practicidad y cubrir las necesidades o placeres de una multitud de usuarios.
Concretamente, durante nuestra prueba, hicimos un consumo medio de 11,2 litros a los 100 km. Esta cifra no sólo corresponde a vías asfaltadas, sino también a rutas realmente complicadas por terrenos montañosos de todo tipo. Sin embargo, desde la marca afirman que su consumo homologado en ciclo WLTP rondará los 10 litros aproximadamente, con lo que nuestro resultado será fácilmente reducible.