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Prueba Peugeot E-308, sorprende por ser algo más que eléctrico

Los franceses siguen adelante con su estrategia eléctrica y suma ahora una nueva e interesante unidad, el Peugeot E-308. Un compacto impulsado con baterías que ya hemos probado durante su presentación internacional realizada en Tarragona.

Prueba Peugeot E-308, sorprende por ser algo más que eléctrico

16 min. lectura

Publicado: 17/11/2023 19:00

A la hora de hablar de compactos europeos son varias las figuras que llegan a nuestra mente tales como el SEAT León, el Renault Mégane o el Volkswagen Golf. Son nombres ilustres que marcan el estándar a la hora de comprar. A todo ellos hay que sumar el Peugeot 308, todo un referente por su buen hacer en los últimos años. Estamos ante uno de los pesos pesados del segmento que ahora ve reforzada su apuesta por la llegada de una variante 100% eléctrica denominada Peugeot E-308 que ya he tenido ocasión de probar.

Peugeot ha hecho muy bien en mantener la apariencia normal con respecto al 308

Para datar los orígenes del compacto francés hay que retroceder unas cuantas décadas en tiempo, más concretamente al año 1969. Fue entonces cuando la marca del león sacó a la venta su primer modelo de la categoría bajo la denominación de Peugeot 304. Con el paso de los años, las décadas y las generaciones, el compacto ha ido sumando unidades a su familia y números a su saga. Allá por 2007 estrenamos la denominación 308, la misma que nos acompaña a día de hoy, aunque totalmente cambiada. Peugeot ya no cambia los nombres de sus coches, pero sí sus características.

La tercera de las generaciones bajo la nomenclatura actual se presentó en la primavera de 2021 con un look totalmente cambiado, más maduro. Esa nueva filosofía de diseño le ha sentado muy bien y por ese motivo los creativos galos han decidido modificar lo mínimo imprescindible para la versión 100% eléctrica apodada con el nombre E-308. Junto a él, la versión más familiar de la casa, el E-308 que propone el mismo concepto pero con más maletero. Se podría decir que sus líneas son incluso más proporcionadas.

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Por primera vez en su vida el 308 ofrece una versión 100% eléctrica. Y es buena

Estéticamente hablando estamos ante uno de los mejores modelos de la categoría, aunque como siempre digo, en cuestión de gustos no hay nada escrito. No menos espectacular y llamativo resulta el interior. Un habitáculo donde priman las superficies digitales y los buenos materiales. No es ningún secreto que de un tiempo a esta parte Peugeot ha mejorado la calidad de sus coches para mejorar el estándar de la categoría. Superficies blandas y otros elementos de buen tacto que ahondan en una sensación general de buen hacer.

Pero claro, vivimos en la era digital y las pantallas no pueden faltar en un buen coche moderno y mucho menos en un eléctrico. Peugeot denomina a su interior con el nombre comercial de i-Cockpit, que en su última versión muestra la tecnología más avanzada de la casa. Incluye un cuadro de instrumentos que en sus versiones más completas muestra un efecto tridimensional muy llamativo. El panel principal, el de la consola, muestra un tamaño máximo de 10 pulgadas con accionamiento táctil. A través de él podemos gestionar casi todas las funciones del coche. Un poco más abajo encontramos botones de acceso rápido que facilitan mucho la operatividad.

La buena calidad es la tónica habitual de un habitáculo bien presentado

Más abajo encontramos una barra de botones analógicos relativos a los comandos de la climatización, aunque el ajuste final de la temperatura se realiza a través de la pantalla. Hay que reconocer que la interfaz es fácil de manejar y aprender, aunque en un principio hay que tomarse un tiempo para reconocer todas y cada una de las funciones que son muchas. Ayuda que los botones sean fáciles y que el panel tenga tanta calidad. En la pantalla también nos encontramos mucha información relativa a la mecánica, como el programador de la carga, el índice de carga o el comportamiento del sistema eléctrico.

Peugeotfragmenta el equipamiento de su compacto eléctrico en los acabados Allure y GT, los dos más altos de la gama. Eso quiere decir que de serie incluye elementos como las ya mencionadas pantallas de gran calidad, conectividad inalámbrica para dispositivos móviles, faros Full LED, llantas de 17 pulgadas, climatizador bizona, acceso y arranque sin llave, cámara de aparcamiento, iluminación ambiental interior y un completo paquete de seguridad con asistentes a la conducción de nivel 2.

El volante sigue yendo demasiado bajo para mi gusto, pero es fácil adaptarse a la postura

A pesar de la mucha calidad y del amplio equipamiento de serie, Peugeot no puede decir que tiene el compacto más espacioso de la categoría. El E-308 ofrece una segunda fila de asientos cómoda, pero no tan espaciosa como otros rivales o eléctricos de similar tamaño. Las cotas son limitadas y es mejor que sólo viajen dos ocupantes detrás porque un tercero hará la situación más incómoda por culpa de un intrusivo túnel de transmisión. En cuanto a capacidad de carga el más familiar de la gama, el E-308 SW despunta con un volumen mínimo de 608 litros. El compacto se debe conformar con 412 litros.

Bajo el capó, donde antes solía ir instalados bloques diésel y gasolina, se ubica ahora un esquema 100% eléctrico con un sólo motor delantero de 156 caballos de potencia y 260 Nm de par motor. Se alimenta de una batería de iones de litio con 50,8 kWh de capacidad neta que le permite ofrecer una autonomía de 413 kilómetros en ciclo mixto. Para la recarga, Peugeot instala alimentadores de hasta 100 kW en corriente continua y hasta 11 kW en corriente alterna que tarde 5 horas en cargar por completo la batería.

Uno de los pecados del E-308 es que no hay diferentes opciones mecánicas

Prueba Peugeot E-308

Lo primero que se reconoce en un eléctrico puro es su calidad de rodadura y el E-308 no es ajeno a esa cualidad. Si los modelos de combustión han dado un paso adelante en la materia, el modelo impulsado a baterías eleva aún más su comodidad. Siempre destaca por ello, sea cual sea la velocidad y el tipo de carretera. El aislamiento con el exterior es excelente, apenas se filtran molestias al habitáculo, ya sea aerodinámicas o de rodadura. En ese aspecto parece un coche más caro y de mayor categoría, algo que ya dijimos de su hermano mayor, el E-3008.

Resulta muy agradable de conducir, principalmente a velocidades bajas y medias donde saca a relucir sus mejores cualidades. Los asientos son cómodos, recogen bien al cuerpo, al menos en el acabado GT, que es el que he tenido ocasión de probar. No me cabe duda que se pueden hacer largos recorridos sin acabar destrozado o agotado en el intento. Se nota que Peugeot quiere elevar la calidad de sus coches, en todos los sentidos, pero sobre todo en cuanto a confort de marcha se refiere.

Más extraño es que un eléctrico pensado para el confort se comporte bien en un tramo revirado y es en ese terreno donde más me ha sorprendido el Peugeot E-308. Se nota que la suspensión es más dura que la de un modelo de combustión, pero no lo suficiente, como ya he dicho, como para comprometer la comodidad de todos los pasajeros. Hay que reconocer que los franceses han conseguido un gran y fino equilibrio en ese aspecto. No es una tarea sencilla. Se podría decir que es hasta divertido de conducir. Recuerda bastante a un GTI de los antiguos, pero mejor.

El paso por curva es muy plano, apenas hay oscilaciones de la carrocería. En los rápidos cambios de dirección no pierde la compostura. La dirección, aunque sea algo liviana, transmite buena información del guiado y es fácil animarse a ir más deprisa. No esperaba algo así. Suponía que por el mero hecho de ser eléctrico su mayor cualidad sería la comodidad, pero también ofrece un alto grado de dinamismo. Ni siquiera se echa en falta el sonido de un motor de combustión. Entra bien en la curva, es equilibrado y sale del giro con la naturalidad habitual de un eléctrico.

Las plazas traseras son cómodas, pero no las más espaciosas de la categoría

En esta última parte ayuda bastante el bajo centro de gravedad, que es el que le otorga ese buen dinamismo. Peugeot nos propone tres modos de conducción: Eco, Normal y Sport. En el modo más eficiente se regula la respuesta del acelerador y también algunos ajustes de consumo como la climatización. El coche tarda más en ganar velocidad, aunque muestra todo su potencial a la hora de hacer kickdown en el pedal del gas. El modo Normal es el más equilibrado. Como el propio término define, muestra una configuración que no compromete la respuesta pero trata siempre de mantener a ralla el consumo de energía.

Por último nos encontramos con el modo Sport. Con él activado el E-308 ofrece su máximo rendimiento posible. Con 156 caballos no se puede decir que sea una bestia acelerando. Las salidas desde parado no suponen ningún problema, pero a la hora de adelantar hay que ser consciente que la entrega se reduce a medida que ganamos velocidad. La descarga de la batería está pensada para gastar lo mínimo posible. No podemos esperar grandes ritmos de recuperación, pero sí los suficientes como para poder realizar las maniobras anteriormente mencionadas sin problema alguno.

El modo B del cambio activa una mayor intensidad del frenado regenerativo

Aunque muchos eléctricos del mercado permiten regular la retención con unas levas tras el volante, Peugeot ha decidido que esa función se realice a través de un botón (Modo B) en el módulo del cambio. En ningún momento actúa como un coche de pedal único, pero sí se puede decir que la deceleración se incrementa con el freno motor activado. Ayuda a recuperar energía mientras perdemos velocidad y también a reducir los consumos. Oficialmente, el gasto medio homologado está fijado en 14,9 kWh/100 Km. Ese dato sólo lo conseguiremos si los astros se alinean. Lo más normal será circular en medias entre los 18 y los 20 kWh por cada 100 kilómetros recorridos.

El problema con los eléctricos no está en su comportamiento ni en su rendimiento. Como ya he dejado claro, el E-308 destaca en ambos apartados, pero el problema principal hoy tiene nombre: Tesla. Los americanos han fijado un estándar de precios que resulta inasumible para otras marcas y que acaba desnivelando la balanza de ventas. En España, el Peugeot E-308 está disponible desde un mínimo de 41.740 euros, sin ofertas o promociones, 42.640 euros para la carrocería familiar. No es un mal precio si tenemos en cuenta que podemos sumar ofertas y ayudas, pero un Model 3 básico, con más rango homologado, se ofrece desde los 39.990 euros, sin ayudas.

No sólo es un buen eléctrico, también es un coche divertido de conducir

Conclusiones

El giro dado por el 308 ya es de lo más habitual en la industria. Es necesario para encarar el futuro eléctrico de forma prometedora. El Peugeot E-308 basa su apuesta en el diseño, la calidad, el amplio equipamiento y en un comportamiento agradable con unos consumos ajustados. A pesar de ser razones de peso, tiene algunos defectos que pueden incidir negativamente en su bienestar comercial. El precio resulta excesivo si lo comparamos con otros modelos eléctricos y la habitabilidad en la fila trasera podría ser mejor. A pesar de ello un nuevo e interesante modelo que tratará de ayudar al cambio de mentalidad.

Opiniones del Experto
Nos ha gustado
  • Comportamiento
  • Calidad interior
  • Equipamiento
Nos ha gustado menos
  • Precio elevado
  • Habitabilidad plazas traseras
  • Poca variedad mecánica
ValoraciónNota8.1
Comportamiento9
Prestaciones8
Confort de marcha9
Seguridad8
Consumos7
Calidad interior8
Equipamiento8
Habitabilidad8
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