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Qué es bifuel o bicombustible y cuáles son sus características

En los últimos años se han extendido diferentes tecnologías alternativas a las convencionales con el objetivo de reducir el coste y las emisiones contaminantes. Los vehículos bifuel están entre ellos.

Qué es bifuel o bicombustible y cuáles son sus características
El Dacia Sandero y el Seat Ibiza, dos modelos con versiones bifuel.

5 min. lectura

Publicado: 13/09/2021 18:17

Actualizado: 18/10/2021 09:16

Un coche bifuel o bicombustible es aquel cuyo motor térmico es capaz de funcionar con dos carburantes distintos. No debemos confundirlo con los vehículos híbridos, pues estos no utilizan dos combustibles distintos, sino que se sirven de un motor térmico para generar electricidad con la ayuda de un motor eléctrico, sirviendo esta de apoyo a la energía generada por el carburante convencional, casi siempre gasolina.

Qué es el sistema bifuel

El vehículo bifuel cuenta con un único motor, térmico o de combustión, que puede funcionar con dos tipos de combustible: uno convencional y otro alternativo. En el primer grupo tenemos la gasolina y el gasoil, mientras que en el segundo encontramos el hidrógeno, el Gas Natural Comprimido (GNC) y el Gas Licuado de Petróleo (GLP).

¿Quieres saber qué son y qué ventajas ofrecen estos carburantes alternativos? Consulta toda la información en nuestro índice de contenidos del diccionario del motor.

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Generalmente, los vehículos bifuel cuentan con una configuración estándar de motor y combustible (inyectores, depósito, canalizaciones, etc) a la que se le añade una segunda preparada para el combustible alternativo.

GLP y GNC

En el caso de los vehículos propulsados a GLP, el sistema adicional consta de inyectores, toma de llenado, vaporizador, red de tuberías, unidad electrónica de control, conmutador y depósito para el uso de gas.

Generalmente, el depósito de GLP sustituye a la rueda de repuesto, pues utiliza el hueco destinado a la misma para no restar así capacidad de carga. El sobrecoste suele partir de los 1000 euros en función de la calidad y la integración de la instalación. Esta no suele ser viable en vehículos diésel.

Óscar Magro compara el Dacia Duster y el Sandero Stepway, dos modelos disponibles en bifuel.

En el caso del GNC, la instalación debe incorporar una botella o depósito, una válvula de botella, tubos de conexión, regulador de presión, display y selector de combustible, válvula de llenado y manómetro. Los depósitos son complejos por la enorme presión que deben soportar y, aunque son completamente seguros, restan en muchos casos algo de volumen a los maleteros (unos 100 litros).

Al estar sometidos a una presión alta y verse sometidos a cambios por carga y descarga, así como a cambios de temperatura, estos depósitos sufren más fatiga y aunque son muy resistentes es importante tener presente que tienen fecha de caducidad. La regulación especifica que tienen una vida útil máxima de 20 años, pero si se homologaron antes de la normativa actual (ECE R 110), tendrán una vida útil máxima de 15 años.

El hidrógeno es raramente utilizado como bifuel a consecuencia de la complejidad que conlleva un sistema preparado para este gas.

Ventajas de los vehículos bifuel

Las ventajas de contar con un vehículo bifuel son varias, ya que en la práctica el usuario puede elegir con cuál circular, teniendo la opción de combinar la autonomía de ambos combustibles para extender así la misma.

  • Mayor autonomía
  • Menor precio del GNC y GLP en relación a la gasolina y el diésel
  • Menor contaminación al usar el combustible alternativo
  • Menor desgaste del motor al usar el combustible alternativo (gas sin residuos)
  • Etiqueta ECO de la DGT

Como inconvenientes, podemos destacar la menor oferta de estaciones de servicio con surtidores de combustibles alternativos, especialmente si hablamos de GNC e hidrógeno. Igualmente, en el caso del GLP, los índices de consumo y potencia empeoran entre un 5 y un 10% en relación al rendimiento de ese mismo vehículo con gasolina.

Este tipo de vehículos también implican un sobrecoste inicial, pues son más caros, aunque a largo plazo dicha inversión es amortizada por el menor coste del carburante.

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