Patinete eléctrico o bicicleta eléctrica: ¿qué me compro?

El tráfico en las ciudades es cada vez más complicado y el auge de la electromovilidad ha permitido el acceso a numerosos medios de transporte accesibles y cómodos que incluso pueden combinarse con el transporte público.

Son los llamados Vehículos de Movilidad Personal o VMP, que incluso tienen su propia legislación y normativa definidas por la Dirección General de Tráfico (DGT).

Son varios los tipos de VMP que podemos encontrar en el mercado, pero no cabe duda de que dos de ellos son los que más éxito tienen por su versatilidad y cualidades: el patinete eléctrico y la eBike o bicicleta eléctrica.

En un patinete la autonomía es de unos 25 kilómetros, mientras que en las bicicletas es normal encontrar autonomías de entre 50 y 100 kilómetros

Mientras que el patinete eléctrico está claramente enfocado a la ciudad, en el caso de las bicicletas eléctricas existen varios tipos que nos pueden servir para un uso concreto o varios a la vez.

Pero en esta ocasión nos vamos a centrar en las bicicletas urbanas, pues son las que aspiran a reinar en la ciudad frente a los patinetes. Cada uno de estos medios de transporte sostenible tiene sus ventajas e inconvenientes y vamos a enumerarlos para que no tengas dudas de cuál de los dos te conviene más.

Velocidad

El patinete y la bicicleta deben seguir la misma normativa en este sentido, es decir, no pueden superar los 25 km/h de velocidad con la asistencia del motor eléctrico que incorporan (aunque sí puedan hacerlo con nuestro impulso o pedaleando).

Pero es obvio que el hecho de que la bicicleta nos permita pedalear la hace más rápida, pues esos 25 km/h son fáciles de superar en un terreno favorable para ello. Además, la estabilidad de la bicicleta a alta velocidad y la capacidad de absorber las irregularidades del terreno es superior.

Está prohibido circular por las aceras con un patinete o bicicleta eléctrica que supere los 6 km/h y, por tanto, sea considerado VMP por la ley vigente. Además, si supera los 25 km/h, será considerado scooter eléctrico y la normativa aplicable será diferente.

En lo referente a la potencia de los motores eléctricos, esta suele ser superior en el caso de las bicicletas, pues deben mover más peso y también ruedas más grandes. El punto de partida en ambos casos suele ser un motor de 250 W y el resultado final, teniendo en cuenta el peso y el rozamiento, suele ser una velocidad y aceleración parecidas.

Autonomía

Como en los coches, las autonomías marcadas por los fabricantes de patinetes y bicis eléctricas suelen ser superiores a lo que posteriormente un uso cotidiano permite. Pero no cabe duda de que, a la hora de comparar patinetes y bicicletas, esta última es muy superior.

Para empezar, el motor eléctrico de una bicicleta está concebido como asistencia al pedaleo, lo que hace que su autonomía se reduzca más lentamente en función de la cantidad de esfuerzo que el usuario realice para mover el vehículo. En cambio, en el patinete es el motor eléctrico el que realiza casi todo el esfuerzo (o todo).

Además, las bicicletas, por su diseño, permiten incorporar baterías de mayor tamaño, ya que no en vano están pensadas para cubrir más kilómetros que con un patinete y cuentan con mayor superficie para el acoplamiento de las mismas.

Así, lo normal en un patinete es una autonomía de unos 25 kilómetros, mientras que en las bicicletas es normal encontrar autonomías de entre 50 y 100 kilómetros. Eso sí, como contrapartida, el tiempo de carga es inferior en un patinete, unas cuatro o cinco horas por al menos ocho en el caso de una bicicleta.

Tamaño y espacio

No hay color, si lo que necesitas es un vehículo manejable y pequeño, el patinete es el claro vencedor de la comparativa. Los patinetes son plegables y, aunque también existen bicicletas con cuadro plegable, ni el tamaño ni el peso pueden competir con sus rivales más menudos.

Esto es una ventaja si debes guardarlos en sitios pequeños en casa o en un trastero, transportarlos en un coche o realizar parte del trayecto en transporte público. Con ambos podrás hacerlo, pero siempre será más cómodo y sencillo con un patinete.

De hecho, los patinetes suelen pesar entre 12 y 15 kg. En cambio, es raro que una bicicleta eléctrica baje de 20 kg. y lo habitual es que se acerque a los 30 kg. Ya sabes, motor más grande, baterías más grandes, ruedas más grandes, cuadro más grande, más componentes… todo suma.

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Seguridad

En este caso, la bicicleta gana al patinete, pues es más estable, más manejable y también tiene mayor capacidad de frenado (aunque también puede alcanzar una velocidad superior).

Esto se debe a varias razones, siendo algunas de ellas la postura de conducción, la capacidad de amortiguar las irregularidades del terreno (tenga suspensiones o no) y el tamaño de sus ruedas.

Si necesitas un patinete, entonces elige uno de manillar largo y base ancha, pues ganarás en estabilidad durante la marcha. Y, obviamente, utiliza siempre el casco, que además es obligatorio.

Precio y mantenimiento

Terminamos con las cuestiones monetarias: el precio de compra y el mantenimiento posterior a la misma. En ambos casos el patinete resulta mucho más barato. Principalmente, porque tiene muchos menos componentes (su funcionamiento es más simple) y estos son más pequeños y sencillos.

Si hablamos de precios de modelos de calidad intermedia, en el caso del patinete estos oscilan entre los 300 y los 550 euros. Si nos referimos a las bicicletas, este rango crece hasta los 1000 euros de media (aunque también depende del tipo de bicicleta, si es plegable, urbana, trekking, etc).

¿Patinete eléctrico o bicicleta eléctrica?

Teniendo en cuenta todos los aspectos que hemos repasado, pero dejando de lado el precio, si lo que buscas es versatilidad y mayor libertad de movimientos, lo que necesitas es la bicicleta. Con ella no sólo puedes hacer más kilómetros, sino que tienes la posibilidad de rodar por superficies más variadas, llevar más carga e incluso montar un portabebés para ir acompañado/a.

Si, por el contrario, tienes una casa pequeña, haces trayectos cortos o necesitas llevarlo en metro o autobús, el patinete es la mejor elección.

En cualquier caso, ambas son opciones más que interesantes y también entran en juego las preferencias personales o lo que nos haga sentir mayor comodidad y seguridad durante la marcha. Eso es también muy, muy importante y nos garantizará una buena adaptación y, a consecuencia de ello, un uso continuado y práctico, que al final es de lo que se trata.

Fotos: Freepik