El error que está matando a Alfa Romeo según sus propios clientes y que no pasan por alto
Alfa Romeo no consigue levantar el vuelo. La marca de Arese se encuentra en una situación tan comprometida que se ha visto obligada a dar marcha atrás en proyectos que ya se encontraban en un avanzado estado de gestación. Pero no es suficiente, los fans esperan una respuesta más contundente, y sin ella, está complicado que resurja como merece.

Acaba de cumplirse el sexto aniversario de un día que removió los cimientos en la industria del automóvil en el mundo. El 3 de noviembre de 2019, un diario italiano daba cuenta de las intenciones de fusión de dos de los más grandes grupos. FCA y PSA habían estado conversando en secreto, acabando por materializar su acuerdo. Era el principio de una megafusión en la que Carlos Tavares estaba llamado a presidir uno de los mayores gigantes en la industria. Poco antes de 2021, Europa daba luz verde a la operación.
Stellantis se convertía en uno de los grandes líderes del continente, y en el que el portugués se hacía con el mando, gobernando con absoluto puño de hierro el gigante. Tanto es así, que el cierre de filas hacia este dirigente ha sido total, casi sin voz ni voto en las directrices a seguir en todas las marcas. Las recientes, y duras, declaraciones de la nueva responsable al frente de Lancia dejan claro que la estrategia de Tavares no ha sido la más acertada, pero no sólo en este fabricante, sino tampoco en Alfa Romeo.

Alfa Romeo debe buscar en su identidad lo que ha perdido, según los clientes
Tavares puso a personas de su mayor confianza al frente de marcas claves. En la del Biscione, al francés Jean-Philippe Imparato, que logró devolver a la marca a la senda de los números negros y dejar atrás los de color rojo, impulsando el esperado lavado de cara de los Giulia y Stelvio, que se resistía y ya se pensaba en una vuelta al pasado, además de hacer realidad uno de los grandes deseos de la marca desde la era del fallecido Marchionne: el Tonale. Otro de los grandes logros del francés, que consiguió olvidar al Giulietta y también al MiTo, al traer al novedoso Alfa Romeo Junior.
Esta ha sido la última incorporación al catálogo de Alfa Romeo, y al que la marca italiana prácticamente ha confiado todo su futuro. El fabricante saca pecho de que este pequeño SUV es un éxito con más de 60.000 pedidos acumulados desde su lanzamiento. Pero, igual que el Tonale acabó desinflándose, uno de los grandes temores que tiene el fabricante es que el Junior también lo haga.
El Giulia y el Stelvio han brillado en sus categorías, con materiales y terminaciones de primer nivel, como la marca italiana acostumbra. El diseño de los cuatro modelos que componen la gama entra por los ojos, pero Alfa Romeo fracasa por un único motivo: los clientes no quieren un Alfa Romeo, sea cual sea, con motores de origen francés. La información hoy está a golpe de botón, como el que dice, y se sabe a la perfección que el Junior monta el motor de tres cilindros y 1.2 litros que, equipado con tecnología de 48 V, antes con 130 CV y hoy con 145 CV, es una variante más moderna del desgraciadamente famoso PureTech.
Los alemanes, por delante de Alfa Romeo por culpa de Francia
El problema es que Alfa Romeo no está ahora mismo para gozar de cierta independencia, especialmente en el desarrollo de nuevos motores, además de que la marca italiana convive en un ecosistema en el que las sinergias y las economías de escala mandan en el ahorro de costes. Esta es la respuesta que los clientes demandan desde hace mucho tiempo, pero que la marca no ve y a la que tampoco se lo quieren transmitir; como tampoco los coches eléctricos al más alto nivel son una prioridad. Los concesionarios sí, cuando informan, hacen números pero pocos regresan y salen conduciendo un modelo de la marca. Es duro asumir que cuentan con una gama de modelos más que sugerente, pero que muchos prefieren a la competencia alemana...
Alfa Romeo ya se ha dado cuenta de que es necesario cambiar. Lo hemos visto recientemente, cuando te hemos contado que los Giulia y Stelvio han sido rescatados porque sus respectivas nuevas generaciones se retrasan, ya que los clientes no están por apartarse de la combustión, con lo que eso significa en Alfa Romeo, al mismo tiempo que el fabricante está dispuesto a recuperar la descartada plataforma GIORGIO. La arquitectura de propulsión trasera -y total- en la que el fabricante se gastó millones de euros, y que sólo utilizó en la berlina y el SUV más grande de la gama. Si Stellantis le autoriza a ello, hará a los interesados ver con otros ojos a Alfa Romeo, abriéndose una nueva era.

