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¿Existen burbujas sobre los coches alternativos?

Desde la década de los 80 se ha hablado mucho sobre cómo reemplazar a los coches convencionales, que se alimentan a base de petróleo de origen fósil. Esas tecnologías han tenido una fase de gran expectación, y no siempre han acabado bien.

6 min. lectura

Publicado: 06/03/2016 21:00

Menciones a tecnologías alternativas en el periódico New York Times desde 1980

Fijaos en la gráfica. Forma parte de un estudio llevado a cabo por Noel Melton, Jonn Axsen y Daniel Sperling para la revista Nature Energy (disponible bajo suscripción). Se han contabilizado las menciones a tecnologías alternativas por un medio tan prestigioso como el New York Times.

Los autores del estudio hablan de fenómenos burbujísticos de atención mediática (en inglés, hype): llega una tecnología que promete mucho, se le da mucho bombo... y al cabo del tiempo apenas se implanta o resulta ser un fiasco. Esto es como hablar de la realidad virtual en los años 90.

¿Por qué empiezan a analizar desde 1980? Recordemos que en 1973 y 1979 ocurrieron dos eventos que recordaron al mundo occidental que el petróleo infinito y barato era solo una ilusión: las crisis del petróleo. Estos hechos aceleraron como nunca la investigación en tecnologías alternativas.

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Toyota Prius, el coche de propulsión alternativa más exitoso del mundo

Podemos observar que, hasta que terminó el Siglo XX, se habló mucho del metanol y el gas natural como sustitutos de la gasolina y el gasóleo, pero más lejos llegó la "burbuja" del coche eléctrico. Fueron los años en los que apareció el General Motors EV-1 y otros tantos prototipos de los fabricantes que iban a ser afectados por el Zero Emission Mandate de California.

Para los que no se acuerden, tras el auge del ecologismo, la región más rica de EEUU decidió obligar a los fabricantes de volumen a que pusiesen en la calle coches de emisión cero (eléctricos) si querían seguir vendiendo coches en el Estado de California. Tan pronto se aflojó esa presión legislativa, esos coches casi desaparecieron.

En el nuevo milenio el fenómeno del coche eléctrico ha despegado con fuerza desde 2008, cuando empezaron a llegar modelos que podían competir con coches normales, en vez de cuadriciclos y utilitarios de uso estrictamente urbano. Hoy día los eléctricos son una realidad cotidiana, pero no tan cotidiana como se esperaba.

El Nissan Leaf es un auténtico superventas como coche alternativo, el Prius de los eléctricos

Países como Estados Unidos, España y Alemania se pusieron en su momento el objetivo de llegar a un millón de coches eléctricos circulando. En los dos primeros no se alcanzaron esas cifras (en España sobre todo), y en el tercero ese objetivo tampoco se podrá alcanzar. No fueron objetivos realistas. En el mundo entero hay poco más de un millón circulando...

Los autores del estudio dicen que los poderes públicos a veces son culpables de que estas tecnologías se perciban como fallidas, estableciendo objetivos inalcanzables, ajenos a cualquier estudio sensato de mercado. La realidad es que los coches eléctricos están creciendo en países donde hay políticas que hacen su adquisición ventajosa.

En manos del libre mercado, despegan muy lentamente

Mucho más ha crecido el fenómeno del híbrido, especialmente a partir de la segunda generación del Toyota Prius y del Honda Civic IMA. Si bien esta tecnología es muy habitual de ver, sigue estando el mercado fundamentalmente en manos del mismo fabricante, el que más apostó por estos coches. Con los coches de hidrógeno, de momento, las cosas van muy despacio.

La pila de combustible de hidrógeno es otra tecnología muy prometedora a largo plazo

Si miramos al resto de fabricantes, sí, tienen híbridos, pero son coches de bajo volumen de venta, o muy caros, o muy difíciles de amortizar, o todo a la vez. En menor medida, se le ha dado mucho bombo a los híbridos enchufables, en los que las matemáticas tardan en dar la razón a los interesados.

Algunos hechos de la era actual han distorsionado las cosas, como las grandes oscilaciones del barril del petróleo (si baja mucho se retrasa la implantación de modelos alternativos), la crisis económica (que ha afectado a subvenciones, políticas e infraestructura pública) o los avances que han tenido los coches convencionales.

¿Significa todo esto que la propulsión alternativa es un fraude? Ni mucho menos, pero no es algo que se vaya a implantar a una velocidad brutal, como ha ocurrido con los teléfonos tipo smartphone. Poco a poco van consiguiendo su cuota, y de hecho, algunos analistas creen que el petróleo empezará literalmente a sobrar a partir de 2050.

Fuente: Nature Energy

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