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Cataluña gravará anualmente el CO2 de los vehículos desde 2020 con un impuesto "verde"

El Govern de Catalunya ultima un impuesto propio que ya tiene el beneplácito del Tribunal Constitucional. El 31 de diciembre los titulares de un turismo o furgoneta en la comunidad autónoma generarán un recibo, y podrán pagarlo hasta el 20 de noviembre de 2020.

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Publicado: 11/10/2019 21:00

En este cuadro elaborado por el RACC en 2016 vemos cómo se calculará el impuesto: se pagará cada gramo de CO2 por encima de 120 (solo el ejercicio 2019), más o menos en función del tramo. NOTA: los datos son una referencia

Actualmente, cuando compramos un coche o furgoneta nueva, el impuesto de matriculación tiene en cuenta el dióxido de carbono (CO2) emitido por kilómetro en base a la homologación y lo que sale en la ficha técnica. De ahí en adelante el impuesto que pagamos todos los años -IVTM- solo tiene en cuenta la cilindrada y poco más, el CO2 ya no importa. No será así en Cataluña.

Desde 2017 el Govern trabaja en un anteproyecto de ley propio de protección del medio ambiente, en el que incluyó este nuevo impuesto. Estuvo paralizado por un recurso al Tribunal Constitucional del Gobierno de España -superior en jerarquía- y por la aplicación del artículo 155 de la Constitución tras los sucesos de octubre de ese año.

Este impuesto se parece mucho al "Vehicle Excise Duty" (VED) británico, que penaliza anualmente las altas emisiones de CO2, lo que provocó una enorme dieselización del parque de vehículos

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Despejadas ya las trabas legales, si sale adelante la modificación del anteproyecto de ley, habrá que pagar cada año un impuesto más en esa comunidad autónoma. No importa la intensidad del uso del vehículo. Lo pagarán vehículos nuevos y usados en función del dióxido de carbono que emiten, además del ya conocido IVTM a nivel local y al impuesto de matriculación.

Se calcula que tendrán que pagar el nuevo tributo unos 3,6 millones de vehículos. En 2019 se va a generar el primer recibo, que se pagará a lo largo del año que viene, hasta noviembre de 2020. Durante el primer año las motos estarán exentas, pero ya en 2021 tendrán que pagar el nuevo impuesto.

La Generalitat estima recaudar 40 millones de euros el primer año y 80 millones el segundo año, pero podría ser más

Desde 2008 el impuesto de matriculación se calcula en función del CO2 emitido, el dato se puede ver en la ficha técnica en la parte inferior central, columna derecha, bajo el apartado "Emisiones CO2". El dato viene en gramos por kilómetro y está ligado directamente al consumo en régimen de homologación: tantos litros, tanto CO2, es una relación directa. Irónicamente, esto beneficia a los diésel.

Eso significa que, por término medio, los gasolina pagarán una mayor cantidad, y también aquellos turismos y furgonetas que tengan un mayor consumo: monovolumen grande, deportivo, SUV, todoterreno, etc. ¿Y qué pasa con los vehículos matriculados antes de 2008? No sale la cifra de CO2 emitido en su ficha técnica, se gravaban con otro sistema basado en cilindrada.

El dióxido de carbono (CO2) es uno de los principales responsables del cambio climático por la mano del hombre (antropogénico). Estrictamente hablando no es un contaminante, solo un problema cuando aumenta su concentración en la atmósfera, ya que retiene más calor

Ante la falta de este dato, la Generalitat encargó al Barcelona Supercomputing Centre una fórmula para poder estimar ese dato en función del combustible que usa, la cilindrada del motor, el peso, etc. Por lo tanto, hablaremos de una estimación de sus emisiones medias, no de un dato normalizado que pueda consultar el ciudadano en su ficha técnica.

Dato: de todas las matriculaciones en España del 2018, el 68% están por debajo de 120 g/km de CO2 (no pagaron impuesto de matriculación)

El nuevo tributo será menos perjudicial con aquellos vehículos matriculados en los años más cercanos a 2017, ya que los valores de homologación eran demasiado optimistas (a la baja), por lo que las emisiones de CO2 son más bajas de las que deberían tener. En otras palabras, aquellos que se homologaron adecuadamente (más cerca de 2008) pagarán más que modelos recientes que vienen a tener emisiones reales muy similares.

Durante este primer año, los modelos con emisiones menores a 120 g/km no pagarán nada, pero en el ejercicio 2020 solo se librarán de pagar los que no superen los 95 g/km, pasado ese límite todo gramo cuenta. Los eléctricos están exentos de pagarlo en todo caso, y los híbridos enchufables, en la práctica, también, ya que tienen homologaciones muy inferiores a 95 g/km de CO2.

Los vehículos con homologación NEDC pagarán menos, por término medio, que los homologados bajo WLTP (ya que sale una cifra más realista -más alta- de CO2 por kilómetro)

El artículo de La Vanguardia que adelanta esta información pone algunos ejemplos. Supongamos un turismo con emisiones de 150 g/km de CO2, el recibo de 2019 sería de 17,5 euros, aumentando a 44,5 euros para el recibo de 2020 (que se abona hasta el 20 de noviembre de 2021).

Las motocicletas tendrán que pagar muy poco, especialmente con cilindradas modestas

Ahora pensemos en un coche más grande y potente, con unas emisiones de 218 g/km, equivalentes a unos 10 l/100 km de gasolina. El primer recibo (2019) será de 76,6 euros, el segundo (2020) de 128,77 euros. ¿Y con 265 g/km? En 2019 127,5 euros, desde 2020 176 euros. Y así cada año hasta que se haga una transferencia a otra comunidad autónoma (venta) o se dé de baja.

El Govern ha diseñado estos impuestos como "finalistas", es decir, se usarán realmente para proteger el clima y la naturaleza en dos fondos de igual asignación (Fondo Climático y Fondo de Patrimonio), no para otros fines -a diferencia, por ejemplo, del mal llamado "céntimo sanitario"-. Como es de esperar, la mayoría de los automovilistas se mostrarán en contra de esta nueva imposición, la cual ya tiene despejado el camino para su aprobación.

Fuente: La Vanguardia

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