¿Los prohibirán también? La DGT afirma que frenos y neumáticos contaminan más que los motores

Aunque apenas hayas oído hablar de esta problemática, es real y muy seria. Un reciente estudio alerta de las emisiones no procedentes de los gases de escape que se dan en los coches. ¿Cómo se producen y cómo se pueden evitar?

¿Los prohibirán también? La DGT afirma que frenos y neumáticos contaminan más que los motores
No solo las emisiones de los motores preocupan, también las que provocan frenos, neumáticos y asfalto.

6 min. lectura

Publicado: 16/06/2025 19:00

¿Cuántas veces has oído lo malos que son los motores diésel y lo mucho que contaminan? No me malinterpretes y nótese la ironía en el titular. Es cierto que los motores viejos alimentados por gasóleo son especialmente conocidos por emitir partículas contaminantes en exceso, pero también lo es que las mecánicas más modernas han reducido enormemente estas emisiones.

Y decimos esto porque al diésel se le ha criminalizado a diestro y siniestro, señalado como gran amenaza contra el medio ambiente y usarlo como "excusa" para acelerar la transición hacia el vehículo eléctrico. De nuevo, no negamos que esto último no sea necesario, que lo es. Pero de la misma forma hay que poner otros elementos de debate sobre la mesa.

Y más de nuevo tras el último estudio europeo que hemos conocido y que ha sido encargado por EIT Urban Mobility, en principal organismo en innovación en movilidad urbana de nuestro continente. Los resultados, compartidos incluso por la DGT, nos alertan sobre otro tipo de emisiones de las que no estamos tan al tanto.

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Las emisiones NEE preocupan cada vez más. Gráfico: EIT

El problema de las emisiones NEE

Tradicionalmente hemos asociado la contaminación generada por los vehículos a los gases de escape que se generan en los motores diésel y gasolina. Sin embargo, también existen las llamadas emisiones NEE (non-exhaust emissions); es decir, las emisiones no procedentes de los gases de escape.

Estos, son básicamente, tres tipos de emisiones: las partículas liberadas por el desgaste de los frenos, de los neumáticos y el propio asfalto. Cuidado, la OMS ha vuelto a recordar que estas son una de las más serias amenazas para la salud ambiental en Europa: más del 96 por ciento de la población está expuesta a este tipo de partículas.

Son las PM2,5, las partículas con un diámetro igual o inferior a 2,5 micras, superiores a los límites establecidos. Una vez que las emisiones de los gases de escape empiezan a reducirse globalmente gracias a la electrificación del parque automovilístico, sale a escena esta preocupación que no es nueva.

El estudio antes mencionado habla claro: en ciudades como Londres, Milán y Barcelona, las emisiones NEE representan entre el 68 y el 88 por ciento de las partículas contaminantes del transporte por carretera.

Comparativa de emisiones contaminantes en los coches. Gráfico: EIT

Cómo contaminan las partículas de NEE y cómo eliminarlas

Este es un serio problema, que va a más y que es mucho menos visible. Pero además, tiene unas consecuencias globales que hay que tener muy en cuenta. Como decíamos, hay tres formas de contaminación NEE que quizás no conocías en detalle.

Las partículas de desgaste de neumáticos se producen al rodar por el asfalto: las gomas se desgastan y liberan microplásticos y estas partículas finas PM. Las partículas de frenos se dan, cómo no, al frenar, desgastándose tanto los discos como las pastillas y liberándose polvo metálico y otras PM. Con el paso de los coches, el pavimento también se deteriora y libera partículas al ambiente.

Si bien las emisiones de CO2 causan mayormente el efecto invernadero, estas partículas PM son especialmente dañinas para la salud humana. Estas pueden penetrar en los pulmones y llegar al torrente sanguíneo, provocando problemas respiratorios e incluso enfermedades cardiovasculares.

Las partículas liberadas al frenar generan problemas de salud en los seres humanos.

Pero además el medio ambiente también se ve afectado, y no solo el aire urbano que respiramos cada día: las lluvias pueden arrastrar los microplásticos y metales pesados hacia ríos y océanos, afectando a la vida marina.

Europa ya lo tiene en mente y en la inminente normativa Euro 7 irán introduciendo unas inéditas obligaciones que se deben cumplir: a partir del 2026 para limitar las emisiones por desgaste de los frenos y a partir del 2028 para los neumáticos. Eso sí, solo aplicables a los coches nuevos.

Parte de la solución podría estar en el uso de materiales menos contaminantes en los frenos, hacer neumáticos más duraderos y apostar de forma mayor por los frenos regenerativos en vehículos electrificados. Ya se están desarrollando sistemas de aspiración de partículas en los frenos, y no estaría de más que estos detalles se tuviesen muy en cuenta a la hora de diseñar las ciudades, reduciendo así las necesidades de frenar de forma constante.

Este artículo trata sobre...

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