La confesión de Rivian tras desmontar un Xiaomi SU7, así es como China gana la batalla de los coches eléctricos

Rivian analiza uno de los coches eléctricos más de moda traídos de China y se encuentra con un coche bien resuelto, el mismo que ya dejó maravillado meses atrás al CEO de Ford, aunque la impresión de RJ Scaringe no ha sido la misma.

La confesión de Rivian tras desmontar un Xiaomi SU7, así es como China gana la batalla de los coches eléctricos
El Xiaomi SU7 ha sido uno de los eléctricos mejor acogidos en China desde su lanzamiento en 2024.

6 min. lectura

Publicado: 24/10/2025 19:00

No es ningún secreto que las marcas chinas vienen con una fuerza especial con la tecnología que encierran sus coches eléctricos. No sólo en el apartado de la tecnología dentro del habitáculo y la experiencia dentro del mismo, que también, sino especialmente en lo que el usuario medio no ve, lo que se oculta por debajo de los asientos.

Es práctica común que los rivales se compren entre ellos algunos modelos para desmontarlos, estudiarlos y comprender su funcionamiento o las claves de por qué funcionan especialmente bien. Algo que ocurre tanto con coches de producción en serie como con coches de competición, caso de los GT3 actuales o incluso coches de las 24 Horas de Le Mans.

Xiaomi TU7, la alternativa SUV del SU7.
Xiaomi TU7, la alternativa SUV del SU7.

Tecnología china

En China se está viviendo una evolución brutal en el sector del automóvil, con la tecnología avanzando en un abrir y cerrar de ojos - comparable a lo que podemos ver en informática o telefonía móvil, donde también son punteros y precisamente tienen mucho que ver con esta historia. Y es que el protagonista no es otro que el Xiaomi SU7, el sedán chino que ha estado en boca de muchos desde su primera aparición.

El SU7 se lanzó al mercado chino con un precio de partida de unos 30.000 euros, un coche que ha despertado pasiones. Incluso el CEO de Ford, Jim Farley, llegó a importar uno y probarlo durante varios meses como coche de diario, quedándose maravillado con su rendimiento. Y hablamos de Farley, perfil petrolhead quien en su tiempo libre ha llegado a competir en carreras como la Mustang Challenge.

Rivian ha desmontado un Xiaomi SU7

Esta vez quienes han desmontado el Xiaomi SU7 para verlo al desnudo no han sido los de Ford, pero los de sus compatriotas norteamericanos Rivian. Ellos no operan en China de modo que el Xiaomi no es un rival directo suyo, pero sí es un coche del que han tratado de aprender desde el punto de vista técnico. Y la respuesta que se han encontrado quizás no sea lo que se esperaban.

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El Xiaomi SU7 ha sido objeto de interés por muchos en el mundo.
El Xiaomi SU7 ha sido objeto de interés por muchos en el mundo.

Según el CEO de Rivian, RJ Scaringe, no es un coche revolucionario por ningún motivo técnico. Esto, pese a que es un coche con buena autonomía (aproximadamente 525 km en la versión estándar y unos 600 km para las versiones Max y Pro) y buenas prestaciones, además de una estética donde muchos siguen viendo parecidos razonables con diseños de Porsche o McLaren.

Para Rivian no hay nada 'mágico' dentro del Xiaomi

«Está muy bien ejecutado, es un producto con una gran integración vertical, pero no descubrimos nada revolucionario al desmontarlo», aseguraba Scaringe sobre el SU7. Un coche que en su primer año en el mercado ha superado sus previsiones de entrega - y eso de que hablamos de un mercado muy competitivo como es el de China, con más de 100 fabricantes y sus respectivas marcas de modo que hay guerra de costes y un abanico de opciones de compra casi infinito.

Si desde el punto de vista técnico no tienen nada particularmente ventajoso, ¿Dónde consiguen ese toque mágico las marcas chinas? Las respuestas, en realidad, tienen más que ver con las condiciones económicas y políticas que con lo avanzada que pueda ser su tecnología, según Scaringe.

El Xiaomi SU7 es un coche eléctrico bien ejecutado, según Rivian.
El Xiaomi SU7 es un coche eléctrico bien ejecutado, según Rivian.

«Pueden ganar dinero simplemente construyendo una fábrica»

La enorme cantidad de subsidios que reciben las marcas chinas, además de los costes labores bajos (una décima parte de lo que puede costar cada hora de salario de un trabajador en Alemania, aproximadamente). Las regulaciones a favor de la expansión de la industria nacional, después de décadas aliándose con marcas extranjeras (Volkswagen desembarcó hace más de 40 años, sin ir más lejos), también ayudan, así como a una fuerte tendencia del cliente chino a comprar marcas locales.

«El coste del capital es cero o incluso negativo, lo que significa que pueden ganar dinero simplemente construyendo una fábrica. En Estados Unidos no existe la cultura de las subvenciones directas a la producción. Puedes crear una hoja de cálculo y entender exactamente cómo lo hacen. No hay ningún mago detrás del telón. Todo puede explicarse», añadió el CEO de Rivian.

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