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Prueba BMW M3 Touring, el torpedo más familiar

Han sido muchos años de espera hasta que BMW se ha decidido a poner en el mercado un vehículo pedido por todos: el M3 Touring. El familiar más bestia adopta el mismo bloque de seis cilindros en línea y 510 CV. Un auténtico torpedo de uso familiar y con el que poder ir a la compra el sábado y al circuito el domingo.

Prueba BMW M3 Touring, el torpedo más familiar
El BMW M3 Touring es uno de los modelos que puede decirse que es de los más pedidos de la industria.

17 min. lectura

Publicado: 25/12/2023 19:00

Hace ahora un par de años, BMW lanzaba oficialmente una noticia que los aficionados a la marca llevaban casi 40 años esperando: luz verde al desarrollo de un BMW M3 Touring. La espera por esta carrocería familiar se hizo eterna, incluso con la llegada de las variantes sedán y coupé (M4). Pero aquí está y es tan bestia, polifacético y admirado como siempre nos habíamos imaginado que sería.

Desde la pasada década de los 80, cuando BMW puso en el mercado el primigenio M3, fueron muchas las voces que pedían que esta carrocería fuese una realidad. Esto se incrementó significativamente cuando Audi comenzó a hacer lo propio sobre sus modelos familiares de altas prestaciones, convirtiéndolos así en auténticos deportivos con todo tipo de uso en mente. Pero, ¿por qué BMW ha tardado tanto en tener su propia versión Touring de su deportivo por antonomasia? Esta es una cuestión a la que no podremos responder con exactitud; muchos dirán que por pocas expectativas de mercado o por ser caro de desarrollar. En cualquier caso, aquí lo tenemos por fin.

La estética del M3 Touring es directamente incomparable por su agresividad con ningún otro rival del mercado.

¿Qué tiene el M3 Touring para enamorarnos a todos?

Precisamente eso, su carrocería familiar. Este tipo de fisionomías tiene ese «no se qué» que a todos los aficionados al automovilismo nos encanta. Yo, personalmente, soy muy de «coches para padres». Y este caso particular, más aún. En términos generales, el BMW M3 Touring cuenta con significativos cambios con respecto al resto de variantes “normales”.

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En primer lugar, su frontal toma el relevo de lo ya visto en el M3 y M4 (con carrocerías Sedán, Coupé y Cabrio). Los grandes y verticales riñones aquí se hacen presentes pese a que el Serie 3 renuncia a los que sí adopta el Serie 4, dándole así un aspecto totalmente diferenciador del resto de su gama. Cuando ves un M3 sabes que es un M3. Sus grupos ópticos delanteros también sufren una seria modificación, tomando para sí nuevamente los empleados en sendos modelos mencionados anteriormente.

Sin embargo, sus modificaciones estéticas no concluyen ahí. Con 1,90 metros de anchura, el M3 Touring es 75 milímetros más ancho que un Serie 3 Touring, pero también es 85 mm más largo, alcanzando así los 4,79 metros. Esto hace que se vea un coche realmente ensanchado. Sus pasos de ruedas están significativamente más abultados, lo que le da una imagen realmente impresionante, especialmente visto desde sus cuartos traseros. A esto se ha añadido la clásica decoración en la aleta delantera, en la que se detalla claramente que estamos ante un M3 de pura cepa. Por otro lado, las llantas cuentan con un diámetro de 19 pulgadas para el eje delantero y de 20 pulgadas para el trasero.

Como no podía ser de otra forma, el Touring adopta ese frontal característico de los M3 y M4.

Por último, centrándonos en su impresionante trasera, el M3 Touring se ve incluso más ancho aquí que en cualquiera de sus otras alternativas de carrocería (sumando las del M4). No obstante, esto no es más que una simple sensación, ya que todos guardan la misma relación en este apartado. Nuestro protagonista de hoy conserva el mismo diseño de faros traseros que el Serie 3 Touring. A esto se ha añadido, como ya hemos mencionado, un ancho de vías más generoso y un difusor que realmente quita el hipo a propios y extraños. En él se alojan las ya clásicas cuatro salidas de escape redondas decoradas en color negro.

Un interior racing «made in BMW»

Acceder al interior del BMW M3 Touring es hacerlo a un entorno reservado para auténticos amantes de las sensaciones. Nada más abrir las puertas nos daremos con un habitáculo muy familiar en términos generales, pero que guarda significativos secretos y novedades para conmemorar al modelo ante el que estamos. Para empezar, BMW ha apostado por un volante prácticamente idéntico a las versiones más populares, pero que, en este caso, puede insertar elementos en fibra de carbono (de forma opcional), así como dos pequeños diales en los que se marca «M1» y «M2». Estos botones no hacen referencia a ningún otro modelo de BMW, sino que son un acceso rápido a dos configuraciones concretas y elegibles al gusto del usuario.

Por otro lado, cuenta con una nueva palanca de cambios específica, en la que se puede ver las costuras en los colores de la división M y otros diales específicos. También la consola central acoge una botonadura concreta como «M Mode», «Setup» o la apertura o cierre en las válvulas de los escapes (para que suene más o menos).

El interior cobra un sentido completamente nuevo gracias a sus llamativos M Bucket.

En otro rango de cosas, ahora incluye el doble panel «BMW Curved Display» en el que la instrumentación digital ocupa 14,9 pulgadas, mientras que la pantalla central de información y entretenimiento hará lo propio con 12,3 pulgadas. Ambas funcionan con el actualizado sistema operativo BMW 8. Por último, al tratarse de esta versión, opcionalmente podrá insertar molduras fabricadas en fibra de carbono.

Sin embargo, la guinda del pastel la ponen sus asientos delanteros, los llamados «M Bucket». Estos están claramente inspirados en el sector de la competición por su propia concepción. Agarran de forma espléndida todo tipo de fisionomías y están fabricados en fibra de carbono, con lo que se ahorra un total de 9,6 kilos frente a los asientos de serie. Además, su reposacabezas se puede desmontar para facilitar su uso en circuito con casco y su altura es notablemente menor a la de casi cualquier otro sillín de la marca. Cuentan con la posibilidad de instalar cinturones tipo arnés, calefacción y ajustes electrónicos.

Echando un vistazo a las plazas traseras, estas no cambian un ápice con respecto a lo visto en un Serie 3 Touring estándar. Cuenta con espacio sobrado para las piernas y para la cabeza de sus ocupantes, además de con un sistema de climatización propio. Hay que tener en cuenta que el asiento central cuenta con un reposabrazos en el respaldo, con lo que esta plaza será notablemente más incómoda. Finalmente, su espacio de carga conserva las cifras propias del modelo más apto para el común de los mortales; es decir: 480 litros de capacidad mínima y 1.500 litros si abatimos los asientos de la segunda fila.

El habitáculo del M3 Touring iguala en estética al de sus hermanos (M3 y M4) pero gana en practicidad.

Vistazo rápido a su mecánica

Pero antes de iniciar nuestra prueba del BMW M3 Touring, echemos un vistazo a lo que se esconde bajo el capó delantero. Si abrimos este portón nos daremos de bruces con un motor de 6 cilindros en línea (alimentado a base de gasolina, por supuesto), con 3.0 litros de cubicaje y hasta 510 CV de potencia. A esta variante de carrocería no ha llegado la disponibilidad -por ahora- de mecánicas de más y menos potencia, como la versión base con 480 CV o la CS con 550 CV.

Esta carrocería también es exclusiva en el apartado de que no se comercializa con una alternativa de tracción trasera, sino que siempre vendrá de la mano de la xDrive. Todo ello se transmite a las ruedas a través de una caja de cambios automática por convertidor de par y 8 relaciones. Para soportar todo lo que se espera, el M3 Touring ha recibido importantes refuerzos en su chasis y demás puntos clave para evitar la posible torsión.

Hora de despertar a la bestia

El BMW M3 y M4, en sus respectivas generaciones actuales, tienen la particularidad que no pasan desapercibidos ante nadie. Esto es algo relativamente nuevo, pues en ediciones pasadas tenías que ser algo más cuidadoso al fijarte en los detalles. Con la llegada de las versiones presentes, todo esto cambió en favor de mostrar unos coches del todo excesivos en lo estético, especialmente con su frontal. Lo mismo sucede, por supuesto, con la versión Touring, la cual podría pasar de tildarse como «coche de padre» a «coche de auténtico padre molón».

Dinámicamente, el BMW M3 Touring es uno de los familiares más imponentes del mercado.

Tal y como ya hemos explicado, su imagen exterior se traslada directamente a su interior, especialmente con los llamativos asientos de fibra de carbono. Nada más sentarnos en ellos nos sentiremos realmente abrazados y sujetos. A priori, son curiosamente cómodos (algo que no terminas de esperar al verlos). Sin embargo, los peros llegan a la hora de subirte o bajarte de ellos; la maniobra no será especialmente sencilla ni cómoda. Mi sugerencia personal es que si piensas usar el coche para divertirte en circuito, genial, compra estos; en caso contrario, si estará más enfocado para un uso en viajes o para el día a día, lo mejor será optar por los de serie. Dicho esto, continuemos con la prueba.

Arrancar el M3 Touring es como hacerlo en todo un generador de sonrisas. Aún estando en su modo más calmado y con los escapes cerrados, esto no impide que este particular familiar se deje oír notablemente en su despertar. En cuanto las revoluciones se optimizan puede llegar a pasar más desapercibido, aunque no en lo estético. Circular con él por las calles de Madrid en un día normal y corriente, es hacerlo ante la atenta mirada de cientos de personas sonrientes, con el dedo pulgar al alza y, en ciertas ocasiones, incluso con sus móviles alerta para captar el momento.

Y es que no es para menos. El BMW M3 Touring es toda una joya para los más gasolineros, tanto desde fuera como desde el propio puesto del conductor. La posición de conducción es realmente racing, pues estos asientos pueden bajar muchísimo su altura, dando aún más la sensación de estar en un coche de competición.

Además de su dinámica y su estética, el Touring gana en practicidad gracias a un maletero de 480 litros.

Para quien dude, por supuesto que el M3 Touring puede ser un coche de uso cotidiano; de hecho, esa podría ser su concepción principal, pues tiene una habitabilidad interior como cualquier otro Serie 3 Touring, maletero espacioso, puede llegar a ser cómodo… Aunque, si miras su consumo de combustible, esto no será tan positivo, pues circulando por ciudad será fácil ver cifras por encima de los 13 litros.

Donde mejor se puede poner a prueba a familiar más bestia de BMW es fuera de las urbes. En tramos de vías rápidas, el coche es fascinantemente cómodo. Tiene un aplomo sobresaliente, aunque lo difícil será mantener al pie derecho a raya para no cruzar el límite legal. En estos tramos, circulando con total normalidad -y legalidad-, el M3 podrá presentar consumos de alrededor de 8 litros. Concretamente, yo obtuve una media de 8,2 en un recorrido de unos 120 kilómetros y con aire acondicionado activado.

Pero, ¿y si quiero dar un poco de jarana? El M3 Touring cuenta con modos específicos de conducción y personalización de numerosos parámetros, entre los que está la respuesta del motor, la caja de cambios, las suspensiones, dirección o frenos, entre otros. Todo ello para transformar al familiar más molón en una bestia del asfalto. Y si eres de los que piensa que un M siempre debe de ser trasera, déjame decirte que es posible, aunque para ello deberás desactivar todos los controles electrónicos, algo que no puedo recomendar hacer salvo que sean manos experimentadas o se esté en un circuito cerrado.

Después de casi 40 años, podemos decir que el BMW M3 Touring ya está disponible para comprar.

No obstante, circulando con ganas de marcha por las carreteras reviradas de la sierra, el M3 puede sorprender notablemente por su aplomo, pero también por su agarre al asfalto, el cual parece más bien que circula sobre vías de un tren. El coche no hace ningún tipo de amago o extraño ante cualquier curva pese a que se encare a alta velocidad. La seguridad y confianza que aporta este coche es enorme y, no sólo va de la mano de su tracción total, sino también de su dirección, con un tarado y un feeling directamente perfectos y a unas amortiguaciones instaladas con una rigidez perfecta para cualquier situación.

Pero si hay algo que resaltar de este coche, eso es sin lugar a dudas su motor. Ese bloque de 6 pistones en línea podría catalogarse directamente como una obra de arte. Empuja siempre, sea cual sea el régimen en el que circule. Su potencia será capaz de empujar y empujar hasta los más altos límites; aún cuando piensas que no puede seguir haciéndolo, lo hace. Su límite es inalcanzable ante carreteras y manos terrenales.

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