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Prueba Volkswagen Passat Variant 2.0 TDI, lo que ningún otro coche puede igualar

Los coches térmicos no han dicho su última palabra. Los motores diésel actuales son el resultado de décadas de evolución. Mínimos consumos y gran rendimiento que hacen del Volkswagen Passat una de las mejores berlinas del mundo.

Prueba Volkswagen Passat Variant 2.0 TDI, lo que ningún otro coche puede igualar
Volkswagen ha conseguido que un coche de casi 5 metros sea capaz de recorrer media Europa sin parar.

16 min. lectura

Publicado: 07/09/2024 12:00

El mundo [nuestros políticos] nos dicen que los coches que hemos conocido y que conocemos ya no valen. La electrificación centra toda la atención de la industria del automóvil, para bien y para mal. En 2035 será imposible, o al menos así lo dice la norma actual, comprarse un coche de combustión. Sólo habrá eléctricos. Todavía queda más de una década para que llegue ese momento, pero los coches a pilas tienen un reto muy importante que superar: el uso. Coches como el Volkswagen Passat actual serán muy difíciles de igualar. Si es que alguno consigue hacerlo.

Por primera vez en su historia el Passat sólo está disponible en formato ranchera.

Esta prueba no tiene ningún sentido si no echamos un vistazo al pasado. Retrocedamos un poco, hasta finales del siglo XIX. Con la llegada de la revolución industrial el mundo cambió su forma de moverse. El caballo y la bicicleta dejaron de ser las opciones más rápidas. El mundo conoció entonces el automóvil. Los libros de historia dicen que el primer viaje por carretera se completó en el año 1885, hace ahora casi 140 años. A los mandos, Bertha Benz, la mujer del mismísimo Karl Benz, uno de los fundadores de la actual Mercedes-Benz.

Aquél periplo, por llamarlo de alguna manera, recorrió la por entonces impresionante distancia de 194 kilómetros. El espacio que separa las ciudades alemanes de Mannheim y Pforzheim. Lo que hoy podemos recorrer en apenas 2 horas de cómodo viaje, a la buena de Bertha y a sus dos hijos les costó 12 horas de problemas, penurias y fallos mecánicos. El viaje fue tan excepcional que la prensa del momento no tardó en hacerse eco de la historia. El ser humano supo que podía viajar más lejos y más rápido. El resto es historia.

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A lo largo de estas 14 décadas el sector del transporte ha evolucionado significativamente. Hoy, las distancias recorridas por los primeros aventureros pueden completarse en cuestión de horas o minutos. El mundo es cada vez más pequeño gracias a la vasta red de carreteras que ha sido tejida a lo largo de los años. Las ciudades están conectadas y es posible recorrer largas distancias sin problemas. Así ha sido durante los últimos 40 o 50 años. La fiabilidad de los coches ha ido aumentando de la misma forma que lo ha hecho la eficiencia de sus motores.

Los viajes actuales son el resultado de décadas de evolución de incalculables horas de trabajo y de cientos de miles de millones invertidos en I+D. Sin embargo, hoy, el mundo [nuestros políticos] aseguran que todo eso no sirve para nada. El coche tal y como lo conocemos, la forma en la que nos movemos, ya no vale. En 2022 los 720 diputados del Parlamento Europeo decidieron, sin consultar a nadie, que toda una era de prosperidad y progreso llegaba a su fin. El coche eléctrico representa el futuro y ante su llegada uno se plantea si realmente los coches actuales no sirven. ALERTA SPOILER: ¡Sí, sirven!

El Passat actual es la evolución de más de 100 años en materia mecánica.

Y más que nunca diría yo. Por mi trabajo tengo la suerte, o la mala suerte según se mire, de probar muchos coches, carrocerías, marcas, modelos y mecánicas. Nací a mediados de la década de los 80 y en mis 40 años he visto como la evolución ha sido parte constante de un mundo que siempre he amado, el de los coches. Al igual que llevar un hombre a la luna revolucionó el mundo de la informática, el llegar más lejos ha servido como eje para mejorar los coches y los motores que estos emplean.

Si echamos un rápido vistazo al mercado actual, el mejor de los coches eléctricos anuncia una autonomía homologada, que nunca se traduce en la realidad, de 832 kilómetros. El Lucid Air para ser más exactos. Es un dato encomiable, impresionante diría yo, pero ni se acerca a lo que es capaz de lograr el Volkswagen Passat 2.0 TDI con el que he tenido la suerte de recorrerme media Europa este verano. Los datos que he conseguido no los había visto en mis más de 10 años de experiencia probando coches. Su consumo es, a falta de una palabra mejor, increíble.

No sólo consume poco, es cómodo y por dentro es muy espacioso.

Hagamos otro pequeño flashback, retrocedamos una vez más al pasado. Esta vez al 27 de febrero de 1892, apenas siete años después del viaje de Bertha Benz. Ese día, la Oficina Imperial de Patentes de Berlín registró una nueva solicitud sobre un nuevo motor térmico racional. El firmante de la petición: Rudolf Diesel. Cabe destacar la importancia de la palabra racional. Finalmente, Diesel obtuvo su certificación de patente el 23 de febrero de 1893 con el número de registro DRP 67 207. Un primer paso que determinó la forma en la que el hombre se ha movido durante más de 100 años.

No seré yo el que niegue que los motores de combustión contaminan, pero nadie me va a negar que los coches eléctricos no son tan limpios como muchos aseguran. Es en la contaminación en lo que se ha escudado la Unión Europea para asegurar que los motores térmicos (diésel y gasolina) ya no sirven. Según el Observatorio del Transporte y la Logística en España, dependiente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, en 2023 las emisiones del transporte del espacio europeo representaron un 28% del total de las emisiones registradas, un 37% a escala global.

La gran pantalla central tiene buen rendimiento y mucha calidad. No se puede poner pegas.

Por sí sola, China genera el 31% de las emisiones contaminantes del transporte mundial. Sí, ese país que ahora se ha situado como el paladín de la movilidad sostenible y del coche eléctrico. Europa ha asumido una agenda medioambiental que ya está dejado sus principales consecuencias. Alemania, el principal país productor del Viejo Continente ha perdido gran parte de su competitividad. La situación es tan delicada que incluso Volkswagen se plantea cerrar fábricas alemanas para así conseguir equilibrar los gastos. Mientras tanto, China ejerce cada vez más presión sobre occidente con un ritmo de trabajo que los fabricantes tradicionales no pueden igualar.

Conste que no reniego del coche eléctrico. Me parece una solución excelente, pero no para todo el mundo. Tienen muchas y muy buenas cualidades: confort, rendimiento, comportamiento, habitabilidad, tecnología... Sin embargo, es una solución que no se adapta al mundo actual, al menos no al de la mayoría. Hoy el coche eléctrico es un objeto de lujo que se pueden permitir unos pocos que tienen la fortuna no sólo de pagarlo, sino de mantenerlo. El coste operativo es barato si se cumplen ciertos requisitos muy estrictos. El primero y el principal es disponer de una estación de carga en casa. Lo que supone tener garaje.

El Passat vuelve a recuperar la esencia de Volkswagen, aunque a un alto coste.

Se estima que el 70% del parque de vehículos nacional duerme en la calle, alejado de un enchufe. De un plumazo el coche eléctrico se ha alejado de la gran mayoría de conductores no solo de España, también de muchas regiones del mundo. A ese principal inconveniente hay que sumar sus elevados precios, la pobre red de carga disponible y la autonomía. Como ya he dicho más arriba, el mejor de los coches eléctricos del momento 'sólo' es capaz de homologar 832 kilómetros de autonomía. Todos sabemos que del dato homologado al real hay una diferencia, y no para bien.

Conste que son una barbaridad de kilómetros, pero ¿qué me dirías si te dijese que es la mitad de lo que se puede conseguir con un Passat familiar diésel? Durante estas vacaciones he podido disfrutar de un viaje de 5.500 kilómetros a bordo de la octava generación del Volkswagen Passat. Un recorrido que me ha llevado por diferentes escenarios y países, desde España a Francia, pasando por Italia, Suiza y Alemania. En todos los espacios el Passat Variant no sólo ha destacado por su gran rendimiento, sobre todo lo ha hecho por sus bajos consumos.

Para liberar de espacio, Volkswagen ha puesto el cambio en la columna de la dirección.

Los datos oficiales presentados por Volkswagen aseguran que con la configuración de la unidad de pruebas el consumo medio se establece en los 5,1 litros por cada 100 kilómetros recorridos. Un dato extraordinario que se nada tiene que ver con el real. A diferencia de con un coche eléctrico el Passat ha consumido menos de lo que asegura la marca. Tras completar el viaje de ida y vuelta el ordenador de abordo a marcado un consumo medio de 4,8 litros a los 100 kilómetros a una velocidad media de 78 kilómetros por hora y tras 69:29 horas de viaje. ¿Cuánto le habría costado a Bertha Benz recorrer semejante distancia a finales del siglo XIX?

Ese valor es imposible de obtener, pero lo que sí te garantizo es que con un coche eléctrico no habría sido posible realizar el mismo viaje en las mismas circunstancias. Tan sólo he repostado tres veces y media. Tres cargas completas y una a medio tanque. En el trayecto más exitoso la autonomía del Passat ha sido de 1.600 kilómetros. Para que te hagas una idea, Paris y Madrid están distanciadas por 1.200 kilómetros. Eso quiere decir que con un depósito del Passat Variant puedo viajar de Madrid a Paris sin repostar y todavía tener combustible para recorrer una tercera parte del viaje de vuelta.

El Passat tira de recursos aerodinámicos para reducir su consumo al máximo.

Se ponga quien se ponga y lo haga como lo haga el registro es una auténtica barbaridad. ¿En un coche eléctrico habría sido posible hacer el mismo viaje? Sí, pero con muchos asteriscos. Quitando el tiempo perdido en las recargas, repito que apenas he parado 4 veces a repostar, habría sido imposible tener la misma libertad de movimientos pues cada desplazamiento habría exigido una ruta detallada sobre los puntos de carga, la disponibilidad, la potencia y la empresa de gestión. Es decir, todo mucho más complicado. Es por eso que digo que el coche eléctrico es una excelente solución, pero no para todo el mundo.

Las encuestas aseguran que muchos conductores en Europa y en el mundo están esperando una evolución de la electrificación. Una nueva generación de vehículos que permita viajar más lejos, sin tantos inconvenientes y, de paso, sin tener que pagar tanto por el coche. Todavía no sabemos cuándo llegará esa nueva hornada de vehículos. El 2025 será especialmente intenso en cuanto a lanzamientos económicos. El Renault 5, el Volkswagen ID.2 o el Hyundai Inster son algunas de las figuras más esperadas, pero en el mejor de los casos los precios no bajan de los 20.000 euros.

Un coche excepcional en una época en la que se duda de él.

El nuevo Passat Variant ya no es tan barato como siempre lo ha sido. Dobla las cifras de esos eléctricos de supuesto precio popular, pero a diferencia de estos sí consigue solventar los problemas de todos los usuarios. Es posible viajar sin problemas, sin miedos y sin dudas. Algún día los coches eléctricos podrán decir lo mismo, no lo sé, esperemos que sí, pero lo que no es justo es que 720 políticos controlen el destino de los casi 450 millones de personas que vivimos en la Unión Europea. Así que si estás dudando te digo que sí, cómprate el Volkswagen Passat 2.0 TDI. Es el último de los pasos dados en una carrera que comenzaron hace más de 100 años Bertha Benz y Rudolf Diesel.

Opiniones del Experto
Nos ha gustado
  • Consumos
  • Comportamiento
  • Espacio interior
  • Motor
Nos ha gustado menos
  • Sin carrocería berlina
  • Precio elevado
  • Diésel sin etiqueta ECO
ValoraciónNota8.6
Comportamiento9
Confort de marcha8
Prestaciones8
Consumos10
Seguridad8
Habitabilidad10
Equipamiento8
Calidad interior8

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