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Emergen detalles del primer accidente mortal de un Tesla Model X con Autopilot

El 28 de marzo de 2018 un conductor de un Tesla Model X murió a causa de sus heridas tras haber sobrevivido a una colisión a 113 km/h contra una barrera de contención. Ahora se ha sabido por qué no evitó el obstáculo.

Emergen detalles del primer accidente mortal de un Tesla Model X con Autopilot
Emergen detalles del primer accidente mortal de un Tesla Model X con Autopilot.

6 min. lectura

Publicado: 11/02/2020 23:00

La fe ciega en la tecnología puede dar lugar a episodios muy desagradables, como el que se vivió en una autovía en Mountain View (California, EEUU) en marzo de 2018 tras impactar un Model X contra una barrera de hormigón. El coche quedó partido en dos a la altura de los pilares A, y acabó incendiándose.

Gracias a unos documentos de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) que acaban de hacerse públicos conocemos detalles muy interesantes sobre el accidente. El conductor se llamaba Walter Huang, un ingeniero de software de 38 años que trabajaba en Apple, una de las empresas tecnológicas más pujantes.

Dos meses antes hubo otro accidente similar, en el que solo hubo heridos, por no prestar atención a la conducción durante más de 50 segundos.

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Su Model X estaba circulando a unos 113 km/h cuando abandonó el carril izquierdo y colisionó contra la barrera de hormigón que separa las calzadas. Se da la circunstancia de que debería haber una barrera metálica anterior, que haría de "muelle", pero según se demostró por una grabación de cámara de salpicadero ese día no estaba.

Una imagen del día anterior al accidente (22 de marzo de 2018) demuestra que la barrera metálica estaba incompleta y podría haber reducido la severidad del accidente

También hemos sabido que el vehículo circulaba con el Autopilot encendido. En esas condiciones de circulación se trata de un sistema relativamente seguro, pues es capaz de circular dentro de su carril, usar los intermitentes y cambiarse a otro si es preciso. Huang, seguramente apasionado de la tecnología, confiaba en el sistema.

La prueba es que durante los últimos 18 minutos de su trayecto apenas mantuvo las manos en el volante durante dos tercios del mismo, y el sistema le emitió dos advertencias visuales y una acústica para que pusiese las manos en el volante. Los últimos 6 segundos antes de colisionar Huang no actuó ni sobre el volante ni sobre los frenos. Tesla defendió que el sistema no fue el culpable.

El Tesla Model X fue en su momento el SUV más seguro a la venta en Estados Unidos

¿Y qué estaba haciendo el señor Huang? Gracias a la tecnología (y a su iPhone), se han podido reconstruir los instantes previos a su muerte. Estaba jugando al "Three Kingdoms", y muy probablemente estaba empleando las dos manos y sin mirar a la calzada. El señor Huang es un candidato firme al premio Darwin.

La afirmación anterior puede entenderse como extremadamente cruel por el que escribe estas líneas, pero sigue leyendo. Para empezar, ignoró las advertencias de Autopilot por no coger el volante, medida de seguridad que se implantó debido al abuso de los conductores por la prestación semiautónoma del sistema.

Es decir, Tesla todavía no ofrece en sus coches la conducción totalmente autónoma, luego hablamos de un sistema "manos libres" pero no "ojos libres". Autopilot puede mover el coche por una vía rápida sin intervención humana la mayor parte del tiempo, pero como mínimo hay que estar atento, o puede desactivarse pasados unos minutos. Huang decidió que tenía que emplear su tiempo en algo más... lúdico.

Pero lo que ya sacará de quicio al lector es conocer que la NTSB ha podido saber que el Model X de Huang ya había necesitado correcciones de volante porque el coche se había salido del carril más de una vez. Por lo que sea, los sensores no funcionaban bien o el algoritmo de guiado se "despistó" temporalmente.

En consecuencia, parece poco inteligente el confiar ciegamente en un "piloto automático" que ya ha dado muestras de no ser totalmente fiable -como para quitar la vista de la carretera y las manos del volante-, máxime si el propio sistema estaba advirtiendo al conductor de que se responsabilizase del trayecto. Autopilot es una ayuda.

Si las advertencias hubiesen sido ignoradas más tiempo, Autopilot se habría desactivado como "castigo" al conductor distraido

Estas conclusiones son preliminares, y sabremos más en una audiencia pública el día 25 de este mes. Desde luego, si se acaba concluyendo que ha sido un caso más de negligencia mortal por parte del conductor, no sería culpa del fabricante. Habría pasado lo mismo que en el primer accidente mortal con Autopilot.

En aquella ocasión un Tesla Model S se empotró transversalmente bajo el remolque de un camión en una intersección al mismo nivel que la vía principal, Autopilot no se diseñó para eso. La víctima no intentó evitar el obstáculo que el coche no pudo "ver", estaba ocupado viendo una película de Harry Potter. El responsable de la conducción es, bajo cualquier punto de vista, quien se sienta tras el volante.

Fuente: Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB)

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