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IndyCarEl óvalo de Texas renueva hasta 2022 y abre la puerta a Austin

  • Ambas partes han llegado a un acuerdo para renovar la prueba cuatro años más.
  • El fin de la cláusula de territorialidad podría permitir que el Circuito de las Américas acogiese una cita en primavera.
  • El calendario de IndyCar contará con cinco óvalos en 2019, salvo añadido de última hora.

5 min. lectura

Publicado: 23/08/2018 15:55

Tras una larga negociación, IndyCar ha conseguido mantener en su calendario uno de sus óvalos más emblemáticos en estas últimas dos décadas, el Texas Motor Speedway. Este jueves se ha comunicado que ambas partes han alcanzado un acuerdo para prolongar la carrera, de 600 kilómetros de distancia, hasta el año 2022, garantizando el futuro a medio plazo de la misma, y que el calendario de IndyCar cuente con al menos cinco óvalos la próxima temporada, salvo una improbable introducción a última hora de Richmond, al cual se espera para 2020.

El acuerdo, además, se habría producido en términos beneficiosos para ambas partes, ya que la categoría ha acordado una reducción de la tasa anual que Texas debía pagar para acoger la prueba, a cambio de eliminar una cláusula de exclusividad territorial que el dueño del óvalo, Eddie Gossage, impuso en el acuerdo anterior, y que impedía la disputa de ningún otro evento de IndyCar en un radio de 250 millas (400 kilómetros).

Esto abre la puerta a la posibilidad de que se dispute una carrera de IndyCar en el Circuito de las Américas, trazado con el que la categoría negocia desde hace semanas para que ejerza de sustituto del óvalo de Phoenix, que no continuará a partir del próximo año, en su fecha primaveral. Con todo, Gossage no ha conseguido que se cumpla su pretensión de volver a ser la carrera posterior a las 500 millas de Indianápolis, después de que Detroit, en otra complicada negociación, renovase a principios de mes su doble cita en las calles de Belle Isle hasta 2021 en esas fechas.

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"Texas es la segunda casa de las carreras de IndyCar, y estamos encantados de haber negociado un acuerdo que permite al Texas Motor Speedway seguir adelante con la IndyCar", ha asegurado Gossage. "Nuestra compañía ha invertido una cantidad significativa de dinero en el deporte y un esfuerzo tremendo haciéndolo crecer a lo largo de los años. Texas ha sido buena para la IndyCar, y la IndyCar ha sido buena para Texas".

Inaugurado en 1997 en plena ola de construcción de óvalos, Texas fue uno de los bastiones de la incipiente Indy Racing League en su guerra contra la CART. Habiendo acogido dos eventos anuales entre 1998 y 2004, además de una prueba dual en 2011, este óvalo de 2.316 metros y 24 grados de peralte (récord en la actual IndyCar) ha albergado 30 carreras, siendo Hélio Castroneves (2004, 2006, 2009 y 2013), Sam Hornish Jr. (2001, 2002 y 2007) y Scott Dixon (2008, 2015, 2018) los pilotos más exitosos. El óvalo se ha ganado una reputación por sus apretadas carreras y sus igualados finales; de las 25 carreras que no acabaron con bandera amarilla, 18 se decidieron por menos de un segundo.

Su historia con los monoplazas está también estrechamente ligada a la fallida prueba de CART en 2001, cancelada el día de la carrera al ser los vehículos demasiado rápidos: mientras que la Indy Racing League y la IndyCar han rondado las 220 millas por hora de media en sus clasificaciones, los monoplazas de la CART superaban con creces las 230 mph de media en clasificación, sometiendo a los pilotos a unas intensas fuerzas G que causaban náuseas y ligeras pérdidas de conocimiento. El juicio posterior y la multimillonaria suma que tuvo que desembolsar la CART, así como la gran pérdida de valor de sus acciones, fueron una de las causas que conducirían a la bancarrota de la categoría un año después.

Fotos: IndyCar Media

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