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Amores de juventud: el Opel Calibra

Amores de juventud: el Opel Calibra
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El Opel Calibra tiene una línea inconfundible que marcó tendencia.
David Plaza
David Plaza8 min. lectura

Este aerodinámico coupé de dos puertas supuso un punto de inflexión en el diseño de automóviles, siendo pionero en muchos aspectos de su carrocería.

Con poca competencia directa por sus peculiares características, el Calibra fue todo un éxito en los años 90 y actualmente es un vehículo de culto.

Cuando el Opel Calibra fue presentado en el Salón de Frankfurt de 1989, marcó el inicio de una tendencia que aún hoy perdura en muchos sentidos. El coupé de cuatro plazas, que servía de relevo para el Manta, había sido diseñado por Erhard Schnell con varias premisas principales y un marcado carácter aerodinámico que le convertía en ese momento en el coche de producción con menor coeficiente de penetración (Cx): 0,26.

Con un portón voluminoso para acceder al maletero, faros delanteros de largo alcance y llamativo diseño, paragolpes perfectamente integrados en la carrocería con elevada absorción de impactos, bordes suavizados o limpiaparabrisas y canales de drenaje del techo ocultos, este coupé de cuatro plazas no era un deportivo de bajo coste como sugería su estética, pues contaba con cualidades más propias de una cómoda berlina apta para largos viajes que además marcaba nuevos estándares de seguridad para los peatones en caso de atropello.

Comodidad, espacio y equipamiento

El Calibra contaba con una batalla de 2,60 metros y una longitud total de 4,49, lo que permitía que la carrocería coupé no fuera un problema a la hora de ofrecer una generosa habitabilidad para cuatro personas en un interior que, por otro lado, era el mismo que el del Opel Vectra (con quien compartía bastidor y muchos elementos mecánicos). Y es que, en muchos aspectos, el Calibra planteaba dos escenarios completamente opuestos a la hora de comparar el exterior y el interior.

Vídeo promocional del Opel Calibra.

Además, la creación de la marca del rayo incorporaba suspensión independiente en las cuatro ruedas, catalizador en todas sus motorizaciones, dirección asistida, caja de cambios de cinco velocidades, sistema de sonido con seis altavoces, ordenador de a bordo, ABS y lunas tintadas, además de la opción de tracción integral tipo Vario-Trac, aire acondicionado, caja automática de cuatro velocidades y techo solar eléctrico.

Siete años en España

El Calibra comenzó a venderse en nuestro país en 1990, ofreciendo la marca por entonces propiedad de General Motors dos motorizaciones: 2.0 de 115 CV y 2.0 16 válvulas de 150 CV. Esta última podía incorporar además la tracción a las cuatro ruedas y en ese caso el precio ascendía desde los poco menos de tres millones de pesetas (unos 17 600 euros) del modelo base hasta los casi cuatro millones (23 700 euros al cambio).

Rápidamente fue convirtiéndose en un éxito de ventas (lo que obligó a triplicar la producción prevista en su primer año de fabricación) y recibió una nueva versión turbo 2.0 de 204 CV en 1992 que incluía tracción 4x4, seis velocidades, asientos deportivos y llantas de aleación ligera de 16 pulgadas para neumáticos 205/50, que en aquella época era una medida considerable y elevaba el Cx a 0,28.

En 1993 Opel decide incorporar el motor V6 de 2.5 litros que sirve de base para su participación en el DTM

Un año más tarde, Opel decide incorporar el motor V6 de 2.5 litros que sirve de base para la participación de la marca en el DTM, entregando 170 CV de potencia en su versión de calle, además de control electrónico de tracción y doble airbag. Ya en 1997, Opel decidía retirar el mítico Calibra con una edición especial denominada «Last Edition» y que disponía de chasis deportivo, llantas BBS, interior de cuero y aire acondicionado para dos motorizaciones a elegir: 2.5 V6 y 2.0 de 136 CV.

Previamente se habían comercializado otras ediciones limitadas como la «Color Edition», «Keke Rosberg» y «Cliff Motorsport», estas dos últimas relacionadas con el DTM (denominado ITC en aquel momento), campeonato que el Calibra ganó en 1996 con Manuel Reuter como piloto.

Edición especial «Keke Rosberg» en honor al piloto finlandés.

De las fábricas de Rüsselsheim (Alemania) y Uusikaupunki (Finlandia, propiedad de Saab, que también formaba parte de General Motors) salieron a lo largo de sus siete años de historia 238 647 unidades en sus diferentes versiones, aunque la base de 115 CV se llevó más de la mitad de las ventas: 130 000 vehículos.

Equilibrado

Pese a su estética agresiva y rompedora, el Calibra era un vehículo muy compensado con excelentes cualidades ruteras, generosa habitabilidad interior, cómodo puesto de conducción y un motor excepcional con un rendimiento destacable y consumo razonable, además de potencia y elasticidad

Todo ello le permitía devorar kilómetros con facilidad, pero la suspensión pensada para proporcionar calidad de marcha no invitaba a optar por una conducción deportiva en carreteras secundarias reviradas. Los frenos, algo escasos para detener con brío los más de 1200 kg. del Calibra, suponían otro punto negativo a la hora de buscar diversión en la carretera.

No, el Opel Calibra era otra cosa. Era un coche adelantado a su tiempo: un coupé con alma de berlina que enamoró a toda una generación con su carrocería esculpida por el viento y que, con pequeñas actualizaciones, seguiría teniendo un diseño plenamente vigente y atractivo en la actualidad.

CARACTERÍSTICAS GENERALES

El Calibra heredó el interior del Opel Vectra.

ESPECIFICACIONES TÉCNICAS

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