El Renault Arkana fue concebido inicialmente como un modelo destinado a países emergentes, un proyecto que se relacionó con Dacia pero que finalmente se trató de una opción de bajo coste para países de Sudamérica y Rusia, principalmente. Sin embargo, el atractivo diseño de un SUV coupé hizo que los del Rombo se pensaran una vez más sus intenciones, por lo que decidieron sumar este modelo a su oferta en Europa y en Corea del Sur con una importante diferencia interna.
Mientras que el Arkana destinado a estos países especiales estaba basado en la plataforma B0 más vieja de Renault, y mayoritariamente utilizada por Dacia, los del Rombo optaron por la más moderna CMF-B para Europa y Corea del Sur, imprimiendo un carácter dinámico mayor, al mismo tiempo que también se beneficiaba de una res eléctrica y electrónica más potente para estar en condiciones de ofrecer desde asistentes de conducción más avanzados a versiones electrificadas.

El éxito del Renault Arkana avalan su continuidad pero es el elegido
Dos argumentos más que han hecho del Arkana un referente en Europa en el año y medio que lleva a la venta. Sin embargo, fuentes consultadas apuntan que el fabricante francés ha decidido prescindir del Arkana en un futuro no muy lejano, a pesar de que se le considera un éxito a nivel comercial que llegó a pisar firme sobre el Kadjar cuando este aún se encontraba lejos de ser sustituido. Renault tiene motivos para cargarse este modelo a pesar de que las cifras de ventas son un auténtico aval.
Prueba de ello es que el Arkana inició su andadura comercial en el Viejo Continente a principios del pasado 2021, bastándole 11 meses para terminar el año con 40.847 unidades en su haber, y en 2022 tampoco le fue nada mal a este SUV, pues acabó el pasado año con 72.572 unidades, según los datos de ventas de «Carsales» y «JATO», por lo que en apenas dos años acumula un total de casi 113.500 unidades.
La Euro 7 y el nuevo Scénic sentencian la vida del Arkana en Europa
La firma francesa se enfrenta a la nueva norma de emisiones Euro 7 con un catálogo muy amplio, lo que significa que tiene que homologar muchos en poco tiempo, a la vez que continuar con el lanzamiento de nuevos eléctricos que pueden suponer un problema de convivencia. Un claro ejemplo es el del propio Arkana y el nuevo Scénic que está en desarrollo, sabiéndose desde ya cuál será el damnificado, y lo que la firma francesa evitará a toda costa. Si estabas valorando el Arkana como una posibilidad, te queda poco tiempo para pensarlo, porque no habrá piedad y desaparecerá de Europa en 2025.