Spoiler: qué es y qué efecto real tiene sobre un coche
El alerón o spoiler es algo muy apreciado por los aficionados a customizar los vehículos, pero en ocasiones se utiliza de manera equivocada. Se trata de un elemento que puede tener una función práctica o meramente estética.
En la actualidad es menos evidente, pero en los años 90 el spoiler acostumbraba a ser un elemento muy frecuente, especialmente en coches deportivos o gamas más prestacionales de modelos convencionales.
Algunos de los coches más representativos en este sentido son el mítico Ford Escort RS Cosworth o el Porsche 911 Turbo de los años 80, pero la realidad es que el spoiler es mucho más habitual de lo que podemos pensar, pues no es sólo el típico alerón trasero.
El spoiler o alerón es todo elemento de la carrocería de un vehículo pensado con fines aerodinámicos. Puede utilizarse en forma de faldones del frontal o en el portón trasero y, en teoría, tiene el cometido de generar carga aerodinámica o reducir el drag (resistencia al avance propiciada por el aire al contactar con la carrocería). Dicho de otro modo, busca optimizar la interacción entre el aire y la carrocería del vehículo.
Así funciona un spoiler
Todo elemento móvil actúa como una flecha que intenta penetrar en un fluido, en este caso ese fluido es el aire. Pero, al contrario que un avión, que utiliza las alas para volar, el vehículo se sirve de su carrocería para pegarse más al asfalto.
Para ello, los alerones y la carrocería deben generar carga aerodinámica. El «downforce» es una fuerza vertical descendente que tiene la capacidad de cargar peso sobre el coche, pero de un modo virtual y sin los inconvenientes derivados de ello: la necesidad de un notable incremento de potencia y el empeoramiento del manejo del vehículo.
En los albores de la experimentación con los alerones, allá por la década de los 60, el objetivo era aumentar el agarre lo máximo posible, pero pronto los ingenieros se dieron cuenta de que hacerlo provocaba un efecto secundario: la pérdida de velocidad punta en las rectas como consecuencia de la resistencia o «drag» generados por los aditamentos aerodinámicos.
En términos generales, a mayor carga, mayor resistencia al avance. Y cuanto más agarre, menor velocidad punta. Lo que llamamos «drag» es la resistencia al avance creada por todos los elementos del vehículo, con la carrocería o los neumáticos como principales generadores de la misma al constituir una enorme barrera contra el aire que circula alrededor del coche. Esta fuerza se opone al avance del vehículo a través del rozamiento de este con el aire o con el asfalto, haciendo necesario que el motor deba compensar dicha fuerza en contra.
¿Es realmente útil un spoiler?
Esto, que en la competición es vital para lograr un vehículo rápido en las curvas y eficiente en las rectas, también tiene su aplicación en la automoción comercial, aunque estableciendo otras prioridades.
Y es que la velocidad es vital en el funcionamiento de un spoiler o alerón, pues cuanto mayor sea ésta, mayor será la fuerza descendente generada y también mayor la resistencia al avance provocada. Se calcula que la influencia de un spoilercomienza a notarse a partir de los 100 km/h, momento en el cual puede mejorar el comportamiento del coche… o empeorarlo.
Para aprovechar positivamente la influencia de un spoiler son necesarios estudios de túnel de viento o Dinámica Computacional de Fluidos que determinen cómo debe ser su forma, pues de lo contrario en lugar de generar mayor estabilidad a alta velocidad o un aumento de la velocidad de paso por curva, lo que conseguiremos será desestabilizar el eje trasero y aumentar el consumo de combustible.
Esto se debe a que, desde el punto de vista aerodinámico, todo elemento tiene influencia en los de su alrededor, pues la carrocería moldea el flujo de aire a su paso, generando fuerzas y turbulencias que pueden ser beneficiosas o perjudiciales en función de cómo se utilicen y de su interacción con el resto de elementos.
Así las cosas, el spoiler puede ser utilizado como herramienta de mejora del coche o como simple elemento estético que dote al mismo de un aspecto más «racing», pero en ese caso deberemos tener cuidado porque podríamos acabar empeorando su comportamiento dinámico.
Para evitar esto, lo mejor es recurrir a spoilers diseñados por el fabricante del vehículo, ya que han sido creados a partir de estudios aerodinámicos pormenorizados. Si recurrimos a diseños genéricos, los efectos serán una incógnita.